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miércoles, 30 de septiembre de 2020

13 de Tishrei - Yom Hilula Rebe Maharash - Maise: De tal palo, tal astilla






En el año 1912, Rabi Yosef-Itzjak Shneersohn (quien se convertiría en el sexto Rebe de Lubavitch luego del fallecimiento de su padre, el Rebe Rashab, en 1920) estaba en un tren de París a Petersburgo. Durante el viaje, un hombre de negocios bien vestido se le acercó y le preguntó: "Rabino, ¿es usted (por casualidad) hijo o nieto de Rabi Shmuel de Lubavitch [el cuarto Rebe de Lubavitch]?"

"Sí", dijo el Rebe. "Efectivamente, soy su nieto".

Los ojos del empresario se llenaron de lágrimas. Temblaba levemente como en estado de shock, se dio la vuelta abruptamente y regresó a su camarote. Esta escena se repitió más tarde esa noche cuando el empresario se topó con el Rebe una vez más.

A la mañana siguiente, el Rebe acababa de terminar su Tefilá en su compartimento cuando el mismo hombre apareció en su puerta. Entró y dijo: "Por favor, disculpe mis arrebatos emocionales, pero..." y de repente comenzó a llorar de nuevo. Luego de varios minutos, le preguntó al Rebe si podía pedir prestado sus Tefilín. El hombre tomó los Tefilín, los besó tiernamente, se los puso y comenzó a rezar. El Rebe lo dejó solo para que vuelque su alma ante su Creador. Cuando terminó, agradeció al Rebe y pidió prestado un Libro de Tehilim.

Varias horas después, el hombre volvió a hablar con el Rebe. Su rostro estaba pálido y parecía como si estuviera experimentando cambios dramáticos. El Rebe lo invitó a pasar. "Mi nombre es  Y...", comenzó. "Nací en una casa jasídica, de Jabad. Mi infancia fue muy feliz; nuestra casa siempre estaba llena de invitados, Torá y alegría. Cuando tenía 15 años de alguna manera me junté con 'malas' compañías.

"Mi padre vio lo que estaba pasando y me llevó al Rebe para los Jaguim. Ver al Rebe dejó un efecto profundo en mí. Mi padre incluso me llevó a una audiencia privada. El Rebe habló con mi padre y luego se volvió hacia mí y me dijo: "El mundo puede ser muy peligroso. Nunca olvides que eres judío."

"La experiencia me cambió, pero sólo temporalmente. Con el tiempo dejé de rezar, dejé de cumplir Mitzvot y después de un año me fuí de la casa de mis padres. Varias veces mi padre trató de comunicarse conmigo, pero eso solo despertó mi ira. Me casé con una chica asimilada y corté completamente con mi pasado.

"Me uní a un partido político clandestino. Había habido varios pogromos, y la mayoría de nuestros esfuerzos estaban dirigidos a ayudar a los judíos. Después de varios años de este trabajo, nos enteramos de que el Lubavitcher Rebe iba a visitar Petersburgo a fin de detener los pogromos a nivel gubernamental. Decidimos hacerle saber de varios pogrom's inminentes de los que habíamos oído hablar.

"Llegamos al hotel donde se hospedaba el Rebe y nos encontramos con un gran grupo de jasidim, algunos de los cuales se acordaban de mí y me saludaron cálidamente. De repente, el Rebe abrió su puerta para salir a rezar Tefilat Minjá. Me miró y supe que me había reconocido.

"Más tarde tuvimos una audiencia privada con el Rebe. Su conocimiento de la situación en Rusia fue nada menos que maravilloso, y los meses siguientes nos dedicamos a ayudarlo en todos los sentidos. Vimos mucho fruto de nuestro trabajo y vimos cómo el Rebe, literalmente, previno decenas de pogromos.

"Entonces, un día, cuando salíamos de su habitación y yo era el último en salir, el Rebe me llamó y me dijo: 'Dime, ¿cuándo fue la última vez que te pusiste Tefilín?'

