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viernes, 2 de noviembre de 2018

Mamtak LeShabat Jaye Sara 5779


Cierta vez un anciano Jasid dijo: "Al comienzo de mi vida pensé que cambiaría el mundo (quería cambiar el mundo), pero la vida continuó y vi que la tarea era demasiado para mí. Decidí cambiar a mi país, pero nuevamente me di cuenta que semejante misión superaba mis posibilidades. Decidí entonces cambiar mi ciudad, mi barrio, mi casa....Al final de mi vida me doy cuenta de que ni a mi mismo logré cambiar.
Si hubiera comenzado de la manera opuesta, hubiera trabajado por avanzar y cambiarme a mí mismo, hubiera entonces tenido éxito en influir también sobre mi familia, mi barrio, mi ciudad, mi país, y así hubiera podido cambiar el mundo entero..."

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En la Parashá de esta semana leemos el Pasuk: "Y Abraham era anciano, entrado en años". Nuestros Sabios Z"l explican que "anciano, alude a aquel que adquirió sabiduría"; se refiere principalmente a la perfección del individuo y su trabajo consigo mismo, mientras que "entrado en años" se refiere más a su influencia sobre el mundo. En general, cuando uno invierte y se dedica a su propia perfección personal, le es difícil preocuparse por el otro, influenciar sobre el compañero, y la persona que se dedica al activismo en pro del público tiene menos tiempo para dedicarse a su propio crecimiento personal. La Torá declara sobre Abraham, que estuvo toda su vida ocupándose por el prójimo, acercando a todos a la Emuná en Hashem, recibiendo invitados, siendo hospitalario, etc. Sin embargo, supo trabajar a su vez consigo mismo y no permitió que su actividad interfiera con él en su Avodat Hashem personal.

Cada uno de nosotros tiene la oportunidad de ser influyentes sobre su entorno, en la sociedad, en el lugar de trabajo o incluso en la familia, y es nuestro deber aprovechar las facultades especiales que Di-s nos dio para esto; pero no debemos olvidar que trabajar con el otro no puede venir a expensas de nuestro crecimiento personal. Cada uno debe encontrar un momento fijo para un Shiur de Torá, de aprender y progresar y, de vez en cuando, hacer una Tefilá con un poco más de Kavaná (concentración), aún cuando toda tu vida esté dedicada a hacer por los demás.

Y, por otro lado, también aquella persona cuya dedicación principal sea en su propio desarrollo debe ser capaz de encontrar el tiempo para la comunidad y para los demás.

Yehi Ratzón que podamos encontrar el equilibrio correcto entre las cosas y preocuparnos por el progreso personal y por la mejora del mundo, de esa forma mereceremos llegar a ver un mundo listo para la Gueulá completa que vendrá de inmediato.

Shabat shalom!
Rab Nejemia Vilhelm
Beit Jabad Bangkok, Tailandia
Traducido por jasidinews

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