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viernes, 15 de noviembre de 2019

Maise: Una palabra (MILÁ) de persuasión





Los ojos del doctor no predecían un buen augurio. "Estos son sus últimos días", expresó en voz baja y mirando a la familia con lástima. "Les sugiero que le digan adiós a su padre."

No sólo la corta edad del paciente aumentó la abatida atmósfera en la habitación. A los pies de la cama, en las manos de su madre, yacía un joven bebé, de menos de tres semanas. Todos lo miraban con lástima; no conocería a su padre.

Uno de los presentes juntó coraje, se inclinó hacia el oído del enfermo y le preguntó si quería que su hijo tuviera un Brit Milá (circuncisión). El hombre agonizante, que solía trabajar para la Embajada de Francia en Marruecos, respondió negativamente. Los miembros de la familia aceptaron su respuesta y decidieron honrar su voluntad. No pasó mucho tiempo y el enfermo pasó al otro Mundo.

Los días pasaron. El hijo creció y vio las últimas palabras de su padre como su testamento. Creció en un ambiente no judío, sin saber absolutamente nada sobre su pueblo y su religión. Cuando creció se casó con una mujer no judía.

Hace catorce años, el hombre celebró su 60° cumpleaños y decidió dar una visita a Eretz Israel. Después de todo, él es un judío, y sintió un deseo de viajar, pasear por la tierra del pueblo judío.

El hombre llegó a Israel sin un plan organizado de viaje y recorrió varios lugares. Un día estaba vagando por el barrio Sha'arei Jesed de Yerushalaim y vio frente a él un Beit Kneset (sinagoga). Curiosamente, entró.

Una disertación en francés llamó su atención. Vio allí un Rabino dando un Shiur en francés y se sentó. Al final de la charla, se acercó al rabino y habló con él. Entre los puntos que se hablaron, señaló que ya tenía sesenta años y no estaba circuncidado.

"¿Cuál es el problema?", respondió el rabino. "Lo derivaré a ud. a una organización que se especializa en hacer Brit Milá para adultos. Contáctelos y cumpla la Mitzvá!"

El turista rechazó cortésmente la oferta, pero el rabino no renunció a la oportunidad que se le presentó, de llevar a un judío al pacto de Abraham Abinu, y no abandonó los intentos de persuasión.

Así es como el hombre terminó encontrándose frente al experimentado Mohel el Rabino Aharon-Yosef Kramer, director de la organización Brit Avot. Durante una hora y media, el rabino Kramer le explicó el significado del Brit.

Entre líneas, señaló que Am Israel es el "pueblo elegido". El turista respondió con escepticismo: "Los cristianos y los musulmanes también creen que son los elegidos. ¿Por qué debería yo creer que nosotros, los judíos, fuimos elegidos? Además, no quiero ser distinguido, diferenciado de otros pueblos. Mi esposa es musulmana y es tan buena como yo."

La conversación se extendió, surgiendo diferencias de opiniones. De momento en momento parecía que la Mitzvá de Brit Milá se estaba haciendo cada vez mas distante del hombre. Se empecinaba en negarse. El rabino Kramer estaba casi por rendirse y decidió hacer un último intento. Puso su mano sobre su corazón, lo miró directamente a los ojos y le dijo: "Mira, yo soy judío y tú eres judío. Para cumplir esta Mitzvá, te necesito. ¡Por favor, ayúdame a cumplir la Mitzvá!"

El corazón del francés se abrió. Asintió con la cabeza. "Está bien", dijo, "lo pensaré esta noche".

Al día siguiente, a las nueve de la mañana, el hombre lo llamó. Con voz emocionada, anunció su aprobación. Acordaron encontrarse en el centro médico a las once en punto. El rabino Kramer llegó a la hora señalada, esperando a su previsto paciente, pero el hombre no apareció. En el corazón del Mohel le entró la sospecha que el hombre se haya arrepentido a último momento. Salió a la calle y lo vio hablando con un limpiador de calles árabe.