"Estaba tan atónito que ni siquiera pude abrir la boca. Esas pocas palabras me impresionaron tanto que ese día busqué un par de tefilín y me los puse por primera vez en años, e incluso dejé de comer comida no-kasher.

"Regresé a casa, le dije a mi esposa que quería volver a un estilo de vida judío y ella estuvo de acuerdo. Finalmente renové los lazos con mi padre.

"A fines de aquel año nos enteramos que iba a haber una serie de pogromos masivos en el sur de Rusia. Fui elegido para viajar a Lubavitch para contárselo al Rebe, y cuando entré a su oficina puedo decir que estaba feliz de verme. Me dijo que nos reuniríamos nuevamente para discutir el problema en unos días.

"Cuando nos volvimos a encontrar, dijo que había visitado la tumba de su padre. Su padre le dijo que no había ningún peligro concreto, pero que, sin embargo, debíamos tomar medidas. El Rebe me dio algunas cartas y me dijo qué hacer con ellas. Luego dijo: "Debido a que Moshé ayudó a Am Israel, Di-s le dio las astillas y restos de zafiro de las Tablas que talló. Tú estás ayudando a judíos, así que también mereces una recompensa."

"El Rebe continuó, 'Cuando te dije que mi padre me habló, noté que sonreías. La razón de eso es que estás tan inmerso en lo físico que no tienes apreciación en absoluto de lo espiritual'. Luego, el Rebe se sentó conmigo durante más de una hora y me explicó lo que significa 'espiritual'. Concluyó: '¿Cuánto tiempo puede una persona vivir una vida de materialismo? ¿Cincuenta años, 55 años? Recuerda quién eres y de dónde vienes. Que Hashem te proteja y te dé la verdadera felicidad.'

"No entendí realmente a qué se refería, porque ya había regresado al judaísmo durante casi un año. Pero le agradecí calurosamente, tomé los papeles que me dio y partí en tren hacia Petersburgo para entregárselos a los funcionarios allí.

"La policía detuvo el tren y comenzó a registrar a todos. Consideré tirar las cartas del Rebe, pero las palabras del Rebe me hicieron pensar de manera diferente. ¡Y milagrosamente, fui el único al que no revisaron! En Petersburgo pude entregar los papeles a los oficiales indicados y el Rebe tenía razón, la situación no era tan grave como pensábamos.

"Me convertí en un hombre de negocios muy exitoso y nuevamente abandoné el camino judío. En los últimos 30 años ni una sola vez pensé en Di-s. Ahora regreso de una fiesta en Montecarlo que mis amigos hicieron por mi cumpleaños. 55 años. Cuando te vi, recordé las palabras de tu santo abuelo y me tocaron el alma."

El empresario se transformó en otra persona. Trasladó a toda su familia y su negocio a otro país y se convirtió en un pilar de la comunidad judía allí.



Fuente: Yerajmiel Tilles.

sábado, 26 de septiembre de 2020

Maise y Mensaje para Yom Kipur 5781 - Una bendición para un falso documento médico


Por Rab Mordejai Kaminetzky

Yom Kipur, el día máximo para el arrepentimiento, tiene a todo el pueblo judío rezando, ayunando y pidiendo perdón simultáneamente. Comienza con la sombría, tranquila y melodiosa entonación del Kol Nidrei y termina con toda la congregación exclamando "Hashem hu HaElokim!" ("Di-s es el Todopoderoso") siete veces después de varias solicitudes de perdón.

Parece que en el momento en que nuestras fuerzas están menguando, es que nuestras mayores y más ruidosas súplicas son volcadas. ¿No deberíamos comenzar el día con fuertes peticiones de perdón y guardar los rezos más moderados para cuando nuestros cuerpos estén débiles por el hambre y nuestros labios resecos por la falta de agua?

El Rebe de Zidichov cuenta la siguiente historia:


Un viernes, un hombre ingresó al estudio del Rebe de Chortkover, Rabi David-Moshe Friedman, con una solicitud que era muy común en aquellos días.

