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martes, 14 de junio de 2016

Cuando el Baal Shem Tob salvó a toda una comunidad, Maize contado por el Ruzhiner

Shavuot es el Yortzait del Baal Shem Tov, como así  tambien de Dovid HaMelej. La siguiente es una historia que el heiliker Ruzhiner repetía en nombre de su  bisabuelo el Maguid de Mezrich, que está conectada a ambos.

Un viernes por la mañana, el Baal Shem Tov informó a algunos de sus discípulos que se preparen para viajar ya que planea pasar Shabat en una determinada  localidad. Los Talmidim prepararon inmediatamente la carreta y partieron. Llegaron a la ciudad y la gente del pueblo se quedaron encantados de la sorpresa, el  gran tzadik, el Baal Shem Tov en persona se quedaría en su ciudad para todo el Shabat.

Viernes por la noche todos hicieron davenen en el gran Shul, deseando estar junto al Baal Shem Tov. Después de davenen se preparaban para desearle a sus  huéspedes un Gut Shabes, sin embargo, antes de que pudieran abandonar su lugar, uno de los talmidim anunció en nombre del Baal Shem Tov que todo el mundo  debe permanecer en el Shul, ya que van a recitar todo el Tehilim .

Nadie sabía por qué, todo parecía ir bien, pero si el Tzadik pidió que digamos todo el Tehilim, lo haremos. El Jazan comenzó diciendolo a un ritmo regular y llegó a terminarlo en menos de dos horas. Todo el mundo cerró su tehillim, pero de repente se dieron cuenta que el Baal Shem Tov le dio instrucciones al Jazan de  comenzar de nuevo.

Esto es serio, quien sabe que estará sucediendo. Mirando a sus Talmidim tratando de averiguar la razón, se dieron cuenta que los talmidím del Tzadik estaban tan  desconcertados como ellos. Así que lo dijeron una segunda vez. Pero ahora todas las mujeres habían llegado al Shul al darse cuenta que algo inusual estaba  ocurriendo, nadie había regresado a sus hogares. Esta vez se dijo con un poco más de seriedad y lo terminaron por segunda vez. Sin embargo, el Baal Shem Tov,  de inmediato dio instrucciones de decirlo una tercera vez.

La gente estaba muy hambrienta, pero ahora se dieron cuenta de que hay algo de verdadero peligro al acecho contra una persona, o tal vez a algunas personas o  Jas v'sholom podría ser que toda la ciudad estaba en peligro. El tzadik definitivamente no hubiera alejado a todos de sus Seudas Shabes así porque sí.

Lo terminaron por tercera vez y miraron el Baal Shem Tov para ver cuales eran sus instrucciones. Esta vez se dio vuelta y dijo: "El peligro ha pasado. Todo el  mundo vaya a sus casas y coman su seudá. Después de la seudá, aquellos que son capaces de volver y continuar digan Tehilim hasta el amanecer.

Todo el mundo estaba desconcertado. Nadie sabía de algún peligro que se cierne sobre la ciudad, pero si el Tzadik lo dijo, debe ser verdad. Sin embargo, también  anunció que el peligro ha pasado, por lo que son buenas noticias y se fueron a sus casas y casi todos regresaron después de hacer Kidush y comer la comida.

A la mañana siguiente, después de davenen, el Baal Shem Tov indicó que todos coman la comida de Shabes juntos y hagan una Seudas Hodaa, para agradecer  públicamente a Hashem por su bondad y los milagros. Una vez más, todos se miraron preguntándose qué habrá sucedido la noche anterior, pero hicieron según lo  dicho.

En medio de la seudá, uno de los vecinos gentiles caminaba por el Shul y el Baal Shem Tov instruyó a sus estudiantes de pedirle que entre. Cuando entró vio las  mesas llenas de comida, pero sus ojos se clavaron en el whisky como si quisiera decir, si tan sólo pudiera tomar una copa. El Baal Shem Tov dio instrucciones a un  estudiante de llenarle un vaso y darle al visitante.

Iván le agradeció y se la tragó de un saque y bajo instrucciones del Baal Shem Tov el estudiante continuó recargandole el vaso hasta que Iván se emborrachó.

En ese momento, el Baal Shem Tov dijo, Iván, podrías por favor contarnos que pasó anoche.

Estando borracho, Ivan comenzó a contar: la semana pasada, el poritz local (señor feudal) reunió a más de cincuenta de nosotros y nos instruyó que vayamos a su  casa para una fiesta el viernes por la noche y en la fiesta nos pagaría para hacer algún trabajo para él . Recibir bebida gratis y una paga, era algo que no podíamos  rechazar y todos fuimos,  algunos incluso trajeron amigos y comenzamos a beber.