"¿De qué estaban hablando?", El Mohel le preguntó luego algo curioso. "Le conté al árabe que estaba por circuncidarme. Él me animó y me alentó. Ahora estoy más tranquilo, no quería ser diferente a la gente (del pueblo) de mi esposa", respondió el hombre.

En la sala de operaciones, el Mohel le preguntó al hombre qué nombre judío elegiría. El hombre pensó por un momento y respondió: "Quiero que mi nombre sea como el tuyo, Aharon-Yosef, para recordar toda la vida al Mohel que me convenció de circuncidarme."

"¡Así como entró en el pacto (Brit), que así también ingrese a la Torá, a la Jupá y a las buenas acciones!", se oyó la voz del mohel con entusiasmo exclamar.

Al día siguiente, los dos se encontraron de nuevo, y el Mohel le ofreció a Aaron-Yosef que lo acompañara a una Tefilá de Minjá en el barrio de Zijron Moshe. Al final de la Tefilá, el Mohel se subió a la Bimá y declaró: "¡Rabotai (Caballeros)! Este judío fue circuncidado ayer. ¡Vamos a bailar!" Todos los presentes respondieron con gusto, rodearon al turista y celebraron y festejaron con él su ingreso en el pacto de Abraham Abinu. El hombre miraba a todos los Yehudim desconocidos que se alegraban y tomaban parte, con una alegría verdadera, en su honor.

Tres semanas después, antes de regresar a Francia, vino a despedirse del Mohel. Los dos hablaron cordialmente y con emoción, y el francés le dijo: "Desde el Brit, siento que mi vida ha cambiado. Mi enfoque hacia las ideas del judaísmo se han suavizado. ¡Ahora me siento bien y estoy orgulloso con el acto que hice!"

En la víspera de Rosh Hashaná, el Mohel recibe una llamada telefónica de Francia. "Me separé de mi esposa musulmana", le contó con la voz entrecortada el francés, "comencé a ponerme Tefilín y a cuidar Shabat."

Con el tiempo, su afinidad por el judaísmo fue creciendo. Comenzó a estudiar Torá y crecer en la observancia de las Mitzvot. Unos años más tarde, los dos se encontraron nuevamente,  y el Mohel no lograba reconocerlo, ahora portando una barba blanca. Se alegró de anunciarle: "Mi hija ha comenzado un proceso de conversión". En su mano tenía un Tanaj, que ha estado estudiándolo en los últimos años.

Con los años, el hombre continuó manteniéndose en contacto con el Mohel de Israel, e incluso logró convencer a dos de sus amigos judíos para que ingresen también en el pacto de Abraham Abinu.


(Contado directamente de boca del Mohel R' Aharon Yosef Kramer. Sijat Hashabua N° 1714 )


miércoles, 13 de noviembre de 2019

Mashal: "La vida no es lo que muestra la foto"

La vida no es lo que muestra la foto



Una vez reunió el león a sus pequeñas crías, a los cachorros de león y comenzó a hablarles acerca de la grandeza y poderío del león, el Rey de la selva, para educarlos e instruirlos acerca de su fuerza, y les dijo:

"Sepan, hijos míos, que poseen ustedes la sangre y linaje del felino más poderoso, que no hay otro semejante! No hay criatura que pueda contra nosotros, 'cuando el león ruge ¿quién no se estremecerá?'. Sepan, que incluso el ser humano, el hombre, que se cree el más supremo y poderoso, nos tiene miedo y se derrite frente a nuestra presencia. Así que sean fuertes y vayan con coraje y valentía!"

Recibieron los cachorros el mensaje y salieron rumbo al mundo. Llegaron frente a un enorme muro, y vieron sobre la pared la imagen de Shimshon Haguibor destrozando y despedazando a un león.  Se quedaron estremecidos frente a lo que veían, y regresaron preocupados a lo de su padre. "Padre, ¿por qué nos dijiste que el león es el más poderoso? Hemos visto recién la clara imagen de un hombre despedazando un león!" 