"Mi hijo fue llamado a reclutarse en el ejército", comenzó el hombre. "Sin embargo, tenemos una salida. El domingo, iremos a un médico que lo declarará falsamente no-apto para el servicio. De esta manera se evitará todo el disgusto, y tal vez incluso la muerte en ese terrible ejército. Rebe", pedía, "necesito su bendición para evadir el servicio militar."

El Rebe le dijo serenamente que Shabat se estaba acercando y que no podía concentrarse en bendiciones. Debería regresar el viernes por la noche después de su Tish (mesa festiva del Rebe, a la que los jasidim asistían después de sus propias comidas).

El hombre así lo hizo. Después de que la mayoría de los jasidim se fueron, el hombre repitió su petición, casi palabra por palabra. Una vez más, el Rebe no se comprometió. "Vuelve a verme después de Shajarit."

Shabat por la mañana, después del rezo, el hombre se acercó al Rebe nuevamente. Con calma, repitió la situación. "El domingo por la mañana iré a un médico que declarará falsamente a mi hijo no apto para el servicio militar. Por favor, ore para que evitemos el servicio militar obligatorio". El Rebe no se conmovió. De nuevo, lo aplazó hasta la tarde.

En la tercera comida de Shabat, la escena se repitió de nuevo, exactamente como lo había hecho las tres veces anteriores. "Tengo entendido que usted se va el domingo por la mañana. Vuelva a verme el sábado por la noche", dijo el Rebe. "Para entonces tendré una respuesta para ti."

En ese momento, la curiosidad de sus jasidim se despertó. Nunca habían visto a su Rebe tan reacio a conceder una brajá, especialmente cuando era una que salvaría un alma judía del terrible ejército polaco.

El sábado por la noche se reunió una gran multitud cuando el hombre se acercó con su solicitud. Frustrado y descontento, el hombre, una vez más, repitió su historia, casi palabra por palabra, por quinta vez.

Inmediatamente, el Chortkover saltó de su silla y comenzó a gritar. "¿Qué me estás preguntando? ¿Por qué alguien intentaría evadir el servicio de nuestro maravilloso país? ¿Cómo te atreves a pedirme una bendición de ese tipo? Tu hijo sería un buen soldado para nuestro país. Le deseo la mejor de las suertes en el ejército!"

El hombre salió rápidamente de la habitación y se fue de la ciudad. Los jasidim se quedaron conmocionados y desconcertados. Nunca habían escuchado un grito tan inusual del Rebe.

"Voy a explicarles", les dijo el Rebe. "El hombre era un impostor. No tenía un hijo, y si lo tenía, lo quería en el ejército. El gobierno lo envió para probar nuestra lealtad. Gracias a Di-s pasamos la prueba".

"¡Ruaj Hakodesh, Rebe?!!" gritó un jasid mayor, "¿cómo lo supo?"

"Simple (no fue Ruaj Hakodesh!)", explicó el Rebe. "Presté atención a su nivel de intensidad. Desde el momento en que me visitó la primera vez hasta esta noche no percibí un aumento de intensidad ni sentimiento de desesperación con cada solicitud posterior. Cuando escuché su solicitud esta noche y no contenía más pasión o desesperación que su primera solicitud del viernes, sabía que era un mentiroso."

Estamos un día entero de Tefilá y terminamos con Neilá (oración de clausura), después de casi 25 horas de súplicas. La prueba de fuego (definitiva) de nuestra sinceridad llega cuando se cierran los Portones Celestiales. Cuando el sol comienza a ponerse, nuestras súplicas deberían intensificarse. Ese aumento en forma creciente de la intensidad de nuestras Tefilot asegura nuestra sinceridad. 
Y nos asegurará un buen y dulce año.

En lo que respecta a este año en particular: ENCONTRÁNDONOS EN LOS ÚLTIMOS MOMENTOS DEL GALUT (justo antes del amanecer es el momento más oscuro de la noche), CUANDO LOS DESAFÍOS SE VUELVEN MÁS DIFICULTOSOS, ES QUE DEBEMOS PEDIR CON MAYOR INTENSIDAD QUE NUNCA QUE QUEREMOS, ANSIAMOS Y ESPERAMOS LA GUEULÁ, LA LLEGADA DEL MASHIAJ Y LA RECONSTRUCCIÓN DE NUESTRO BEIT HAMIKDASH!

