Reb Shmuel Dovid Raichik fue un shadar (emisario) del Rebe y el primer Sheliaj en la Costa Oeste de EEUU. Fue un jasid inolvidable, viviendo en un plano superior, mientras dedicó su vida a las campañas (Mivtzoim) del Rebe. Fue un ejemplo viviente de una persona con cualidades refinadas y una naturaleza pura y sutil.
Reb Shmuel Dovid tenía un amigo con quien había estudiado en Tomjei Tmimim en Otvotzk. Mientras Reb Shmuel Dovid fue enviado a California, este colega terminó viviendo en otra ciudad del Medio Oeste de EEUU.
En algún momento, ese otro judío experimentó dificultades con su sustento y consideró mudarse a California. Sabía que tenía un viejo amigo y colega allí, y esperaba que Reb Shmuel Dovid lo podría ayudar con ciertos aspectos de su reubicación y además ayudarlo a establecer conexiones a fin de establecer un negocio allí.
Lo que sucedió, desafortunadamente, fue que Reb Shmuel Dovid no tuvo éxito en satisfacer las solicitudes de su amigo. Sin duda, hizo su mejor esfuerzo, pero simplemente no funcionó. El amigo se sintió decepcionado y decidió echarle la culpa ante su situación al Rabino Raichik. Se lo tomó como algo personal y se distanció de él. Cualquier acercamiento por parte de Reb Shmuel Dovid fue rechazado.
Reb Shmuel Dovid no veía ninguna forma de forzar al otro a ser su amigo, por lo que se alejaron. No es que el Rabino Raichik tuviera algo en contra de su amigo, jas vejalila, [el que lo conoció a Reb Shmuel Raichik sabe que no tenía ni un mínimo hueso vengativo en su cuerpo,] pero con su amigo eligiendo rechazarlo, no veía que hubiera algo más que pudiera hacer.
Pasaron los años, sin que asistieran a las Simjes (celebraciones) uno del otro, ni tuvieran nada que ver entre sí.
Una vez, Reb Shmuel Dovid recibe una llamada del Rabino Jodakov. "El Rebe quiere saber qué está pasando con tal persona", dijo el Rabino Jodakov, preguntando por el bienestar de ese mismo amigo.
Reb Shmuel Dovid se sorprendió por la pregunta. Explicó que no ha habido contacto entre ellos durante años. "No tengo nada en contra de él, jas vejalila", explicó, "pero él está actuando 'beroiguez' (resentimiento) contra mí y no permite ninguna relación".
El Rabino Jodakov escuchó su explicación y terminó la llamada. Poco después, el Rabino Jodakov lo llamó de nuevo, diciendo: "El Rebe preguntó: 'Ober voz tut zij mit Ahavas Isroel?!' - ¿¡Pero qué pasa con el Ahavat Israel!?'"
No hace falta decir que el Rabino Raichik inmediatamente puso toda su energía en renovar la relación, sin importar cualquier reacción negativa. Por esa época, estaba casando a un hijo, y envió a dos de sus hijos a invitarlo personalmente a este amigo a la celebración y pedirle que participara. Poco a poco, los esfuerzos incansables del Rabino Raichik fueron efectivos, y la conexión se renovó y continuó hasta el fallecimiento del Rabino Raichik.
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Reflexión:
Cuando lo piensas, la exigencia del Rebe a Reb Shmuel Dovid fue algo realmente notable. Después de todo, Reb Shmuel Dovid no tenía nada en contra de este individuo; no era una persona que pudiera guardar rencor. Los sentimientos negativos eran completamente unilaterales: realmente no había nada que él pudiera haber hecho al respecto.
Pero el Rebe no aceptó esa explicación. El no ser más proactivo, no tomar más iniciativa por su cuenta para reparar la relación (hasta el punto de estar al tanto de lo que sucede en la vida del otro), era una falla, una falta de Ahavat Israel. El Rebe no aceptó la excusa o defensa de que esto fue causado por la otra parte.
