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martes, 19 de marzo de 2024

Un Ángel de Mil - Maise del Rebe Rayatz cuando llegó a América (9 de Adar)

A principios de la década de 1940, Rab Shmariahu Gurary ז"ל que estaba casado con la mayor de las tres hijas del sexto Rebe de Lubavitch, Rabi Yosef Itzjak (Rayatz), fue enviado por su suegro a un Shlijut específico a Toronto junto con el rabino Shlomo-Aharon Kazarnovsky. Llegaron y encontraron la ciudad completamente paralizada por una tormenta de nieve. La profunda nieve lo había enterrado prácticamente todo y los vientos tormentosos azotaban las calles. Al no disponer de ningún tipo de transporte, se vieron obligados a refugiarse en un hotel cercano.

Varios jasidim y allegados a Lubavitch se dirigieron al lugar donde se alojaban para recibir y saludar a los distinguidos invitados de su ciudad. Entre ellos se encontraba un prestigioso rabino local, un destacado estudioso de la Torá en la ciudad, quien expresó su gran respeto y estima por el Rebe Rayatz y lo explicó con una historia asombrosa.

"No hace mucho, uno de los miembros de mi Shul, Reuven, un hombre rico, cayó gravemente enfermo. En realidad, sucedió en el Shul, en Shabat. Lo llamaron para una Aliá, y en su camino a la bimá sufrió un derrame cerebral! (ר"ל) Llamaron a una ambulancia y lo llevaron rápidamente al hospital.

Tan pronto como pude después de Shabat, fui a visitarlo. Cuando llegué a su piso, me encontré con los familiares que se habían apostado en la habitación contigua a la del paciente. Me contaron los detalles preocupantes de su condición: Además de tener una pierna paralizada, apenas podía hablar.

Su estado de ánimo era realmente sombrío. La situación del padre de familia ya era motivo suficiente. Pero además, su hijo iba a casarse, y debido al repentino y trágico acontecimiento, tuvo que posponer su boda.

Me advirtieron que no entrara en la habitación. Sin embargo, el paciente escuchó mi voz mientras hablaba con ellos y le pidió a su enfermera que me hagan entrar.

"Tan pronto como me vio, logró decir: 'Escuché que el Lubavitcher Rebe ahora vive en los Estados Unidos.'

"Es cierto", respondí. Llegó en el 5700 (1940). [El 9 de Adar II]."

"'¡Por favor!' -imploró, jadeando las palabras. 'Escríbele de mi parte y pregúntale qué puedo hacer para salvarme de esta espantosa enfermedad y recuperar mi salud.'

Por supuesto que accedí a su pedido. Tan pronto como llegué a casa, envié un telegrama urgente. La respuesta del Rebe llegó enseguida, también por telegrama expreso. Me indicó que le dijera al afligido hombre que una rama de la Yeshivá Tomjei Temimim de Lubavitch se estaba estableciendo en Montreal y que debía donarle $1000, porque 'Tzedaká salva de la muerte'. Específicamente mil, ya que el ángel [defensor creado por la Mitzvá] de [dar] cien es incomparable al ángel de mil, como dice [en el Libro de Iyob], אִם יֵשׁ עָלָיו מַלְאָךְ מֵלִיץ אֶחָד מִנִּי אָלֶף 
'Si un hombre tiene un intercesor, ángel, uno de mil...'. En este mérito, se recuperará y podrá utilizar plenamente sus piernas", concluyó el Rebe.

"Me apresuré a regresar al hospital con la carta del Rebe en la mano. Todos los familiares todavía estaban allí. Cuando la esposa del paciente me vio, dijo sorprendida: '¡Qué! ¿Ya recibiste una respuesta del Rebe?'

Le conté lo que el Rebe había dicho. Su hermano, que también había venido de visita, escuchó. Le comentó sarcásticamente: '¡Ah! Ya han comenzado a tratar de sacarle dinero. Ya sabes cómo son esta gente.'

"No me molesté en responderle. En cambio, entré directamente al paciente. Le dije lo que había escrito y que el Rebe había respondido de inmediato. Luego le leí la carta del Rebe. Cuando terminé, se volvió a su hijo, que había estado de pie junto a su cama todo el tiempo. '¡Hijo!' dijo, tan enfáticamente como pudo: "¡Quiero vivir! Por favor, toma mil dólares y entrégalos personalmente en Montreal, a la dirección que te indique el rabino."

"El hijo, cuyo matrimonio fue pospuesto, hizo exactamente lo que su padre le pidió, sin dudarlo. Unos días más tarde, un médico del hospital, conocido por ser un destacado especialista en este problema en particular, vino a hacerle un examen. Le despejaron la habitación y permaneció algún tiempo solo con el hombre postrado en cama. Cuando salió, con el rostro furioso, se dirigió directamente a los familiares del paciente, que aún mantenían su fiel vigilia.

"'¿Quién les dio permiso para traer a un médico externo y que iniciara el tratamiento?' -preguntó. 'Y sin informarme, nada menos. ¡Esto es indignante!'

Los familiares se miraron unos a otros y luego volvieron a mirar al médico, completamente perplejos: 'Doctor, por favor, no sabemos de qué está hablando. No hemos consultado a ningún otro médico ni sabemos de qué tratamiento adicional está hablando.'

"Si es así', respondió el médico en un tono más calmo, pero con un persistente tono de sospecha, 'entonces aquí se ha producido un milagro. El estado del paciente ha cambiado radicalmente. Ya no hay signos internos de la enfermedad. No lo puedo entender. Si sigue así, le daremos el alta muy pronto."

Y eso es lo que sucedió. Poco después fue dado de alta, y aunque necesitaba muletas para ayudarlo a caminar, no pasó mucho tiempo antes de que pudiera descartarlas. Su condición continuó mejorando rápidamente hasta curarse por completo.

La boda reprogramada se celebró con una alegría excepcional.


Fuente: "Shmuot Vesipurim" de Reb Fole Kahn que oyó la historia directamente de Reb Shlomo Aharon Kazarnovsky.
Traducido por JasidiNews
 
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