Este mismo año 5781 Beezrat Hashem.
תהא שנת פלאות אראנו
Año de Maravillas Desenmascaradas

jueves, 24 de septiembre de 2020

No hacemos lo que 'se nos da la gana'




Decían respecto a Reb Yejezkel ("Jatche") Feiguin que tenía un corazón de hierro, nunca dejó que sus emociones se apoderaran de él, aún cuando la situación esté difícil e insoportable. Aún así, tres veces, así cuentan, no pudo contenerse y quebró en llantos.

La primera vez fue en el momento del Histalkut de su Rebe, el Rebe Rashab (2 de Nisan 5680-1920).

La segunda vez fue aproximadamente medio año después, en los Yamim Noraim del año 1920.
Algún tiempo antes, el Frierdiker Rebe (Rabi Yosef-Itzjak), quien había reemplazado a su padre, le sugirió a R. Yejezkel que tomara el cargo de Mashpia en la Yeshivá de Tomjei Tmimim, que operaba en aquel momento en la ciudad de Rostov, lugar de residencia del Rebe.

Reb Jatche trató de evadir el puesto alegando que no era apto para tomarlo y que no podía asumir semejante responsabilidad, ser la persona a cargo de guiar y educar a los alumnos de la yeshivá.

"Quédate aquí para Tishrei y luego discutiremos el asunto nuevamente", le dijo el Rebe.

Como se mencionó, este era el primer año de liderazgo del Frierdiker Rebe, y muchos jasidim vinieron a Rostov, que abarrotaron el Beit Midrash y siguieron cada movimiento del Rebe. Así es como transcurrieron los días de Rosh Hashaná, Diez días de arrepentimiento y Yom Kipur. Hasta que llegó Minjá del día de Yom Kipur.
Como de costumbre, el Rebe recibió la tercera aliá. Al leer el Maftir Yoná, Reb Yejezkel estaba parado cerca al Rebe. Aquí, de repente, comenzó a sentir que el Rebe le estaba 'hablando'. El Rebe está leyendo y 'describe' cómo Yoná Hanabí recibe una misión desde Arriba - informar a los habitantes de Nínve de su inminente destrucción - y él se niega a aceptar tal responsabilidad. Teme que su profecía haga que los gentiles se arrepientan, lo que generaría un Kitrug (acusación) sobre Am Israel.

El Profeta sube a un barco y navega hacia Tarshish, para que el espíritu de profecía lo abandone una vez que esté fuera de la tierra de Israel y así se libraría de la responsabilidad que se le haría asignado.

Y aquí Di-s envía un viento tormentoso sobre el mar y el barco está a punto de romperse. El capitán se dirige a todos para orar y clamar por salvación, y también lo llama a Yoná: "¿Por qué te has quedado dormido? ¡Levántate e invoca a tu Dios!". Y Yoná sabe que "es por mí esta tormenta". En un momento le pide a los hombres del barco: "Arrójenme al mar", ya que solo así se librarían de la tormenta.

El Rebe continúa recitando la Haftará y Reb Jatche siente sus entrañas revolviéndose dentro suyo. Las palabras lo apuñalan directamente y le cuesta soportarlo. Cuando el Rebe llegó a las palabras "porque de ante Hashem él huye", R. Jatche no pudo resistir y estalló en un llanto que sacudió todo su cuerpo.

No hace falta decir que, después de esto, R. Jatche aceptó servir como Mashpia de la ieshivá.

La tercera vez que R. Jatche lloró fue años después. En 1927, en pleno días de persecución y exilios (cuando fuera arrestado el mismo Rebe), Reb Yejezkel Feiguin fue nombrado secretario personal del Rebe.

Gran parte de la enorme carga de establecer 'Jeider's' y Yeshivot, Mikvaot, Shiurim clandestinos de Torá, etc, cayó sobre sus hombros. Hizo su trabajo con devoción y lealtad, trabajando día y noche para cumplir con las tareas sagradas que le asignó el Rebe.

