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jueves, 25 de enero de 2024

Zot Jánuca - Maise y Mensaje actual


Por Rab Itzjok Dovid Grossman

Hace unos 50 años, días previos a la Guerra de los Seis Días, reinaba en Israel un terrible temor y preocupación cuando los ejércitos de Egipto, Irak, Siria y Jordania se unieron con el objetivo de destruir el Estado judío. Algunos veteranos recuerdan las tumbas preparadas de antemano, y hubo quienes utilizaron pasaportes extranjeros para escapar de Israel.

Una de ellas era la sobreviviente del Holocausto, la Sra. Weinberger, nacida en Checoslovaquia, que ya había experimentado sufrimientos y guerras, y buscaba un poco de paz y tranquilidad para su vida. Su nieto, un destacado joven alumno que estudiaba en la yeshivá Tomjei Tmimim de Kfar Jabad, rechazó unirse a los 'evacuados' y optó por quedarse estudiando en Eretz Israel.

En esos días, el Rebe de Lubavitch salió con un mensaje esperanzador y tranquilizador: "La tierra más segura en el mundo es la Tierra de Israel", dijo, repitiéndolo una y otra vez. Su instrucción a sus seguidores y oyentes era clara: no abandonar la tierra, habría salvaciones y maravillas.

La Sra. Weinberger, preocupada por el destino de su querido nieto, se apresuró a llamar a un sobrino suyo, de las autoridades principales (jefatura de gobierno) en California en aquel entonces y quien sería luego el secretario de Defensa de los EEUU, Caspar Weinberger, y le pidió ayuda. "Querido Caspar", pidió la anciana tía, "por favor, ve a hablar con el Rebe de Lubavitch y explícale del grave peligro en Israel, y pídele que permita a sus Jasidim en Israel a que abandonen el lugar."

Caspar no se demoró y envió a su asistente personal al Rebe de Lubavitch. Este le informó al Rebe sobre la posición de la Inteligencia estadounidense que indicaba una amenaza real para la supervivencia de Israel. El Rebe, calmado como siempre, escuchó la preocupante evaluación estadounidense y al final respondió con determinación: "¿Ustedes tienen servicio de inteligencia? Nosotros también tenemos nuestro servicio de inteligencia. Nuestro servicio de inteligencia dice: 'He aquí, no descansará ni dormirá el Guardián de Israel'."

El secretario de Weinberger intentó una vez más insistir y llegar al corazón del Rebe respecto al único hijo de la familia que quedó solo en Israel, como remanente de una familia diezmada en el Holocausto: "Rebe, es hijo único." Pero el Rebe dio un golpe ligero en la mesa y dijo: "Para Hakadosh Baruj Hu, cada Yehudi es un hijo único", y salió de la habitación.

*

Nuestros Sabios establecieron que "no hay Mazal para Israel." Los judíos no están constituidos según tal o cual destino, y la conducta del Creador con ellos es contraria a las reglas naturales. Rashi explicó que "no hay mazal para Israel" significa que a través de la Tefilá y el mérito, su destino cambia para bien.

Los yehudim tienen un arma única que ningún otro pueblo posee. Tefilá y Zjuyot. La Tefilá es algo claro, todos sabemos que una Tefilá puede alterar la realidad. Pero, ¿cuál es ese Zejut que Am Israel tiene sobre todas las demás naciones, que hace que su destino cambie para bien?

Los Jajamim dijeron que los judíos tienen algo único y peculiar que no tienen otros: un comportamiento por encima de la naturaleza. Nos enseñaron que Hakadosh Baruj Hu se conduce con Sus criaturas Midá Kenegued Midá, medida por medida, y cuanto más actúa y trabaja el hombre, así actúan con él.

Y cuando una persona actúa de manera que no es natural, también actúan con él de manera que no es natural. Cuando una persona se santifica un poco, lo santifican mucho. Es decir, cuando se sacrifica un poco y hace más lo de que dice la ley, entonces también actúan con él más allá de la norma legal y estructurada.

Este es el secreto de los días de Jánuca. Los Jashmonaím podrían haber reflexionado: "Somos pocos, ¿cómo podemos, como un puñado de judíos, enfrentarnos al ejército de Antíoco y sus poderosas armas? ¿Cómo podemos vencerlo de manera natural?"

Pero Matitiahu y sus hijos sabían que, efectivamente, no tenían ninguna posibilidad de manera natural, pero de forma sobrenatural seguramente ellos vencerían. Ellos proclamaron a viva voz "Mi Kamoja Baelim Hashem!", y salieron a la guerra y vencieron al poderoso ejército griego.

"Así fue también con su llegada al Templo, donde todos sus utensilios se habían impurificado. Podían justificarse con cientos de razones, que no se encienda la Menorá, y que un estado de impureza estaba permitido en público, y que no había aceite puro disponible. Pero su determinación, voluntad y dedicación pusieron al descubierto aquella jarra de aceite puro que estaba sellada por el Sumo Sacerdote. Actuaron todo el tiempo contra la naturaleza, y de arriba mostraron esa misma expresión, medida por medida.

Este es el mensaje también para nosotros hoy: los judíos somos un pueblo único que no actúa solo según el libro y las estadísticas de guerras. Somos un pueblo que se dedica y se conduce más allá de la letra de la ley, y merece entonces,  por ley, con la ayuda de Hashem, que también triunfen en esta guerra, como lo hicieron en esos días en nuestro tiempo.

*

Al culminar la guerra, que trajo una victoria contundente a Israel, con la ayuda del Cielo, que desafió todas las leyes de la naturaleza, cuando Am Israel estaba rodeada por setenta lobos, con todo eso, en seis días derrotó a sus enemigos, mostrando una inmensa superioridad sobre los grandes y hábiles ejércitos árabes, el Rebe convocó a Kasper Weinberger a un Yejidut.

Weinberger, quien tenía un corazón cálido como se mencionó, llegó de inmediato al Rebe, quien al apenas abrir la puerta le preguntó con una sonrisa: 'Nu, ¿qué opinas de nuestro Servicio de Inteligencia?'"

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