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miércoles, 14 de diciembre de 2022

Yud Tet Kislev 5783 (2022) - 250 años del Histalkut del Maguid

Rab Refoel de Hamburgo, un erudito descomunalfue un devoto discípulo del Gaón de Vilna. Rabi DovBer, el Maguid de Mezritch, sucesor del Baal Shem Tov, percibió la raíz sublime del alma de Rab Refoel y quiso atraerlo para que se convirtiera en su discípulo.

Una vez, durante una Seuda Shlishit (tercera comida de Shabat), el Maguid sorprendió a sus jasidim al alterar el estilo de su discurso y abordó un intrincado debate talmúdico. Sabían que no era costumbre de su maestro analizar proposiciones legales y Talmúdicas en público.

Aunque a otros de los estudiantes de Magiid podría haberles parecido sorprendente, no sorprendió a Reb Zushe de Anopoli cuando al día siguiente el Maguid lo envió a que emprenda un viaje. Tampoco le sorprendió que el Maguid no le hubiera dado instrucciones específicas. Sereno en su confianza en su Rebe, tomó su bastón y vagó de pueblo en pueblo, seguro de que el objetivo de su misión se revelaría a su debido tiempo.

En aquel tiempo, falleció el rabino principal de Posen, Alemania, y los funcionarios de la ciudad estaban buscando candidatos para ocupar este puesto rabínico. La costumbre en esos días era que el candidato tenía que exponer una Drashá magistral de Torá. A fin de probar su conocimiento, al candidato se le presentaba una serie de preguntas y complejidades del Talmud y la Halajá y se le pedía que las resolviera. Solo si podía responder a todas las preguntas planteadas a satisfacción de los eruditos de la ciudad y encontraba gracia en sus ojos, era designado para el puesto rabínico.

Se invitó a Rab Refoel a postularse como candidato y se programó una fecha para que haga su presentación. Para revisar su presentación antes de impartirla en Posen, se detuvo en una posada en una aldea cercana. Ese mismo día Rab Zushe también llegó a la posada. Al entrar vio al Rab Refoel sentado en una habitación lateral rodeado de libros abiertos. El posadero le había dado este lugar tranquilo para repasar su presentación.

Como la puerta estaba entreabierta, Reb Zushe entró en la habitación sin golpear la puerra. Mientras se acercaba al escritorio, escuchó a Rab Refoel repasando lo que había preparado. ¡Rab Zushe recordó de repente la lección que había escuchado del Maguid el Shabat previo a emprender su viaje y se dio cuenta de que se trataba exactamente del mismo tema que estaba ensayando Rab Refoel!

Rab Refoel se detuvo en medio de una oración cuando de repente se acordó un comentario de Tosafot que contradecía toda la premisa en la que se basaba su discurso. Rab Zushe vio su angustia y le ofreció su ayuda. Al principio Rab Refoel vaciló pero sin otra opción, finalmente accedió a escuchar. Al día siguiente iba a hacer su presentación y no tenía idea de cómo salir de su apuro.

Antes de que Reb Zushe le diera la respuesta, le explicó que la había escuchado de su maestro, el Maguid de Mezritch. Estipuló que a cambio de la respuesta, después de que fuera nombrado rabino principal en Posen, Rab Refoel tenía que visitarlo al Maguid. Rab Refoel volvió a dudar ya que sabía que viajar a la sede de los jasidim en Mezritch era algo que su maestro, el Gaón de Vilna, desaprobaría. Sin embargo, viendo una vez más que no tenía otra opción, le dio su solemne apretón de manos a Reb Zuhe y le prometió que viajaría a Mezritch para visitar al Maguid. Razonó que si Rab Zushe, el alumno del Maguid, podía adquirir tal profundidad de conocimiento de las lecciones de su maestro, entonces el maestro ciertamente debería poseer una sabiduría aún mayor. Rab Zushe procedió a resolver todas las dificultades del texto de una manera excepcionalmente brillante. Continuó debatiendo con el rabino Refoel sobre el tema para prepararlo más para la presentación.

Al día siguiente, Rab Refoel llegó a Posen y realizó su presentación ante los eruditos de la ciudad. Encontró gracia en sus ojos y lo aceptaron unánimemente como su rabino principal con gran honor.