Reb Jatche trabajó más allá de sus posibilidades, casi sin comer ni dormir, y lo hizo sin demandas ni reclamos. Solo una cosa le molestaba mucho y le costaba aceptarlo: durante todo el día no lograba encontrar ni un solo momento libre para sentarse a estudiar Jasidut, y mucho menos, ni hablar de Davenen Bearijus (una Tefilá y rezo con devoción y en extenso). Sentía que su alma se estaba 'secando', porque sin estudiar Jasidut, ¡cómo puede uno ser un jasid en absoluto!

Entonces, con la amargura de su corazón, un día entró en Yejidut al Rebe y le volcó lo que tenía en su corazón. Le rogó al Rebe que le permitiera dedicar al menos media hora al día al estudio de Jasidut, ya que de lo contrario "su vida no es vida"...

El Rebe escuchó con atención las declaraciones y súplicas de R. Jatche. Ahora Reb Jatche esperaba con gran vigilia escuchar al Rebe. El Rebe lo miró y le dijo: "En tal lugar todavía no hay una Yeshivá; en aquel lugar debe organizarse un Jeider; y en tal lugar uno debemos ocuparnos de que haya una mikve", y así sucesivamente.

Reb Jatche recibió el mensaje y se dio cuenta de que el Rebe estaba rechazando su solicitud. No pudo soportarlo y estalló en lágrimas incontrolables de lo profundo de su corazón.

El Rebe entonces también se sumó a los llantos de R. Jatche. Así, durante largos minutos, tanto el Rebe como el jasid lloraron juntos, entre lágrimas desconsoladas.

Luego, el Rebe se volvió hacia él y le dijo: "Jatche, Si hacemos lo que 'se nos da la gana', ¿qué pasará con todas esas tareas que deben llevarse a cabo? ¿Es acaso esta la Voluntad Suprema?..."

Reb Jatche Feiguin




miércoles, 23 de septiembre de 2020

Video: Recordando a la Rebetzn Jana - 6 de Tishrei


domingo, 13 de septiembre de 2020

Maise: No tocamos el Shofar en Rosh Hashaná - Una explicación




Cuando el Rebe Rashab estaba en Lubavitch, recibía gente para yejidus tres días a la semana: los domingos, martes y jueves.
Una vez, durante los primeros años de su nesius, un josid se acercó al Rebe Rashab y entre lágrimas le describió su terrible situación, suplicándole al Rebe que le diera una brajá.

"No puedo ayudarte", respondió el Rebe.

Al escuchar estas palabras, el hombre quedó devastado. A pesar de su desafortunada situación, no había caído en la desesperación hasta ahora, ya que tenía plena fe en que el Rebe podría y ciertamente lo ayudaría. Por lo tanto, había hecho el largo viaje a Lubavitch para suplicarle al Rebe una brajá. Pero ahora que el Rebe dijo que no podía ayudar, ¡significaba eso que estaba condenado! El josid salió de la habitación del Rebe y comenzó a llorar desconsoladamente.

El hermano del Rebe, Reb Zalman Aharon, escuchó el llanto y la angustia del hombre. Sin estar al tanto de lo que había sucedido, se acercó para ver si había algo que pudiera hacer para ayudarlo.

Reb Zalman Aharon preguntó gentilmente qué estaba pasando. Aliviado de poder desahogarse, el hombre volcó su corazón. Explicó su terrible situación y su emuná en que el Rebe podría ayudarlo. "Pero ahora", concluyó, "el Rebe dijo que no puede ayudar, ¡así que está todo perdido!" Con eso, estalló en llantos una vez más.

Al escuchar los problemas del hombre, Reb Zalman Aharon se sintió mal por él. Se acercó a su hermano, el Rebe, y se quejó: “¡¿Un yehudi te pide ayuda y lo despides con las manos vacías?! ¡Tiene el corazón roto!"

Poniéndose su gartel, el Rebe respondió: "Dile que vuelva a entrar a yejidus."