El león los calmó y les explicó: "No teman hijos míos; esa misma imagen colgando allí expresa justamente nuestro poderío, nuestra enorme fuerza y calidad! Generalmente el león es el que ataca y termina despedazando a la persona. Una única vez que ha sucedido lo sobrenatural, que el hombre haya vencido frente a un león, quedó tan marcado aquel incidente que decidieron registrarlo en el muro, como recuerdo perpetuo."

(Mashal en nombre del Baal Shem Tob)

***

Lo que muestran las fotos colgando no es la realidad....Más bien debemos buscar la verdadera realidad, tal como la descubrió Abraham Abinu en su búsqueda hasta encontrar al verdadero Creador del Mundo.

Snapshots - Anécdotas cortas con el Rebe - Desafiando el Status Quo #7

Número 7

Ropas de Shabat


“Hay algunos yunguerlait que usaron kapotes en sus jasunes, y sin embargo ahora han dejado de usarlos en Shabat. ¿Por qué es así? ”, le preguntó el Rebe a Reb Leibel Groner a principios de los años 5710 (1950).
Reb Leibel respondió que los yunguerleit no podían cubrir los gastos para un sirtuk.
“Recuerdo”, dijo el Rebe, “de joven, creciendo, en Yekatrinoslav, la gente era muy pobre; uno tenía un parche en el codo derecho, el otro en el codo izquierdo y otro en el pecho. ¡Sin embargo, nunca se le ocurrió a nadie sustituir su ropa de Shabat con un saco corto! Se le debe decir a los Yunguerlait que no hay necesidad de dejarse intimidar por el mundo que los rodea, como siempre fueron los Yehudim (que nunca se han dejado intimidar por el entorno)”.
Reb Leibel comentó: "En Estados Unidos (América), la ropa remendada no se consideraría una ropa de Shabat..."
El Rebe respondió bruscamente: "¿Y la mitad de una prenda se considera Shabes'dik?"

martes, 12 de noviembre de 2019

¿De qué parte sientes que perteneces?



Como es sabido, después de que el Frierdiker Rebe abandonara Rusia, se estableció por primera vez en Riga, Letonia y algunos años después se re-estableció en Polonia. Lo siguiente sucedió cuando estaba en Letonia.

Dos Jasidim de la misma ciudad pudieron llegarse a lo del Rebe, para visitarlo, en Letonia. Cuando el primero entró en la habitación para un yejidus, después de responder las preguntas (y consultas) del hombre y darle una brajá de éxito, el Rebe comenzó a preguntarle acerca del nivel de observancia judía.

La persona respondió: "Boruj Hashem, tenemos un minian, que es bien asistido y hay un shiur de jasidus por la mañana antes del davenen. La mayoría de los judíos en la ciudad no son jasidim, sin embargo, están ansiosos por escuchar un pensamiento o concepto de jasidus. Hay mucho trabajo por hacer, pero estamos progresando."

Al escuchar esto, el Frierdiker Rebe, tomó algunos rublos y se los dio al josid, pidiéndole que lo dejara ser parte de ese maravilloso trabajo.

Cuando salió de la habitación de Yejidus, se encontró con su amigo y le contó que recibió algunos billetes del Rebe por lo que le habia dicho. El amigo respondió: " 'Blanqueaste' la verdad de lo que pasa, si (hubieras sido sincero y) le hubieras dicho la verdad, el Rebe te hubiera dado mucho más."

Efectivamente, lo mismo se repitió cuando entró en la habitación del Rebe para su yejidus. Después de responder a sus preguntas, el Rebe le preguntó respecto a qué estaba sucediendo en su ciudad.

