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martes, 13 de febrero de 2018

Madre e hija salvadas de terrible accidente

Milagro: una madre judía y su hija se suponía debían estar en el vuelo de Saratov Airlines que se estrelló. Se salvaron por un pedido.

por Collive

Este lunes (ayer), una serie de nueve seminarios sobre judaísmo llegó a su fin en nueve regiones diferentes en toda Rusia, incluyendo Birobijan en el extremo este de Rusia. Cada seminario regional contó con participantes de ciudades vecinas.

Los seminarios fueron organizados por "YaHaD", la organización que ayuda a miles de jóvenes judíos en toda Rusia. Esta ronda de seminarios incluyó a cientos de participantes y trajo a los mejores conferencistas de habla rusa de todo el mundo. El fundador de "YaHaD", el Gran Rabino de Rusia Berel Lazar, participó personalmente en los seminarios que tuvieron lugar en Moscú y en Siberia.

La sra. Talya Samanina y su joven hija Malka viajaron especialmente a Moscú desde su ciudad de Orsk, para participar en el seminario que tuvo lugar en el Instituto Majon JaMeSh. Llegaron con Saratov Airlines y tenían previsto regresar a su ciudad de Orsk ayer, domingo, en el único vuelo de ese día.

El rabino Menajem Mendel Wilansky, que dirige "YaHaD", les pidió que pospusieran sus boletos por un día para quedarse hasta el final del seminario, que también incluiría una visita al Jewish Tolerance Museum en el barrio de Marina Roscha. La madre y la hija aceptaron, y emitieron nuevos tickets para ellos inmediatamente.
Unas horas más tarde escucharon las noticias y comprendieron que esta decisión les había salvado la vida. El vuelo en el que originalmente estaba programado que vuelen se estrelló pocos minutos después del despegue desde el aeropuerto Domodedovo de Moscú, y todos sus 71 pasajeros perdieron la vida.

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Janan Feldman, de Crown Heights, agrega (luego de enterarse de esto), un fascinante trasfondo, cerrando de esta manera un círculo:

Tengo un conocido que vive en la ciudad de Orsk, tiene una hija que asiste a la escuela pública local. Hace algunos años, la comunidad judía de Moscú organizó una serie de Mitzva-Tanks para visitar diferentes ciudades de Rusia y uno de ellos se detuvo en la localidad de Orsk. Los jóvenes Shlujim se encontraron con judíos de la zona y, de alguna manera, estos conocidos míos, que no eran religiosos, se encontraron con ellos y se entusiasmaron con los activistas del Mitzva-Tank. Al final, comenzaron a observar Shabat y su hija pequeña, que continuó estudiando en la escuela pública, comenzó a crecer con Idishkait.

En un momento dado, la escuela pública programó un examen en Shabat (las escuelas públicas en Rusia todavía tienen clases y exámenes los sábados) y, a pesar de los ruegos de la familia, el director no cedió y quiso obligarla a tomar el examen en Shabat o arriesgarse a desaprobar la materia. El Shabat no le interesaba a la escuela. La familia no sabía qué hacer y me escribieron para ver si de alguna manera podía ayudar. Me dirigí a mi viejo amigo David Rozenson, que había vivido en Rusia, que a su vez se puso en contacto con el rabino Lazar.

El rabino Lazar le escribió al Ministro de Educación y, para sorpresa de todos, la escuela no solo le permitió tomar el examen otro día, sino que reprogramó todos los exámenes para que nunca se llevaran a cabo en Shabat ni en las fiestas judías.

Si no fuera por el deseo de la familia de cuidar Shabat, quién sabe si la joven hubiera evitado tomar ese vuelo. Un milagro total. ¿Quién hubiera imaginado que un Mitzva Tank, una acción, continuaría para luego salvar a esta ahora orgullosa muchacha judía?

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