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viernes, 1 de diciembre de 2017

Mamtak leShabat Vaishlaj 5778

Había una vez un rey que tenía un asistente muy leal, todo lo que el rey necesitaba se lo encargaba a él. Cuando este asistente envejeció y ya no tenía la fuerza de antes pidió renunciar a su puesto. Le dijo el rey, "Todavía tengo un proyecto más que quiero que hagas, luego quedarás libre, quiero que me construyas otra casa de lujo". El asistente que ya estaba cansado, recibió sobre sus hombros el proyecto de mala gana e hizo las cosas sin quedarle otra opción, porque el rey se lo había ordenado, pero el trabajo fue lento y los trabajadores que vieron la renuencia y desgano del contratista también trabajaron de mala gana y construyeron la casa con todo tipo de defectos, cuando la casa estuvo lista, el asistente se dirigió al rey y le dijo: "Ahora déjame irme". El rey le dio una llave y le dijo: "Este es mi regalo de despedida. Esta es la llave de la magnífica mansión que construiste." Por supuesto, el asistente quedó muy decepcionado de haber hecho el trabajo a regañadientes y se dio cuenta de lo mucho que había perdido.

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En la parashá de esta semana, leemos que el ángel le cambia el nombre a Yaakob, "No te llamarás más Yaakob, sino Israel," pero en la práctica la Torá continúa llamándolo Yaakob, a diferencia de Abram, que después que Hashem le dijo: "No te llamarás más Abram, sino Abraham" siempre es llamado en la Torá Abraham.

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En Jasidut está escrito que los nombres de Yaakob e Israel representan dos estados del pueblo de Israel, Yaakob representa al pueblo de Israel en un estado de 'siervo' e Israel simboliza al pueblo de Israel en un estado de 'hijo'. La diferencia entre el servicio de un hijo al servicio de un siervo, es que el siervo hace su trabajo con sumisión, recibiendo un yugo sin siempre queriendo hacer lo que su amo procura, pero hace lo que es necesario porque no tiene otra opción. El hijo, por el contrario, cumple la voluntad de su padre con amor y alegría.

Ambas condiciones existen también en la relación entre el Yehudi con Hakadosh Baruj Hu; hay un Judío que cumple los mandamientos con alegría y deleite, como un hijo, y está el Judío que hace esto con una aparente falta de elección, como un esclavo; por supuesto, nuestro objetivo es que sirvamos a Hashem con alegría, como hijos, sin embargo, también la Avodá de siervo es necesaria, porque cada uno de nosotros pasa a veces situaciones muy difíciles donde le cuesta y se debe hacer la Avodá con Kabalat Ol (sumisión), incluso si no me es cómodo, e incluso si no me identifico con eso, cuanto más me esmere en seguir trabajando con Kabalat Ol, seré capaz de alcanzar la Avodá de 'hijo', que hace todo con alegría.
Por lo tanto, la Torá continúa usando el nombre Yaakob para simbolizar que este trabajo también es necesario, y sólo con la combinación de Yaakob e Israel podremos cumplir nuestra misión y nuestro conexión con Di-s.

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Yehi Ratzon, Que tengamos el mérito de servir a HaShem con Kabalat Ol (sumisión), pero con alegría y conexión interna, y en mérito a esto mereceremos la redención completa muy pronto.

Shabat Shalom
R' Nejemia Vilhelm
Beit Jabad Bangkok, Tailandia
Traducido por JasidiNews 


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