La persona le confesó: "Nuestra ciudad no es similar a los jasídishe pueblos de Rusia; de hecho, las personas que quieren escapar de ese estilo de vida son las que se establecen en nuestra ciudad y alrededores. Tenemos museos, óperas y bares, etc. No es un buen lugar para criar a un niño jasídishe. Sí, hay un minian, pero solo concurre una muy pequeña parte de la comunidad."

El Rebe le agradeció por su informe, sin embargo, por alguna razón no le dio nada a esta segunda persona. ¡Nada de dinero, nada de nada!

La persona se sorprendió y expresó su asombro ante el Rebe. Le dijo: “¿Cómo es que cuando mi amigo 'pintó todo un cuadro color de rosa', el Rebe le dio dinero, pero cuando le dije al Rebe la franca verdad, no me dio nada?"

El Frierdiker Rebe le respondió: ¿Crees que necesitaba que me informaras sobre lo que está sucediendo en tu ciudad? Sé perfectamente lo que está sucediendo en tu ciudad, así como en muchas otras ciudades de Rusia. Sin embargo, quiero saber dónde estás vos, ¿De qué parte de la ciudad eres parte?

***

Esta historia fue relatada hace unos años en un Farbrenguen en el Kinus Hashlujim. Y el mensaje con el que concluyó fue el siguiente:


Sí, está teniendo lugar un Kinus, están sucediendo cosas tremendamente positivas en Lubavitch. Sin embargo, puede que hayan algunas cosas que necesiten mejoras. La pregunta es ¿Dónde está tu enfoque y a qué parte de Lubavitch estás conectado?

lunes, 11 de noviembre de 2019

¿Por qué un Rab no comía Leikaj?

Un Josid del Alter Rebe que fue Rab en Minsk siempre se negaba a comer Leikaj (pastel de miel). Una vez reveló la admirable razón de este hábito poco común.

Por Dovid Zaklikowski, para COLlive

El Rabino Itzjok Aizik era un respetable estudioso de la Halajá (ley judía). Después de entrenarse bajo la tutela de Rabi Shneur Zalman de Liadi, fundador del movimiento Jabad y autor del Shuljan Aruj Harav, se desempeñó como autoridad rabínica durante 85 años. Era conocido como R' Aizik de Minsk, por la ciudad donde vivió la mayor parte de su larga vida.

Los que observaban (y conocieron) a Rab Aizik de cerca notaron algo extraño en su comportamiento: nunca comer Leikaj. Aún más extraño era, que cada vez que se le preguntaba sobre el tema, el rabino Aizik evitaba responder.

Solo poco antes de su fallecimiento lo explicó todo.

Cuando tenía 20 años, justo después de haber asumido su primera posición rabínica, había asistido a una boda. En la mesa se sirvieron varios pasteles y tortas diferentes, y el rabino Aizik tomó un pedazo de torta, dijo la bendición y se la comió.

Alguien que estaba cerca le preguntó por qué no había elegido el pedazo de Leikaj, allí presente y servido, un pedazo más grande y digno para recitar la Brajá, acorde con la Halajá (ley) de que uno debe recitar la bendición sobre la mejor porción (y el mejor alimento) disponible.

"La verdad era", dijo R' Aizik, "que se me había olvidado eso. Pero como era un joven rabino, no quería admitir que lo olvidé."
En cambio, le dijo en aquel momento a su interlocutor: "No como leikaj."

"Puede que haya olvidado ese detalle de la halajá," concluyó R' Aizik, "pero nunca quise quedar culpable de la transgresión más grave: la mentira. Dije que no como Leikaj y he mantenido mi palabra desde entonces. No he tocado desde entonces un pedazo de Leikaj".

