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miércoles, 12 de junio de 2019

El Maise y mensaje que cautivó al Toldot Yaakob Yosef para volverse un fiel discípulo del Baal Shem Tob


Al venir de Jag Hashabuot, entre otras cosas fecha del Yortzait del Baal Shem Tob, una linda historia, contada por R' Shmuel Groinem, Mashpia en Lubavitch:

El Baal Shem Tob llegó cierta vez bien temprano a la ciudad de Sharigrad (donde servía entonces como Rab el Gaon "Toldot Yaakob Yosef"), y se paró sobre su carreta allí en el centro del mercado. A las personas que se dirigían al Shul el Baal Shem Tob los llamaba y les hablaba, contándole poderosas y emocionantes historias.


Cuando el "Toldot Yaakob Yosef" llegó al Shul, y notó que no había nadie le preguntó a su Shamesh '¿Qué pasó hoy que no vienen?' a lo que le respondió que había un Yehudi en el centro del mercado que está relatando historias y todos lo están escuchando. Y le dijo de inmediato al Shamesh: 'Ve y avísales a todos que vengan de inmediato a hacer Davenen! Fue el Shamesh a cumplir su diligencia, más al llegar y oír  las palabras que salían de boca del Baal Shem Tob, se quedó él también allí...
Finalmente fue el mismo "Toldot Yaakob Yosef" a llamar a todos los presentes, pero al acercarse y escuchar, entraron las palabras en su corazón, y fue desde entonces que se acercó al Baal Shem Tob.

La historia que contó entonces el  Baal Shem Tob  en el momento en que llegó el "Toldot Yaakob Yosef" fue la siguiente:
"En una ciudad vivía un simple hombre que se dedicaba a cargar bolsos y paquetes; lo único que sabía era rezar. Llegaba al Shul temprano por la mañana a decir Tehilim y rezar con el Minian, y durante todo el día se dedicaba a su duro y fatigoso trabajo. Para Minja llegaba nuevamente al Shul para rezar con un Minian, y entre Minja y Arvit participaba de un Shiur de Ein Yaakob que daba un Melamed para gente simple como él.
En su mismo barrio vivía un Abrej que no tenía el yugo del sustento sobre su espalda, y cuando iba al Shul rezaba con tranquilidad; luego del Davenen se ponía a estudiar un Shiur de Guemara en profundidad. De la misma forma, llegaba una hora antes de Minja para estudiar intensamente, y su rezo era calmo y con concentración, y también entre Minja y Maariv estudiaba para sí.
Cierta vez, luego de Maariv, se encontraron los dos en la puerta, el jornalero soltó un profundo suspiro, como diciendo que su propia Tefilá y estudio no son como lo tendrían que ser. El Abrej, por su parte, al oír tal suspiro, echó una carcajada, como diciendo ¿qué tienes para comparar? Eres un simple hombre que ni tiene comparación con la Torá y Avodá que yo dedico.
Luego de varios años, cuando ambos dejaron este mundo, y llegaron al Beit Din Celestial, los ángeles defensores colocaron sobre la balanza todas las Tefilot y todo el estudio del Abrej, pero vino un ángel acusador y colocó del otro lado la riza burlona, que hizo inclinar toda la balanza
Y al jornalero, le colocaron los ángeles defensores en su propia balanza su profundo y sincero suspiro, que le hizo inclinar toda la balanza para bien."

Esta historia fue la que hizo acercar al Gaón el "Toldot Yaakob Yosef" al Baal Shem Tob para terminar siendo uno de sus más grandes discípulos.

Reshimot Devarim, contada por R' Yehuda Jitrik, que la oyó directamente de R' Shmuel Groinem

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