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sábado, 6 de noviembre de 2021

Un Vort de un Farbrenguen Rosh Jodesh Kislev - Toldot



Por Rab Sholom Avzton


Rab Moshe Feller escribió un artículo para una publicación acerca de Jasidut. Mencionó allí que el nombre del Baal Shem Tov es Israel y explicó que cuando una persona se desmaya, le gritas al oído su nombre y eso ayuda a despertarlo y revivirlo.

Del mismo modo, dado que el pueblo judío estaba desmayado y desfallecido en aquella época, Hashem envió al tzadik Reb Israel Baal Shem Tov para revivirlos.

Antes de presentar la publicación, se la envió al Rebe. El Rebe le hizo una corrección: que cambiara la palabra gritar por susurrar.

El rabino Feller señaló que este es el enfoque apropiado para nuestro Shlijus. Sí, podemos encontrar un judío que esté débil en su observancia. Uno puede pensar que la manera de despertar a estos judíos es gritándole en voz bien alta. Entonces el Rebe nos está diciendo que no es esa la manera. La forma de tener éxito es hablándole con suavidad y con respeto.


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Cuando Reb Avrohom Hejt le pidió al Rebe que explicara lo que sucedió entre Shemini Atzeret 5738 (1977) y Rosh Jodesh Kislev, el Rebe le dijo que mirara la introducción al Zohar.

Allí se menciona que el Ángel de la muerte vino a un Taná y el Taná le dijo: todavía tengo mucho por hacer, y le concedieron 15 años más.

Escuché del Rabino Mangel el siguiente pensamiento. Rav Ashi notó que el ángel de la muerte se acercaba a él. Le dijo al ángel: quizás te hayan enviado para llevarme, sin embargo, estoy en medio de la compilación del Talmud y no he terminado. Por lo tanto, tienes que darme un poco más de tiempo. La Corte Celestial ordenó al ángel que lo dejara por un tiempo.

Entonces, una de las enseñanzas que debemos aprender de Rosh Jodesh Kislev es asumamos sobre nosotros un objetivo en lo que respecta al estudio de algún Sefer de Jasidut (cuanto más grande, mejor) y si nos dedicamos a esta meta todos los días, Hashem verá que nos tomamos en serio lograrla, y alargará también nuestros días.


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Está claro para todos que los Shlujim son el orgullo de Lubavitch. Sin embargo, muchos Lubavitchers, incluyendo varios muy Jasidishe, no están en Shlijus. Sin embargo, como escribe el Rambam, "no es solo para la tribu de Levi, sino que aplica a todos los que aspiren a comportarse de la manera mencionada anteriormente." Lo mismo ocurre con nosotros, los que no estamos en Shlijus.

Si bien cada uno tiene su propia ocupación, eso no significa que no podamos dedicar parte de nuestro tiempo semanalmente a que (durante ese período de tiempo) nos dediquemos a trascender por encima de nuestras propias vidas y centrarnos en la meta del Rebe. y aspirar a que acerquemos a otro judío.

Escuché de mi suegro, Reb Moshe Pesaj 'שי Goldman lo siguiente:

Cuando yo era un bojur en 770, vino el rabino Axelrod de Baltimore y la Hanhalá le pidió que haga Farbrenguen con los jóvenes estudiantes.

Preguntó: ¿por qué en la Parashá de esta semana Itzjak le indica a Eisav que cace un animal y lo prepare para que él lo coma? (qué necesidad, etc)

Respondió que Itzjak sabía que Eisav era malvado y, por lo tanto, no merecía ser bendecido. Sin embargo, cuando está haciendo lo que su padre le pide, en ese momento es Tzadik y, por lo tanto, ese momento es recipiente para recibir las tremendas bendiciones que Itzjak pretendía otorgarle.

Lo mismo ocurre con nosotros. durante esos minutos, media hora o una hora o más que nos dedicamos a cumplir la voluntad del Rebe, somos sus Shlujim, y todas las bendiciones que le son otorgadas a los Shlujim, nos serán dadas a todos.

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