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sábado, 26 de septiembre de 2020

Maise y Mensaje para Yom Kipur 5781 - Una bendición para un falso documento médico


Por Rab Mordejai Kaminetzky

Yom Kipur, el día máximo para el arrepentimiento, tiene a todo el pueblo judío rezando, ayunando y pidiendo perdón simultáneamente. Comienza con la sombría, tranquila y melodiosa entonación del Kol Nidrei y termina con toda la congregación exclamando "Hashem hu HaElokim!" ("Di-s es el Todopoderoso") siete veces después de varias solicitudes de perdón.

Parece que en el momento en que nuestras fuerzas están menguando, es que nuestras mayores y más ruidosas súplicas son volcadas. ¿No deberíamos comenzar el día con fuertes peticiones de perdón y guardar los rezos más moderados para cuando nuestros cuerpos estén débiles por el hambre y nuestros labios resecos por la falta de agua?

El Rebe de Zidichov cuenta la siguiente historia:


Un viernes, un hombre ingresó al estudio del Rebe de Chortkover, Rabi David-Moshe Friedman, con una solicitud que era muy común en aquellos días.

"Mi hijo fue llamado a reclutarse en el ejército", comenzó el hombre. "Sin embargo, tenemos una salida. El domingo, iremos a un médico que lo declarará falsamente no-apto para el servicio. De esta manera se evitará todo el disgusto, y tal vez incluso la muerte en ese terrible ejército. Rebe", pedía, "necesito su bendición para evadir el servicio militar."

El Rebe le dijo serenamente que Shabat se estaba acercando y que no podía concentrarse en bendiciones. Debería regresar el viernes por la noche después de su Tish (mesa festiva del Rebe, a la que los jasidim asistían después de sus propias comidas).

El hombre así lo hizo. Después de que la mayoría de los jasidim se fueron, el hombre repitió su petición, casi palabra por palabra. Una vez más, el Rebe no se comprometió. "Vuelve a verme después de Shajarit."

Shabat por la mañana, después del rezo, el hombre se acercó al Rebe nuevamente. Con calma, repitió la situación. "El domingo por la mañana iré a un médico que declarará falsamente a mi hijo no apto para el servicio militar. Por favor, ore para que evitemos el servicio militar obligatorio". El Rebe no se conmovió. De nuevo, lo aplazó hasta la tarde.

En la tercera comida de Shabat, la escena se repitió de nuevo, exactamente como lo había hecho las tres veces anteriores. "Tengo entendido que usted se va el domingo por la mañana. Vuelva a verme el sábado por la noche", dijo el Rebe. "Para entonces tendré una respuesta para ti."

En ese momento, la curiosidad de sus jasidim se despertó. Nunca habían visto a su Rebe tan reacio a conceder una brajá, especialmente cuando era una que salvaría un alma judía del terrible ejército polaco.

El sábado por la noche se reunió una gran multitud cuando el hombre se acercó con su solicitud. Frustrado y descontento, el hombre, una vez más, repitió su historia, casi palabra por palabra, por quinta vez.

Inmediatamente, el Chortkover saltó de su silla y comenzó a gritar. "¿Qué me estás preguntando? ¿Por qué alguien intentaría evadir el servicio de nuestro maravilloso país? ¿Cómo te atreves a pedirme una bendición de ese tipo? Tu hijo sería un buen soldado para nuestro país. Le deseo la mejor de las suertes en el ejército!"

El hombre salió rápidamente de la habitación y se fue de la ciudad. Los jasidim se quedaron conmocionados y desconcertados. Nunca habían escuchado un grito tan inusual del Rebe.

"Voy a explicarles", les dijo el Rebe. "El hombre era un impostor. No tenía un hijo, y si lo tenía, lo quería en el ejército. El gobierno lo envió para probar nuestra lealtad. Gracias a Di-s pasamos la prueba".

"¡Ruaj Hakodesh, Rebe?!!" gritó un jasid mayor, "¿cómo lo supo?"

"Simple (no fue Ruaj Hakodesh!)", explicó el Rebe. "Presté atención a su nivel de intensidad. Desde el momento en que me visitó la primera vez hasta esta noche no percibí un aumento de intensidad ni sentimiento de desesperación con cada solicitud posterior. Cuando escuché su solicitud esta noche y no contenía más pasión o desesperación que su primera solicitud del viernes, sabía que era un mentiroso."

Estamos un día entero de Tefilá y terminamos con Neilá (oración de clausura), después de casi 25 horas de súplicas. La prueba de fuego (definitiva) de nuestra sinceridad llega cuando se cierran los Portones Celestiales. Cuando el sol comienza a ponerse, nuestras súplicas deberían intensificarse. Ese aumento en forma creciente de la intensidad de nuestras Tefilot asegura nuestra sinceridad. 
Y nos asegurará un buen y dulce año.

En lo que respecta a este año en particular: ENCONTRÁNDONOS EN LOS ÚLTIMOS MOMENTOS DEL GALUT (justo antes del amanecer es el momento más oscuro de la noche), CUANDO LOS DESAFÍOS SE VUELVEN MÁS DIFICULTOSOS, ES QUE DEBEMOS PEDIR CON MAYOR INTENSIDAD QUE NUNCA QUE QUEREMOS, ANSIAMOS Y ESPERAMOS LA GUEULÁ, LA LLEGADA DEL MASHIAJ Y LA RECONSTRUCCIÓN DE NUESTRO BEIT HAMIKDASH!

Este mismo año 5781 Beezrat Hashem.
תהא שנת פלאות אראנו
Año de Maravillas Desenmascaradas

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