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domingo, 8 de agosto de 2021

Una bendición acelerada - My Encounter


R' Hirshel Pekkar, un renombrado platero de Crown Heights que creó la famosa Menorá que se enciende cada Januka en 770 Eastern Parkway, falleció el jueves 27 Av, 5781. BD"H

Aquí su historia con el Rebe, entrevistado por JEM para el proyecto My Encounter.



Nací en 1936 en Ucrania, en la ciudad de Dnepropetrovsk (antes conocida como Yekaterinoslav), cuyo rabino era Rab Leivi Itzjak Schneerson, el padre del Rebe. Desafortunadamente, no llegué a conocerlo ya que, cuando yo tenía apenas tres años, fue arrestado por sus actividades en pro del judaísmo y fue exiliado por los soviéticos a Kazajstán, donde falleció, cinco años después.

Después de la Segunda Guerra Mundial, durante la cual murió mi padre, como soldado del ejército ruso, mi madre y yo escapamos a Alemania, donde nos quedamos un tiempo en un Campo de Refugiados cerca de Bergen-Belsen. A los diez años me enviaron a vivir con un pariente en Inglaterra y estudié en las Yeshivot de Gateshead y Manchester allí.

Luego de terminar mis estudios, me convertí en joyero y finalmente me establecí en Londres. Aunque llevaba una vida religiosa, sentí que algo faltaba en mi vida. Cuando tenía 18 años, comencé a estudiar Torá con un rabino de Jabad llamado Yankel Gurkov, quien me introdujo a las enseñanzas jasídicas y me habló acerca del Rebe.

Me sentí atraído por el Rebe ya que su padre había sido el rabino de mi ciudad natal, así que le escribí una carta, pidiéndole una bendición para tres cosas: una inteligencia adecuada, un buen sustento y una mujer adecuada para casarme.

Muy poco tiempo después recibí una respuesta, en la que el Rebe me decía que me mencionaría en sus rezos y me deseaba que pronto compartiera buenas noticias. Efectivamente, dos semanas después conocí a mi esposa. ¡Solo dos semanas después!

Poco después, en 1962, viajé a NewYork junto con un grupo de yehudim de Inglaterra como parte de un viaje organizado por el Sr. Zalman Jaffe. En aquella oportunidad, tuve mi primera audiencia privada con el Rebe e instantáneamente sentí que esta era la conexión que estaba buscando.

Durante esa audiencia, hablé con él sobre el tema de mi sustento. Recuerdo que me preguntó: "¿Trabajas a destajo (por pieza) o un trabajo por tiempo (horas)?" Me sugirió que me tomara un tiempo para mejorar mis habilidades como joyero y señaló que la única forma en que podría hacerlo sería si trabajara a destajo y no me presionara el tiempo. Gracias a su consejo, instalé un pequeño taller en mi casa y desde entonces he estado trabajando para perfeccionarme.

En otra ocasión en que tuve el privilegio de tener una audiencia, me dijo en idish : "Zolst nemen fun danet oif gashmius un oif rujnius mit zij - Deberías llevarte de aquí [sustento] físico y espiritual."

Entonces le dije al Rebe: "Ij hob gevolt nemen der Rebbe mit zij - Quiero llevar al Rebe conmigo."

El Rebe me respondió: “Az du nemst fun de rujnius fun danet, nemst du mir mit zij un az du nemst mir mit zij zolst mir ois nutzen oif gute zajen - Si tomas de lo espiritual de aquí, me estás llevando contigo, y si me llevas contigo, debes usarme para cosas buenas."

Un tiempo después, durante una visita a Nueva York, acepté un trabajo en Manhattan, para una empresa que me pidió que hiciera diseños de joyas. Trabajé duro en esto, pero después de un tiempo, sentí que estaba empezando a trabajar demasiado por dinero. Por lo que en mi próxima reunión con el Rebe, decidí dárselo todo. Cuando lo hice, el Rebe sonrió, y luego sacó un billete de cien dólares de lo que le di y dijo: "Ya que este dinero es mío para hacer con él lo que quiera, quiero que lo tomes y lo gastes en lo siguiente: Es costumbre que le llevas un regalo a tu esposa, así que cómpraselo con esto. Y con el cambio, cómprale libros judíos a tus hijos."

Pero las dos historias más dramáticas que tengo que contar con el Rebe tienen que ver con mi esposa.

Llegó un momento en 1962, cuando presentó terribles dolores en el abdomen. Fue al hospital y le dijeron que tenía cálculos biliares, que eran bastante evidentes en las radiografías.

Su médico le recomendó hacer cirugía e incluso le dijo: "Si alguien te dice lo contrario, es un charlatán". Ella le creyó y se fijó la fecha de la operación.

Por supuesto, estaba muy nerviosa por eso, y le escribió al Rebe pidiendo una bendición, pero no recibió respuesta.

Dio la casualidad de que el lugar de hospitalidad kosher, donde nuestros hijos irían a quedarse mientras ella se sometía a la cirugía y se recuperaba de ella, estaba lleno en ese momento, por lo que tuvo que posponer la operación. Y ahí es exactamente cuando recibimos una carta del Rebe, que decía:




        “Dado que de todos modos hay un período de espera antes de la operación sugerida, sería recomendable aprovechar este tiempo para probar una dieta y ver si puede hacer innecesaria una operación. Después de probar una dieta, sería bueno consultar nuevamente a los especialistas y tal vez cambien de opinión sobre la necesidad de una operación, ya que conozco muchos casos en los que una dieta prescrita ha sido efectiva de esta manera.”

Por supuesto, mi esposa probó esta dieta que consistía en frutas y jugos de frutas y su problema desapareció. Ella nunca reprogramó la cirugía.

Algún tiempo después, tuvo un problema con sus pies y, mientras la examinaban, mencionó que había tenido un problema anterior con cálculos biliares. Entonces, el médico tomó una radiografía pero no encontró nada allí. "¿Quién te dijo que tenías cálculos biliares?" el exclamó. El simple consejo del Rebe la había curado por completo.

Pero luego, en 1965, mi esposa se volvió a enfermar. Un médico hizo una visita a domicilio e inmediatamente llamó a una ambulancia para trasladarla al hospital donde permaneció durante el Shabat, tiempo durante el cual experimentó una mejoría y fue dada de alta inmediatamente después.

Yo me quedé en lo de unos amigos ese Shabat y, cuando llegué a casa, encontré una carta del Rebe esperándome. No había llamado al Rebe para pedirle una bendición por la recuperación de mi esposa, por eso esta carta me tomó por sorpresa, especialmente porque decía:

        “Para cuando le llegue esta carta, espero que cualquier persona que necesite la bendición de Di-s en lo que respecta a la mejoría de su salud goce ya de tal mejora. En tal caso, es necesario hacer todo lo que se requiere en el orden natural de las cosas, bajo la guía y el cuidado de un médico, que proporciona el canal para recibir la bendición de Di-s, como está escrito, [en Devarim 15:10 ], 'Y Di-s te bendecirá en todo lo que hagas.' ”

Y al mismo tiempo que leo esto, me notifican que mi esposa estaba mejor y podía volver a casa. Lo que no puedo entender y no deja de sorprenderme es que la carta del Rebe fue enviada por correo desde New York incluso antes de que se enfermara. De hecho, estaba fechada veinticinco días antes. ¿Cómo pudo haberlo sabido el Rebe?








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