Después de un par de copas pequeñas, el señor feudal nos informó que está enojado con la comunidad judía e instruyó a sus trabajadores a sacar sus espadas y  herramientas metálicas, como barras de hierro para enseñarles a los Judios una lección. Cuanto mejor sea el trabajo, más pago recibirá.

Sin embargo, en ese momento un hermoso carruaje estacionó y el feudal se dio cuenta que era nada menos que uno de sus primos cercanos que no había visto  durante los últimos quince años. Él pensó haber oído que había fallecido en un trágico accidente, pero evidentemente no era cierto, por lo que nos dijo que  esperemos hasta que descubra por qué llegó su invitado especial.

Hablaron durante un rato y los sirvientes continuaron trayendo más comida, hasta la medianoche. El Feudal entró en nuestra habitación y dijo: Cambié de idea,  hombres pueden ir a casa. Nos sorprendió y algunos de nosotros nos quedamos con ganas de liberarnos de las deudas que debemos a los Judios, sin embargo,  ¿qué podíamos hacer?

Pero entonces una persona se levantó y dijo: nos contrataste para trabajar. Estamos dispuestos a trabajar, si no quieres que hagamos nada, es tu tema, sin  embargo, tenemos que recibir el pago. El feudal pensó por un segundo y sorprendentemente dijo que tiene razón y nos dio a cada uno una moneda y nos fuimos a  casa.

Las personas estaban horrorizadas con lo que estaban escuchando, algunas casi se desmayaron y ahora se dieron cuenta de por qué estaban diciendo Tehilim  hasta después de la medianoche. El Baal Shem Tov le agradeció a Iván deseándole lo mejor y se fue.

Dirigiéndose a las personas, el Baal Shem Tov ahora les contó el resto de la historia. El Poritz (de ustedes) tenía un administrador malvado que constantemente  hablaba en contra de ustedes. La semana pasada, cuando el Poritz estaba revisando sus libros se dio cuenta que estaba en profundas deudas y pidió a su  administrador una explicación, de por qué él, que tiene un montón de campos, posadas y demás está endeudado, mientras que otros poritzim que tienen menos  que él les va mucho mejor.

El administrador, que había estado robando el dinero en los últimos años, le echó la culpa a los Judios. Él dijo: los Judios se niegan a comprar sus productos, así  que tengo que vender con un descuento enorme, por lo contrario, se echaría a perder. Y todos ellos utilizan los molinos de otros feudales no el suyo, por lo que  pierde en esos ingresos también. Estas y otras acusaciones enfureció al poritz y juró enseñarle a todos los Judios una lección.

Ayer por la noche gracias al Tehilim que hemos recitado, fui capaz de traer a su primo fallecido de entre los muertos y lo visitó.

Cuando el viejo Poritz vio la reunión actuó sorprendido y le preguntó ¿por qué hizo semejante fiesta y no lo invitó? Al ver que estaba molesto, se disculpó y le  explicó que no era una verdadera fiesta, que era sólo para emborrachar a la gente, con el fin de que vayan a dañar a los Judios.

Al oir estas palabras el poritz mayor le preguntó por qué y repitió todo lo que su administrador le contó.

El Poritz mayor sacudió la cabeza con incredulidad. Te creés todo ese paquete de mentiras, parece ser, que yo sé la verdad y es por eso que vine.  Tu  maravilloso administrador  te está robando a ciegas. Él está exigiendo un precio superior por todos tus productos y servicios y embolsandose el dinero extra para  si mismo. Durante muchos años, los Judios estuvieron dispuestos a pagar, queriendo mostrar su agradecimiento por la amabilidad y decencia en la forma en que  tratabas con ellos.

Sin embargo los últimos años, que comenzó a exigir esos precios exorbitantes, se vieron obligados a buscar en otra parte y algunos comenzaron a tratar conmigo.  Cuando les pregunté, ¿por qué dejaron de usar tus servicios, me lo explicaron todo!

Le tomó al poritz muerto algún tiempo para convencerlo y sólo después que terminamos el Tehilim por tercera vez no había mas peligro.

El Ruzhiner decía: esto explica por qué el Baal Shem Tov dijo Tehilim el viernes por la noche. Pero, ¿por qué tenía que viajar hasta allí, podría haber dicho el Tehilim  con todos su Talmidim en su propio Shul, por qué en esa ciudad??!!

La respuesta es que un tzadik está con las personas. El Baal Shem Tov hizo davenen para que se salven y si Jas v'sholom no se aceptaban sus tefilot, yo estoy  con ellos en su angustia.

Que Hashem tenga rajmonus de Klal Isroel  y resguarde a todos nuestros hermanos de cualquier sufrimiento y que merezcamos rápidamente la llegada del  Moshiaj ben Dovid, pronto en nuestros días.

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