Lo que todos tenemos en común, sin embargo, con la historia, es que todos tenemos explicaciones y excusas para nuestro comportamiento. Y para nosotros, es probable que suenen tan aceptables como el razonamiento de Reb Shmuel Dovid suena para cualquiera: no es nuestra culpa; la otra persona es responsable y la otra persona tiene la culpa.
Pero así como en la historia el Rebe se negó a aceptar el razonamiento de Reb Shmuel Dovid, también podemos estar bastante seguros de que no atribuiría ninguna legitimidad a nuestras razones. Por lo tanto, deberíamos prestarle un poco más de atención a ellas nosotros mismos:
¿Por qué, en general, quedamos molestos con las personas? En su mayoría, porque ellos, de una forma u otra, nos han hecho algún daño. Este me humilló, este me engañó, este me socavó, y el otro me miró de una manera medio fea. Hay numerosas quejas reales o imaginarias que creemos que nos han hecho.
Pero, supongamos que tengo razón. Que el comportamiento de la otra persona es el incorrecto, y que tengo una queja legítima contra él o ella. Entonces, alguien realmente me hizo daño. ¿Por qué eso me molesta? ¿Acaso no creo que el Oibershter (Dios) dirige el mundo? ¿Acaso tengo mis dudas, j"v, sobre lo que el Alter Rebe escribe en el Tania que "Al hanizak kvar nigzar min hashamaim" — que lo que me sucedió fue indudablemente predestinado?
[Se cuenta el cuento de un judío que pasó su vida haciendo lo correcto y sirviendo a Hashem con un corazón completo. A medida que envejecía, se dio cuenta de que su fin estaba cerca. Antes de morir, pidió a la Jebre Kadisha que le trajeran un crucifijo. Para su sorpresa, comenzó a besarlo y rezarle...
Ante su pregunta, explicó: "Ahora estoy al final del viaje, y me estoy acercando al próximo mundo. ¿Y si llego allí y descubro que, después de todo, los cristianos tenían razón? ¡Necesito cubrirme por las dudas!🤦♂️"]
Estudiamos jasidut, rezamos, cubrimos nuestros ojos y declaramos inequívocamente que Hashem Elokeinu Hashem Ejad. Sabemos, por supuesto, que "Ein od milvado", que Hashem dirige el mundo, y que nada sucede sin Su orquestación. Lo aprendemos en las Sijot, lo repetimos en los Maamarim. Y, en cierto nivel, realmente creemos que ese es el caso.
Hasta que se trata de mi existencia. Hasta que algo sobre lo que alguien más dijo o hizo es insultante o una ofensa para mí. Entonces, de repente, nos volvemos como el tipo de la historia. Tal vez no es realmente el Oibishter, j"v. Tal vez fueron las acciones de esa persona, las que me arruinaron, las que arruinaron mi trabajo o mi familia o mi shiduj o mi cholent. Y, si ese es realmente el caso, entonces es justo que me enoje con él (al menos por el futuro previsible).
Y el Rebe escucha nuestras quejas y razonamientos, y nos pregunta con firmeza:
'Ober voz tut zij mit Ahavas Isroel?!'
"¿¡Pero qué pasa con el Ahavat Israel!?"
Nada de esto es novedoso para ninguno de nosotros. Todos conocemos muy bien todas estas ideas y conceptos, y realmente creemos [en ellos]. Pero, de alguna manera, nuestra conducta, especialmente cuando se trata de Ahavat Israel, desmiente nuestra creencia y fe básicas. Sin embargo, a veces, depende de nosotros reevaluar nuestro comportamiento, nuestro bein adam lajavero, y determinar si realmente refleja nuestra filosofía de vida y nuestra fe en Hashem.
Redediquémonos al estudio de Jasidus y a vivir con una palabra de Jasidus, adaptar la mentalidad de Jasidut como nuestra propia mentalidad, y que eso sea lo que maneje nuestra relación con nuestros semejantes, así como nuestra relación con el
Oibershter. Y que el Ahavat Israel y la unidad de Israel sirvan como la preparación adecuada para la llegada del Mashíaj y la nueva Torá que él nos enseñará.
Fuente: Rav Akiva Wagner (Anash.org)