Después de eso, Rab Refoel tuvo que cumplir su promesa de viajar al maestro de Reb Zushe, a lo del Maguid de Mezritch. Estaba preocupado por hacer el viaje debido al intenso antagonismo contra el movimiento jasídico recién organizado. Decidió contarle toda la historia a su propio maestro, el Gaon de Vilna, y buscar su consejo respecto la situación.

Cuando escuchó la historia, el Gaón de Vilna le dijo a Rab Refoel que estaba halájicamente obligado a cumplir su promesa y hacer el viaje a Mezritch. El Gaon quería que Rab Refoel trajera respuestas a tres preguntas que tenía: (1) ¿Los discípulos de Mezritch le tienen respeto y reverencia al Maguid, tal como se debe, en comparación con su temor al Cielo? 
(2) ¿Estudian allí Nigle (las partes exotéricas de la Torá como ser Talmud y Halajá? 
(3) ¿El Maguid posee Ruaj Hakodesh? El Gaon le solicitó que le informara todo lo que vio y escuchó en Mezritch. Luego lo hizo jurar a Rab Refoel (frente a diez testigos) que permanecería en el anonimato durante su visita.

Cuando Rab Refoel llegó a Mezritch se cuidó de no revelar su identidad. Se sintió aliviado al descubrir que Reb Zushe no estaba presente. Entró en la sala de estudio y quedó muy impresionado por su modo de rezar, como nunca antes había visto en su vida. Notó también la alegre camaradería entre todos los estudiantes.

Poco después, se escuchó el repiqueteo de muletas desde la antesala. Con suma reverencia, todos los estudiantes en la sala de estudio se pusieron de pie. Este sonido señalaba la llegada de su maestro, el Maguid, que estaba lisiado y necesitaba muletas para caminar. Había venido a enseñar la lección del día. Durante el transcurso de la lección, una mujer trajo un pollo recién faenado al Magid para que le resuelva su estatus cuestionable si era apto para el consumo. El Maguid delegó la pregunta a los estudiantes presentes y debatieron el tema extensamente. Su discusión se centró en tres opiniones principales: Maimonides, Rab Itzjak Alfasi y Rab Avraham Davidi. Llegaron a la conclusión de que el pollo era efectivamente kosher. El Maguid dijo que aprendió de sus maestros que las enseñanzas esotéricas de la Torá son paralelas a sus enseñanzas exotéricas. Así como hay tres opiniones en la Torá, así también hay tres opiniones en la Kabalá. Esas son las opiniones del Rab Yehuda Jayit, Rab Moshe Kordovero y Rab Itzjak Luria. Agregó que, según la Kabalá, se llegaba a la misma conclusión: el pollo estaba kosher.

El Maguid concluyó: "El gran Rabino de Posen está presente con nosotros. Que venga y tome él una decisión legal (un Psak)". Se volvió hacia Rab Refoel y le preguntó cómo resolvería este caso. Rab Refoel respondió. El Maguid comentó: "Tu interpretación de la ley es técnicamente precisa. Sin embargo, es una respuesta académica que carece de practicidad".

Rab Refoel quedó muy impresionado con todo lo que vio y escuchó. Vio el respeto que los estudiantes tenían por el Maguid. Señaló que estudiaban Talmud y Halajá, así como Kábala. Estaba admirado del hecho que el Maguid supiera quién era a pesar del cuidado que había tenido para ocultar su identidad.

Cuando regresó al Gaon de Vilna, Rav Refoel le informó que, en su opinión, el Maguid no solo tiene poderes humanos, sino también poderes trascendentes, incluyendo Ruaj Hakodesh. Procedió a dar los detalles de todo lo que vio y escuchó. Algunos dicen que el Gaon no estuvo dispuesto a aceptar el testimonio de Rab Refoel. Otro dice que aceptó su testimonio e incluso consideró la idea de reunirse con el Maguid, pero su madre lo disuadió a instancias de sus propios discípulos y colegas.

En cuanto a rab  Refoel, no hizo un segundo viaje a Mezritch para no incider en el honor del Gaón de Vilna. Tampoco viajó al Gaon de Vilna en deferencia a su experiencia en Mezritch. Durante la acalorada controversia sobre la aceptabilidad del movimiento jasídico, Rab Refoel nunca cuestionó las enseñanzas de Baal Shem Tov debido a su respeto por el gran Maggid en Mezritch. Incluso se negó a firmar la prohibición de excomunión contra los jasidim que salió de Vilna. Y es importante señalar que algunos de los propios hijos de Rab  Refoel finalmente se convirtieron en Jasidim.

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