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jueves, 9 de agosto de 2018

Mamtak LeShabat Reé 5778



Se cuenta acerca de una Neshamá (alma) que llega al cielo luego de haber culminado su ciclo (luego de los 120 años) y tras un análisis resultó que su bien y su mal estaban exactamente mitad y mitad. Le dieron la libertad de elección si ir al Gan Eden o al Gueinom (infierno) y la Neshamá decidió ir a ver qué era el Guehinom (de que se trataba) y luego ir al Gan Eden.

Entra al Guehinom y ve mesas servidas con todo tipo de delicias, las comidas y platos de los mejores chefs en la mesa y esta alma trata de entender qué tienen que ver todos estos placeres con el Guehinom. Dada la señal, los Malajim (ángeles) pasan y le distribuyen a cada uno un tenedor largo y todos intentan comer pero el tenedor es demasiado largo y no pueden alcanzarlo a la boca, el alma se da cuenta entonces que este es un verdadero Guehinom, ver semejante comida sin la posibilidad de comerla ni probarla.

Pasa luego al Gan Eden y ve que el menú es el mismo menú, todo se ve exactamente igual y deduce que aquí probablemente les serán entregados tenedores normales y podrán disfrutar de la comida, pero para su sorpresa los ángeles vuelven a repartir tenedores largos, salvo que aquí cada uno toma el largo tenedor y le da de comer al otro. Sólo entonces la Neshamá se da cuenta de que el Gan Eden y el Guehinom dependen justamente de la bondad y generosidad de la misma persona...

***

En nuestra Parashá, Parashat Reé, Moshe continúa hablando a Bnei Israel antes de irse. Vemos cómo Moshé va construyendo un esquema para abolir el egoísmo tan arraigado en el corazón del hombre y  comienza gradualmente con las mitzvot relacionadas a ello.

Primero, Moshé le transmite al pueblo judío la mitzvá del Maaser Sheni (segundo diezmo), que se da habitualmente en el primer y el segundo año. Este diezmo es comido por el mismo propietario, y sólo tiene la obligación de ir a Yerushalaim y comerlo allí, lo que le hace sentir que el dinero por el cual trabajó y en el que invirtió no tiene él el dominio y autoridad del mismo. Luego, continúa la Torá con la Mitzvá de Maaser Aní en el tercer año, es obligatorio dar el diez por ciento de la cosecha a los pobres, que ya implica otra etapa, y me cuesta más entregar los frutos en los que he trabajado tanto como regalo a una persona que no hizo nada para recibirlo. Es luego de esto que viene otra Mitzvá que es aún más irrazonable: cuando llega el año de Shmitá (sabático) que anula las deudas, la halajá determina que la persona que dio un préstamo monetario a su compañero, cuando llega el año de Shmitá se anula el préstamo (amnistía financiera), absolución total de las deudas. La Torá ordena que incluso al encontrarse próximos al año de Shmitá que no diga la persona 'no puedo prestar porque arriesgo a que mi dinero no me sea devuelto' sino que tiene el deber de prestar si tiene la posibilidad.

De este paso al salto más alto de generosidad que es la Mitzvá de Tzedaká, sobre la que la Torá afirma "abrir abrirás tu mano...". Vemos que a diferencia del préstamo que en la mayoría de los casos vuelve a su propietario, en esta estipulación es su deber dar con el claro conocimiento de que no recibirá ningún retorno. En cuanto a este dar, es que la Torá dice: "abrir abrirás tu mano... y no te sientas mal (en tu corazón) por dar...es posible que mires de manera poco amable a tu hermano empobrecido... y a tu hermano menesteroso dar le darás". Vemos que la Torá habla sobre el corazón, la mano y el ojo y se explica que en realidad está la Torá implicando una práctica y ejercicio constante que delineará a la persona. Primero, la mano da, por medio de eso el corazón luego se sumará y sentirá sentimientos positivos hacia el receptor y consecuentemente acostumbrará al ojo a ser generoso y dar de manera favorable. Como dijeron Jazal sobre el Pasuk, "dar le darás", asegurado que tan pronto como lo dé, volverá a darle luego y se acostumbrará a dar.

Yehi Ratzón, que tengamos el mérito de acostumbrarnos a dar y que siempre estemos del lado de los que dan, y que 'no dependamos de los regalos de los seres humanos... sino tan sólo de Tu mano llena, abierta, sagrada y generosa.'

Shabat Shalom!
Rab Nejemia Vilhelm
Beit Jabad Bangkok, Tailandia
Traducido por jasidinews

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