domingo, 10 de noviembre de 2019

Carta Semanal del Rebe: Superando la Soledad




En respuesta a tu carta en la que escribes que has estado estudiando en el Seminario durante algún tiempo y, sin embargo, no logras generar amistades con tus compañeras; por lo que te encuentras aislada, algo que comprensiblemente tiene un efecto en tu ánimo, etc.
Debes buscar el consejo de tus maestras sobre cuál de las chicas convendría tener como amigas y luego hacer un esfuerzo por conseguir su amistad.
Un consejo general para aminorar el aislamiento de uno: Contempla (y reflexiona acerca de) el hecho de que no hay ninguna persona en el mundo que sea absolutamente perfecta, incluyéndote tú misma, es decir, que tú también eres imperfecta y no debes exigir y esperar ver todas esas cualidades y aspectos brillantes en otra [antes de hacerte amiga de ellas].
Además, nuestros Sabios, de bendita memoria, han declarado, "todas las hijas judías son hermosas"; cada una de ellas es considerada "una hija de Sara, Rivka, Rajel y Lea". Seguramente posees muchas buenas cualidades y con el paso del tiempo llegarás a reconocerlas. Más aún, el ser amigable con los demás servirá también para revelar tus [propias buenas] cualidades.
Cuanto más contemples los puntos anteriores, más fácil te será obtener amigos y más rápido se disipará tu soledad y aislamiento, y en las memorables palabras de nuestros Sabios, de bendita memoria,  "Adquiere para tí un amigo."


jueves, 7 de noviembre de 2019

Tocando Violín para el Rebe - My Story

Interludio musical 

El violín anhelante


El rabino Shmuel Katan se desempeñó como químico e ingeniero en la Fuerza Aérea de Israel, y como profesor en la Escuela de Comercio Kfar Jabad. Fue entrevistado en su casa en Kfar Jabad, Israel, en diciembre de 2015 para MY MOMENT, de JEM.

Durante mi cuarto año de estudio en el Tejnion, el Instituto de Tecnología de Israel, experimenté un despertar espiritual que me fue difícil de definir en ese momento. Busqué en todo tipo de lugares antes de llegar a la conclusión de que mi camino estaba en el judaísmo. Como resultado de una conexión que forjé con el rabino Reuven Dunin de Haifa, y con el rabino Moshe Weber de Yerushalaim, comencé a estudiar en la Yeshivá Lubavitch en Kfar Jabad. Y, después de aproximadamente un año de estudio, comencé a trabajar como maestro en la Escuela de Comercio de Jabad, y luego me casé.

Mi primera visita al Rebe tuvo lugar en 1968, un año después de mi boda, en el mes de Tishrei, el mes de Rosh Hashaná, Yom Kipur y Sucot. Cuando me iba a Nueva York, mis conocidos me recomendaron que llevara mi violín y así lo hice.

Comencé a tocar el violín a una edad relativamente joven, y tuve el privilegio de estudiar con algunos de los mejores maestros (músicos) de Israel. Y toqué en varias orquestas, incluyendo la orquesta Tejnion, por lo que tenía una amplia experiencia musical que finalmente integré en el mundo jasídico de la música. Y, de hecho, durante el tiempo que estuve estudiando en la yeshiva, tuve el privilegio de tocar un par de veces en farbrenguens y en varios eventos de Jabad celebrados en Kibutzim por todo Israel.

Durante mi visita al Rebe en Nueva York, toqué varias veces en la sucá de mis anfitriones, y luego llegó Simjat Torá. Con la culminación de los Jaguim, el Rebe realizó un farbrenguen y, después de llevar a cabo la ceremonia de Havdalah, distribuyó vino de su copa. Cuando llegué para recibir un poco, le pregunté al Rebe si podía tocar mi violín. El Rebe me miró por un momento con una mirada penetrante y dijo: "Muy bien, por favor."

Saqué el violín que, a instancias de algunos de los jasidim, había corrido a buscar luego de Havdalá y lo había guardado debajo de las gradas. Dos conocidos cantantes, el rabino Moshe Teleshevsky y el rabino Shamshon Jaritonov estaban parados junto a mí, y luego de una breve consulta con el Rebe, me dijeron que tocara Esn est zij. Esta canción lamenta lo fácil que es conectarse a los placeres físicos, pero lo difícil que cuesta rezar, su melodía conmovedora expresa un profundo anhelo y deseo por Divinidad.

