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miércoles, 4 de octubre de 2017

Mamtak leJag Hasukot 5778

Hace unos doscientos años, había en Ucrania  un importante rabino llamado Rabí Mordejai de Neshjiz. En su juventud se dedicó al comercio y tenía una Mitzva en la que ponía especial esmero: todo el año ahorraba dinero para un hermoso Etrog Mehudar para Sukot. En los países fríos, como Rusia y Polonia, no era posible cultivar Etroguim y conseguir uno Mehudar, era una operación costosa, por lo que la costumbre era que la comunidad se unía y entre todos compraban un Etrog comunitario. Sin embargo, Rab Mordejai no se conformaba con la compra comunitaria y ahorraba para un elegante Etrog Mehudar.

Una vez tuvo un año difícil en sus comercios, pero se mantuvo con apegamiento a la Mitzvá y con gran esfuerzo, logró ahorrar una buena suma para un hermoso etrog. Al día siguiente de Rosh Hashana, emprendió viaje hacia la gran ciudad para buscar el etrog; durante todo el camino pensaba felizmente en esto que, a pesar de lo difícil que fue el año pasado, pudo mentenerse en su Hidur. Cuando llegó al mercado, oyó llantos terribles. Un anciano judío estaba sentado en el suelo llorando. Le contó que es un aguatero y que todo su sustento era con la ayuda de su caballo, pero el viejo caballo acababa de morir y ya no tendría forma de mantenerse.

"¿Cuánto necesitas para comprarte un caballo nuevo"? Mencionó cierto monto y Rabí Mordejai se estremeció. Esa era exactamente la cantidad que tenía en su bolsillo para el Etrog. No dudó mucho, sacó el dinero y le dio al aguatero que no podía creer el milagro que le estaba ocurriendo.

Cuando volvió a la ciudad, la historia difundió y todos lamentaron que tendría que ceder este año a su buena costumbre. Pero él se veía feliz. Cuando su esposa se sorprendió de cómo puede estar feliz en esta situación, que tuvo que ceder a su famoso Hidur mantenido por décadas, dijo alegremente: "Nu, todo el mundo bendecirá sobre un Etrog, yo bendeciré sobre una carreta y su caballo..."

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Sucot es la fiesta más alegre del año, como vemos en la Torá que nos ordena tres veces alegrarnos en Sucot,; la fiesta es llamada Zman Zimjateinu y 'aquel que no vio la alegría de Simjat Beit Hashoeva no ha visto alegría en su vida'. La pregunta es cómo, precisamente en el mes de Rosh Hashaná y Iom Kipur, días tan serios de Jeshbon Nefesh en la que pudimos haber notado que nuestra situación no es la más gloriosa, ¿cómo podemos llegar enseguida después de este Jeshbon Nefesh a tal tremenda alegría?

Se explica en Torat Hajasidut, que el Jeshbon Nefesh no implica un estado de tristeza, sino de amargura, y la diferencia es: cuando una persona está triste esto se convierte en un fin en sí mismo, en contraposición a la amargura que es producto de una introspección en su situación y una aspiración a llegar a un mejor lugar, y cuando la persona decide cambiar y alcanzar un mejor lugar, esto mismo ya da lugar a una gran alegría; justamente después del Jeshbon Nefesh en el que descubrimos qué es lo que debemos corregir, y recibimos sobre nosotros buenas decisiones, es el momento adecuado para alegrarse y entrar en un año de Avodat Hashem con alegría.

La alegría radica en el conocimiento de que estoy haciendo la voluntad de Hashem, y cuando entiendo que el factor que causa la alegría es el Kesher (conexión) con Hashem, en realidad no importa si al final me conecté a Él a través de un Etrog, o que tuve que ceder y me conecto a través del caballo y la carreta.

Yehi Ratzon que logremos conectarnos con Hashem y alcanzar la verdadera alegría, al concretarse todos nuestros deseos materiales como espirituales, y tengamos muy pronto, la Gueulá completa.

Jag Sameaj
Rab Nejemia Vilhelm
Beit Jabad Bangkok, Tailandia


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