Esta vez, cuando entró en la habitación, el Rebe le dio una brajá y de hecho le fue de ayuda.

Cuando nuestro Rebe repitió esta historia, preguntó: "¿Por qué el Rebe Rashab dijo primero que no podía ayudarlo, causándole tanto dolor, cuando vemos que más tarde pudo ayudarlo?"

El Rebe explicó:

“Inicialmente, cuando el individuo entró al yejidus, estaba en un nivel más bajo, y el Rebe de hecho no pudo ayudarlo. Sin embargo, cuando estalló en llantos y le suplicó a Hashem que tuviera misericordia, esa humildad y ese bitul lo elevaron a un nivel más alto, y entonces pudo ser ayudado.”

El Rebe explica allí que esto es similar a la costumbre de no tocar el shofar en Erev Rosh Hashaná. Uno puede preguntarse: es el último día de Elul, y el shofar juega un papel tan integral en los sentimientos / proceso de teshuvá de este mes. Entonces, ¿por qué quitar este recordatorio e inspiración en el último momento?

Una de las explicaciones es que al no tocar el shofar, se nos está diciendo: “Por muy buenas que hayan sido tus acciones a lo largo del mes, es posible que no hayan sido suficientes. No puedes simplemente confiar en la inspiración recibida con el toque del shofar. En lugar de eso, observa más profundamente en tus pensamientos más íntimos y analiza: ¿Realmente te arrepentiste y cambiaste?" Esto mismo despierta en nosotros un sentido más profundo de lo que se espera de nosotros y nos impulsa a un nivel superior (al igual que al escuchar que el Rebe no podría ayudarlo le generó al josid la capacidad de alcanzar un nivel superior).

Video: 770


La historia alrededor de la adquisición del Shul más emblemático del mundo


Presentación n° 33 exclusiva de JEM, parte del proyecto de JEM de 70 presentaciones exclusivas a lo largo del año, en honor a los 70 años del Nesiut del Rebe.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Rescate y promesa




En plena época de pandemia del Coronavirus, un joven israelí de Yerushalaim, Amit Mandel, decide embarcarse en una aventura en velero alrededor del mundo.

Cuando los países comenzaban a cerrar sus puertas, en un intento por defenderse de la propagación de la epidemia, Amit partió. No estaba al tanto de la creciente histeria desarrollándose en el mundo y de las consecuencias que le devendrían.

Su viaje comenzó en la India. A través de "Trempim", 'haciendo dedo' logró llegar, en viajes marítimos a la isla de Santa Lucía en el Caribe. Tiene volcanes, jardines botánicos, selvas tropicales y otras atracciones turísticas populares. Amit disfruta de un viaje a una de las zonas más bellas del mundo. Los paisajes de la Creación no lo satisfacían, y planificó el próximo destino: la isla de Martinica, también en el Caribe.

Pero ahí es donde el viaje empezó a complicarse. Amit conoció a un marinero italiano y éste le aseguró que lo llevaría a Cuba. Los dos partieron. Solo en un futuro Amit descubriría que cometió un error al elegir a su compañero de viaje.

Mientras estaba en medio del mar, estalló una feroz tormenta. El cielo se oscureció, fuertes vientos crearon altas olas y el bote se balanceaba hacia adelante y hacia atrás. El marinero italiano no lograba el control del barco.

Pasaron días difíciles, pero finalmente se alegraron al divisar las brillantes luces del puerto de Cuba. Estaban llenos de alegría por haber sobrevivido a las dificultades del viaje y ya añoraban el momento en que pisarían tierra firme.
Solo que entonces cayeron en la cuenta de que las autoridades cubanas habían cerrado las puertas de entrada al país. La Guardia Costera rechazó con vehemencia su solicitud de atracar en el puerto. Todas sus súplicas fueron en vano. Hay una pandemia, no hay entrada.

Los dos quedaron desconcertados. Sin tener otra opción, giraron la proa del barco y regresaron al gran mar. Decidieron acercarse a República Dominicana. Pero aquí también les esperaba una amarga decepción: soldados armados apostados a lo largo de la costa les apuntaron con sus rifles...obligándolos a regresar al mar.

