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viernes, 30 de noviembre de 2018

El secreto del Shamash y la relación con Parshat Vayesheb


Un interesante Maise en el que se puede encontrar una conexión entre Parashat Hashabua (Vayesheb) con la fiesta de Jánuca 


"El Sultán Turco visitó una vez la casa de su médico judío, Nisim Rajamim, durante los días de Januca y se quedó admirando las velas encendidas: "¿Qué vendrían a ser estas pequeñas velas?", preguntó. El médico le contó acerca de los decretos de los griegos y la entrega y sacrificio de los Jashsmonaim, sobre la recuperación de Yerushalaim y del servicio en el Gran Templo y el milagro de la vasija de aceite, en cuyo recuerdo encendemos velas durante ocho días, agregando una vela cada noche.
Esta visita era en el último día, y el sultán contó las velas. "¿Y qué es la novena vela?", Preguntó. "Ah, esa no, esa es una simple vela", respondió el doctor. "Encendemos las velas mediante ella".

El sultán lo miró fijamente: "Si se tratara de una simple vela (para encender a las demás), no la dejarías encendida, y más aún, dejarla elevada por encima de todas ellas; aquí estás escondiendo un secreto, ¡y no estás dispuesto a revelárselo a un gentil!" El sultán se levantó enojado y se fue diciendo: "Cuando estés listo para revelar el secreto, ¡te veré la cara!"

El médico quedó desconcertado. No faltaban enemigos de los judíos en la corte del sultán, por lo que una calumnia sobre esto encontraría oídos comprensivos.
Preocupado, salió a la calle, a caminar un poco y aliviar su dolor. Un anciano lo recibió y lo saludó calurosamente, mientras que él respondió al saludo cabizbajo.
"Te noto preocupado. Los sabios dijeron: "Si un hombre tiene una preocupación, que la comparta con otros".
Se dijo Nisim Rajamim asimismo: ¡Tal vez fue enviado del cielo! Y comenzó a contarle el motivo de su preocupación: ¡qué extraña demanda le requería el sultán, de revelar el secreto del Shamash! ¿Qué código secreto oculta el Shamash?!

"Un gran secreto se esconde detrás del Shamash!" le respondió el anciano. "No por casualidad está ubicado por encima de todas las velas e irradia su luz. Analiza el mensaje que tiene el Shamash para decirte: Estaba en la aceituna, en el fruto del olivo, protegido y viviendo bien y agradablemente. Pero este no era mi objetivo ni misión. Recolectaron mi fruto y me llevaron a la prensa de oliva, me tomaron y me aplastaron, y produjeron mi aceites. Luego fui colocado en una vasija... me fue puesta una mecha y encendí. ¡Y la mecha me va consumiendo con el fin de iluminar a la gente y alejar la oscuridad! Mírenme, seres humanos, y aprendan mi lección: ¡es mejor sufrir e incluso consumirse, para servir a los demás e iluminar sus vidas!"

Nisim Rajamim se maravilló y le agradeció al anciano calurosamente. "Me iluminaste los ojos", dijo. "¡Tengo una respuesta para el sultán!"

El anciano se sintió decepcionado y dijo: "Pensé que tomarías la lección además en tu relación con el propósito del hombre, y aquí de nuevo solo piensas en ti".

Sobre las ocho velas de Januca decimos: "No tenemos permiso de usarlas, solo para verlas". Arden y se consumen por su Mitzvá. Pero el Shamash, que es quien las enciende y nos brinda luz, su enseñanza siempre está acompañándonos: ¡pensar en el beneficio de los demás!
(Maayan Hamoed) 

Y ¿qué tiene que ver con la Parashá?
Yosef Hatzadik es este Shamash! 
Aquel hijo (el más joven) a quien su padre amaba y respetaba más que a cualquiera de sus hijos, que ayudó a su hermano y pastoreaba sus ovejas, a pesar de que sus hermanos lo envidiaran y lo vendieran, y por ello sufrió terribles tormentos. A pesar de todo, Yosef constantemente trata de ver cómo ayudar a los demás, cómo beneficiar a su alrededor, y en fin cómo ayudar a los hermanos que lo vendieron. Así interpreta inteligentemente los sueños del panadero y el mayordomo, y así resuelve los sueños del Faraón y así también le aconseja al Faraón y le brinda asesoramiento para preparar a Egipto para los siete años de hambruna, y así alimenta a su padre, a sus hermanos y a todo Egipto.

Al igual que el Shamash de Januca, el Yosef Hatzadik también nos dice: "Valió la pena el padecer e incluso sufrir con tal de que pueda servir a otros e iluminar sus vidas!"

Y la prueba: así como el Shamash se alza sobre todas las ocho velas de Januca, Yosef HaTzadik se convirtió en el rey. Finalmente, vemos quién está arriba, ¡quién se molesta y da de sí mismo!

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