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domingo, 14 de noviembre de 2021

9 de Kislev - "¿No hay Farbrenguen?! ¿Por qué no?"



"¿No hay Farbrenguen?! ¿Por qué no?"


Era fines de noviembre de 1974. En 770 Eastern Parkway, la multitud estaba congregada en la sede central de Jabad luego de haber finalizado la Tefilá de Shajarit. El Gabai se levantó para hacer los anuncios habituales. La congregación esperaba de forma rutinaria aquellos anuncios, ya se esperaban lo qué irían a escuchar.

De acuerdo con el sistema, el Gabai miraba al Rebe mientras hacía los anuncios. Si el Rebe se comenzaba a mover (para irse) antes de que se anunciara la hora de Minjá, se entendía que se llevaría a cabo un farbrenguen, seguido de Minjá. Si el Rebe permanecía en su lugar, no habría farbrenguen esa tarde y se anunciaba la hora habitual de Minjá.

Aunque ya hace años el Rebe llevaba a cabo farbrenguens con frecuencia, los farbrenguens se limitaban a Shabat Mebarjim (el Shabat previo a Rosh Jodesh) o un Shabat especial en el calendario judío o jasídico. Ese año en particular, 5735, el Rebe había llevado a cabo farbrenguens con más frecuencia de lo habitual, razón por la cual los jasidim asumieron que seguro habría un farbrenguen, y especialmente dado que ese Shabat era 9 de Kislev, tanto el cumpleaños como el Yortzait del Miteler (Segundo) Rebe, y al día siguiente, domingo 10 de Kislev, marcaría la conmemoración de su liberación de la prisión.

El Gabai también estaba seguro. Comenzó a hacer sus anuncios habituales, Mitzva-Tanks saldrían el domingo a Manhattan, esperando que el Rebe comenzara a alejarse de su lugar, la señal para anunciar el farbrenguen de ese día a la 1:30. Pero en cambio, el Rebe permaneció en su lugar.
El Gabai, todavía seguro de que habría farbrenguen, continuó haciendo anuncios. Instó a la gente a participar en todas las campañas de Mivtzoim del Rebe, mencionando aquellas que el Rebe había iniciado a lo largo de los años. Pero después de haberse extendido anunciando todo lo que pudo, vio que el Rebe todavía seguía allí. El indicio era evidente: el Rebe no iba a hacer Farbrenguen.
El Gabai dio una última mirada y luego anunció: "Minjá a las cuatro."

Los Jasidim, asombrados y decepcionados. Grupos de Bojrim se reunieron alrededor, tratando de encontrar la razón por la que no tuvieron el mérito de un farbrenguen en ese Shabat tan especial. Quizás el Rebe quería anunciar una nueva mivtzá (Campaña), que guardaba para el farbrenguen que seguramente se llevaría a cabo al día siguiente y podría transmitirse en todo el mundo.

*

Al mismo tiempo que los jasidim salían de 770, el Davenen había terminado en el Shul de Franklin en la otra punta de Crown Heights. Mientras se preparaba el Kidush, un joven muchacho estaba sentado emocionado en la cabecera de la mesa. Era su Bar Mitzvá, su gran día. A su alrededor, los adultos charlaban acerca del Farbrenguen ese día por Tet Kislev, instando a todos a terminar antes de la 1:00 para poder llegar a 770.

Mientras los invitados pasaban apresuradamente a saludar al joven y deseándole Mazel Tov, el niño asentía y devolvía la sonrisa, pero a la vez con un suspiro, resignándose a una breve ceremonia. Este importante acontecimiento de su vida terminaría en menos de una hora.

En ese momento entró un vecino que rezaba en 770. "Lo siento, amigos, hoy no hay Farbrenguen."

Los Mispalelim de Franklin estaban sorprendidos. Sin embargo, ahora libre de prisa, alzaron sus copas en Lejaim por el niño, y el Kidush se convirtió en un mini-farbrengen que duró y se extendió casi hasta minjá. El joven bar mitzva estaba chocho.

*

Al día siguiente, domingo, era 10 de Kislev, por lo que el Rebe fue como de costumbre al Ohel aquella mañana. Los jasidim esperaban ansiosamente su regreso. Naturalmente, el Rebe iría a su oficina para Minja y luego hablaría con el rabino Jodakov acerca del farbrenguen.
Para su consternación, el Rebe regresó a última hora de la tarde y fue directamente a Minja. Luego salió de su oficina sin decirle una palabra a Rab Jadakov.
Estaba claro: tampoco había Farbrenguen ese día.
 
Reb Najman Yosef Twersky, un joven estudiante en ese momento, sabía que tenía que haber una razón detrás de todo esto. Se las arregló para averiguar más detalles, lo que resultó en una historia maravillosa.

Comenzó unos meses atrás. La madre de un niño, alumno en una escuela de Jabad en Crown Heights (Lubavitcher Yeshiva) le envió al Rebe una carta quejándose de la situación que su hijo quien, debido a su aspecto algo inusual (en su rostro), estaba siendo molestado sin piedad (bullying) por sus compañeros de clase.

El Rebe le aconsejó a la mujer que hablara con el director, quien ciertamente intervendría. Unas semanas más tarde, la mujer le respondió al Rebe. Aparentemente, el director hizo poco al respecto y las burlas continuaban.

El Rebe llamó al rabino Jadakov. Le pidió a su secretario que se pusiera en contacto con la escuela y le preguntara, en nombre del Rebe, por qué no se había corregido esta dolorosa situación.
"¿Qué están esperando?" preguntó el Rebe. "¿Que yo mismo vaya a la escuela y me ocupe de esto?"

El rabino Jodakov llamó a la escuela. Después de escuchar las instrucciones del Rebe, el director inmediatamente tomó serias medidas y el acoso se detuvo.

Ese Shabat, el 9 de Kislev, después de que el Rebe terminara minjá y se fue a su habitación, volvió a llamar al rabino Jodakov y le explicó que el Bar Mitzva de aquel joven se estaba llevando a cabo esa tarde de Shabat.
"El niño no debe sentirse defraudado que su farbrengen termine antes de lo habitual debido al mío", insistió el Rebe. Fue por esta razón que el Rebe decidió no hacer el farbrenguen.

El día siguiente, continuó el Rebe, sería la celebración (y la fiesta) de Bar Mitzva del joven. Si el Rebe hubiera realizado su farbrenguen habitual, la salida apresurada de tantos invitados arruinaría la celebración de aquel joven.

Entonces, ese 10 de Kislev 5735, tampoco hubo Farbrenguen.

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