También recibieron respuestas negativas de Santo Domingo y Jamaica.

Amit y su colega italiano permanecían en el medio del mar, en una pequeña embarcación no preparada para viajes tan arduos, e incluso comenzaba a erosionarse y sufrir defectos. Estaban además preocupados particularmente por la escasez de comida, que iba empeorando. Los víveres y bebidas que se habían llevado con ellos se agotaron rápidamente, y cuando pidieron ayuda a la Guardia Costera de República Dominicana, respondieron para su asombro con una negativa.

No sabían ya qué hacer. Están a poca distancia de una costa segura, pero deliberadamente abandonados a su suerte. En lugar de escuchar a su grito y que rescatistas los asistan, las autoridades cierran los ojos y los abandonan dejándolos a la deriva, con hambre y en pleno mar embravecido.

¿Y por qué? La razón que se les dio fue: "No tienen dinero para pagar". Desafortunadamente, sus tarjetas de crédito habían dejado de funcionar.

El hambre aumentó. Los dos estaban exhaustos y desamparados . Amit era ingenioso: saltó al agua fría y nadó hasta una pequeña isla a cuya orilla anclaron su barco. En esta isla encontró vastas plantaciones de bananos y abundancia de cocoteros y mangos. Recogió tanta fruta como pudo, con la que los dos revivieron sus almas. Incluso construyó una balsa improvisada en la isla, y navegaron de un lado a otro para reponer la reserva de fruta que los sustentaba.

El tiempo pasó perezosamente. Los dos esperaban en el barco algún avance y, mientras tanto, dedicaron gran parte de su tiempo a los pensamientos. De repente, una idea apareció en la mente de Amit: ¡un Beit Jabad! ¿Cómo es que no se me había ocurrido? ¡Me pondré en contacto con la policía local y pedirá localizar el Beit Jabad en Jamaica, para que su gente pueda ayudarme!

Aquí finalmente se ve un punto de inflexión. La policía local se puso en contacto con el rabino Yaakov Raskin, que estaba en Nueva York en ese momento, y se le había prohibido regresar a Jamaica debido al corona. Cuando se enteró del caso no titubeó y activó sus conexiones en Jamaica. Primero, pidió que le proporcionaran alimentos con regularidad al israelí y a su amigo atrapados en el barco.

Mientras tanto, se acercaba Pesaj. Los preocupados padres de Amit intentaron influenciar sobre el embajador de Israel en Jamaica, pero su alcance era demasiado corto para salvarlos. Para ese momento, el estado anímico y mental de Amit y su amigo italiano se deterioraban. Sus padres se dieron cuenta de que tenían que rescatarlos antes de que fuera demasiado tarde. Le rogaron al rabino Raskin que encontrara una solución al problema.

El rabino Raskin comprendió la gravedad de la situación, puso en escena a un conocido abogado y comenzó a emprender acciones legales para persuadir a las autoridades jamaiquinas de que se hicieran cargo de la pareja de marineros. Finalmente, los esfuerzos dieron sus frutos. Se les permitió bajarse del barco e ir a un confinamiento solitario hasta que se cercioren que no portaban el corona virus y podrían llegar a Israel vía Nueva York.

Finalmente, podían respirar aliviados.

Cuando su vuelo aterrizó en Nueva York, Amit decidió salir del aeropuerto y encontrarse con el rabino Raskin, para agradecerle cara a cara por todo su trabajo por él, luego de un mes y medio de permanecer en un bote en medio del mar. Cuando los dos se encontraron, el rabino Raskin sugirió que se pusiera Tefilín en señal de agradecimiento a Di-s por el rescate. 

Amit accedió con entusiasmo, e incluso prometió que de ahora en adelante se aseguraría de ponerse los Tefilín todos los días para devolver las gracias al Creador, en sus palabras.