El salón estaba abarrotado cuando comencé a tocar, mientras el Rebe seguía sirviendo vino para todas las personas que pasaban. Cuando terminé el nigun, el Rebe hizo un gesto como que algo no estaba bien y le indicó a la multitud que cantaran la canción para que yo pudiera aprenderla.

Los dos cantantes trataron de explicarme lo que se refería el Rebe, que hay dos notas matizadas que toqué de forma ligeramente incorrecta, y me demostraron cómo debían sonar.

Lo intenté varias veces hasta que lo hice bien. Después de corregir esa parte, el Rebe me pidió que la volviera a tocar varias veces, y agregó: "Una vez más, una vez más" y "pianissimo", usando el término musical italiano que significa "muy suavemente."

En música, la dinámica del volumen le da al sonido su color y sensación. Desde una perspectiva técnica seca, puedes tocar la misma parte al mismo volumen varias veces una y otra vez, pero eso no haría justicia a la melodía. Lo que el Rebe estaba tratando de decirme era que esta parte del nigun expresaba anhelo y, por lo tanto, la suavidad del sonido tiene importancia. Lo repetí más suavemente, y de repente el Rebe se volvió hacia mí y me dijo: "Pero la última nota que debes hacer es una tekia guedola", refiriéndose a la fuerte y larga nota que se suena con el shofar en Rosh Hashaná. Y traté de hacer eso, haciendo que durara el mayor tiempo posible.

Seguí tocando algunas melodías más, terminando con el famoso Ufaratzta. Lo toqué con entusiasmo, ya que estaba acostumbrado a tocarlo en los eventos de Jabad en Israel. En cierto punto, el Rebe se volvió hacia mí y me dijo: "Lo has tocado como lo cantan en Israel, ahora tócalo como lo cantan en Babilonia", refiriéndose a la Diáspora.

Encontré esta expresión interesante porque en el farbrenguen el Rebe habló sobre Rab Zeira que había venido de Babilonia a Israel y que luego ayunó cien veces para olvidarse el método de estudio babilónico para poder aprender el método de estudio del Talmud Yerushalmi.

Toqué la canción varias veces, hasta que la toqué de la manera que el Rebe me lo había pedido.

Cuando el Rebe comenzó a abandonar la sala, la multitud cantó Ki B'simja Teitzeiu, y el Rebe me miró, como indicándome que debía sumarme. Inmediatamente comencé a tocar junto con la multitud, y luego el Rebe me indicó , "Haz un crescendo", usando otro término musical italiano que describe un sonido que se hace más y más fuerte. Conocía el término, pero durante el canto, no escuché exactamente lo que el Rebe había dicho, y me incliné hacia el Rebe para preguntarle qué quería decir. "Lo contrario de pianissimo", me dijo.

Por supuesto, volví a tocar la canción con vivacidad, y toda la multitud cantó con entusiasmo. Fue un evento maravilloso.

Unos días después, cuando nos estábamos preparando para regresar a Israel, con los autobuses esperando para llevarnos al aeropuerto, el Rebe salió de 770 para despedirnos. Cuando preguntó “¿Dónde está Shmuel Katan?” La gente me dijo que sacara mi violín y empezara a tocar.

Recuerdo aquel momento único y conmovedor:

Era de noche y caminamos hacia atrás, nuestros rostros hacia el Rebe, yo tocando. Toqué Esn est zij, como el Rebe me lo había enseñado, la última estrofa más y más "pianissimo", para expresar la emoción de anhelo que todos estábamos sintiendo. Seguí tocando mientras nos íbamos alejando del Rebe, y nunca olvidaré la mirada paternal del Rebe, que nos seguía con una mirada de amor y anhelo.


R Shmuel Katan, tocando su violín ante el Rebe en 770, Motzaei Simjat Torá 5729 (1968)