Amit Mandel en el Tzion/Ohel del Rebe


Amit poniéndose los Tefilin luego de haber sido rescatado


lunes, 7 de septiembre de 2020

Las sanguijuelas de Elul

Cuando Rab DovBer, el segundo Rebe de Jabad tenía cinco años, estudió y recibió Jinuj bajo la tutela de Reb Ber'l el melamed (tutor); (estudiaban) en la casa del médico Reb Avraham. Una vez escuchó al Dr. Avraham exclamando: "¡Ya estamos bien entrados en Elul, y aún no he preparado las sanguijuelas!" [Las sanguijuelas se preparaban y empleaban para fines curativos y solo salían durante los cálidos meses de verano].

Cuando el joven DovBer llegó a casa después del jéider, solía pasar tiempo en compañía de los jasidim que estaban en la habitación contigua a la sala de su padre, Rabi Shneur Zalman, el 'Alter Rebe'. Un día los vio sentados, charlando allí, y se pusieron a reír. Al escucharlos, el pequeño los reprendió: "Estamos ya profundo en Elul, aún no han preparado las sanguijuelas, ¡¿y están sentados aquí riéndose entretenidos?!"
Y salió de la habitación.

Inmediatamente asumieron que se trataba de un vort que había escuchado directamente de su padre, el Rebe, por lo que comenzaron inmediatamente a reflexionar profundamente en su significado. Llegaron a la conclusión de que así como las sanguijuelas se usan para extraer la sangre enferma o sobrecalentada de un paciente, durante el mes de Elul, el último mes del año, uno debe quitarse los deseos y pasiones negativas como preparación para Rosh HaShana.

Cuando aquel desarrollo y Fabrenguen de los Jsidim llegó a oídos del Alter Rebe, dijo: "Así nos indicó el Baal Shem Tov: aprender una lección en avodat HaShem de cada cosa física que uno ve o oye. Quien siga este camino y utilice todas las cosas físicas para la mejora espiritual, inculcará en sí mismo y en sus descendientes una chispa de inspiración para servir a Di-s ".

Durante varias generaciones los Jsidim recordaban que aquel Rosh Hashaná el suelo estaba mojado de las lágrimas por el impacto que hizo el Vort del pequeño futuro Rebe de cinco años; y en Simjat Tora de aquel año los zapatos de los jasidim se desgastaron y rasgaron de los bailes inspirados por la promesa del Alter Rebe

domingo, 6 de septiembre de 2020

Video: Tania por la Radio

El apoyo y el estímulo del Rebe para transmitir las enseñanzas de Jasidut por radio



Presentación n° 32 exclusiva de JEM, parte del proyecto de JEM de 70 presentaciones exclusivas a lo largo del año, en honor a los 70 años del Nesiut del Rebe.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Carta del Rebe para Rosh Hashaná - Traducida Para Rosh Hashana 5781

Snapshots - Anécdotas cortas con el Rebe - Con los niños #13


Cuidado paternal

Número 13


Reb Shabsai Slavatitzki relata la siguiente anécdota:
“En una ocasión, cuando el Rebe distribuía nickels (cinco centavos de dólar) a los niños, para que pongan en Tzedaka, mi familia y yo tuvimos el mérito de estar en 770 para participar. Nuestra pequeña hija recibió un nickel. En la conmoción, nos encontrábamos de repente a cierta distancia de nuestra hija. El Rebe notó que nuestra hija estaba sola, y él mismo se inclinó y la alzó. En brazos del Rebe, logró alcanzar la pushke y dejar caer la moneda adentro.
“Inmediatamente después, el Rebe continuó hacia el Shul para el Davenen. Nuestra hija quedó 'atrapada' en un mar de bojrim que se amontonaron para seguirlo al Rebe. Nuestra hija pasó desapercibida y encontrándose en una situación complicada. De repente, el Rebe se da la vuelta y señaló con el dedo hacia nuestra hija. Casi instantáneamente, se formó un camino que permitió a nuestra hija poder reunirse con el resto de la familia.
“Aún conservamos aquel pequeño abrigo que llevaba mi hija cuando el Rebe la alzó, como recuerdo de aquel momento tan especial.”