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lunes, 5 de junio de 2023

El accidente de moto del Rabino

El accidente de motocicleta del rabino
 

Hershy Drukman cuenta:
Un viernes por la tarde en el centro de París. Está por empezar Shabat, así que me me subo a mi motocicleta y me dirijo a casa.

Vivo en Francia, sirviendo como Sheliaj de Jabad en S.-Maur-des-Fossés, una pequeña ciudad [a unos 20 kilómetros] al sur de París.

Está lloviendo mucho y el asfalto está resbaladizo. Disminuyo la velocidad, ajustando mi casco.

De repente me doy cuenta de que un coche deportivo entra en la intersección. El conductor no notó que me acerco a gran velocidad.

La situación se torna peligrosa y mi corazón se acelera. ¿Qué hacer? ¿Frenar sobre el asfalto mojado a 80 km por hora? Estoy en peligro de volcarme. ¿Continuar? Sería inevitable un choque.

Freno rápidamente. La moto patina y caigo al suelo. Tirado allí solo esperando a los coches que se aproximan. ¿Serán estos mis últimos momentos?

Silencio. Un auto se detiene y bloquea la ruta. Me reviso en busca de lesiones. Baruj Hashem, estoy bien. Intento salir de la calle.

Una mujer corre hacia mí. "¿Está ud. bien?" ella pregunta en francés. "¿Puedo ayudarlo?"

"Creo que estoy bien", respondo, quitándome el casco. Ella parece sorprendida, tal vez no esperando a un hombre con barba completa. No se ven muchos en París.

"¿Está todo bien?" pregunta de nuevo, esta vez en hebreo. Ahora me tomó por sorpresa.

Se presenta como Madam Katia Dahaan. "Vivo cerca y estaba de paso", dice. "No esperaba ver a un yehudí, y mucho menos a un rabino."

"¿Y el hebreo?" Le pregunto.

"Oh, eso es de viajes a Israel hace años", dice ella.

Katia quiere conversar, pero me disculpo y le explico: "Es casi Shabat y necesito llegar a casa."

Katia se sorprende al escuchar esas palabras, que se acerca Shabat. Su reacción me desconcierta. Casi 400.000 judíos viven en la zona de Pletzel en Francia; es difícil no saber que hoy es víspera de Shabat.

"¿Enciendes velas de Shabat?" le pregunté.

Katia me lanza otra mirada extraña. Ella murmura: "No, no lo hago".

"¿Puedo invitarte a nuestra casa para Shabat?" Le ofrezco.

"¿Qué Shabat?" ella pregunta con sorpresa.

"Esta noche", respondo.

Surge una sonrisa. "No creo que pueda ir esta noche, pero estaré feliz de ir otro Shabat", dice. Intercambiamos números de teléfono, y se despide.

* * *

Katia no vino esa noche, ni tampoco el Shabat siguiente. Y no pude encontrar su número, aunque traté de localizarla.

Pasan cuatro meses. Una mañana recibo un mensaje de texto de un número desconocido.

Momentos después, suena mi teléfono.

"¿Rabino? Soy Katia Dahaan. ¿Me recuerda?"

"¡Por supuesto! Todavía te estamos esperando que vengas para Shabat!"

"¿Cuando puedo venir?"

"¡Por favor, este Shabat!"

Ese viernes por la noche Katia fue una de nuestras invitadas. Ella se vio muy emocionada durante toda la Seudá.

Otros allí sentados me preguntaron quién era. Les conté la historia del accidente. Y luego les dije: "Podríamos decir que ella fue una mensajera de Arriba para ayudarme en esos momentos dramáticos."

* * *

Katia nos miró con una sonrisa y dijo: “Creo que es hora de que escuchen mi versión…

“Tengo cuarenta y cinco años y vivo sola. Tengo una hermana y mi mamá, pero hace más de veinte años que no les hablo.

“Es difícil estar soltera, particularmente para una mujer judía. Mis padres siempre fueron tradicionalistas, hacíamos el Kidush, celebrábamos los Jaguim y ayunábamos en Yom Kipur. Pero desde que vivo sola, dejé de cumplir.

“Cuando vivís solo, es difícil hacer Kidush, no hay familia para comer juntos. Es difícil ir solo al templo. Ni siquiera tuve amigas judías.

"Hace unos dos años, después de años de estar desconectada de judaísmo, quería volver a mi religión. Decidí buscar un trabajo en un ambiente judío. De esta manera haría amigas y tal vez me invitaran a Shabat y Jaguim.

"Encontré trabajo en una zapatería en Pletzel. Todos los trabajadores locales eran yehudim e hice amistades.

"Pero había un problema: Shabat. Los viernes se saludaban mutuamente 'Shabat Shalom' y los lunes se preguntaban cómo pasaron el Shabat. Pero en cuanto a mí, nadie me prestó atención. Cada semana esperaba una invitación, pero cada semana me traía más decepción.

“Pasó casi un año... '¿Será que los judíos ya no te aceptan?' Me pregunté a mí mismo. '¿Cómo pueden ser tan desconsiderados?'".

La voz de Katia se ahogó por la emoción. “Me enojé mucho con todos, y con el judaísmo. Decidí que no era para mí. Salí de ese negocio y encontré otro trabajo.

"Pero aún había un problema: Shabat. Todos los viernes por la noche recordaba el Shabat de mi infancia: las velas, el kidush. Pensé: '¿Cómo puedo detener estos recuerdos?'

"Decidí encontrar algo que hacer los viernes por la noche: Encontré un anuncio de un coro de iglesia que buscaba cantantes/solistas los viernes por la noche".

El silencio se hizo sentir alrededor de la mesa, escuchando su relato. "Me aceptaron en el coro y hace un año que canto en la iglesia los viernes por la noche. Con una sonrisa triste, agregó: "Llego a casa tan cansada que no tengo ni tiempo para pensar en Shabat.

"Todo transcurrió sin problemas hasta aquel viernes", continuó Katia, "cuando vi la motocicleta volcarse en la ruta. Corrí para ayudar al conductor, y me sorprendió el hecho que me estaba recordando que era la víspera de Shabat y ¡me invitó! Y ¡ni siquiera me conocías!

"¿Vos crees que me enviaron?" Katia concluye. "Yo creo que fuiste vos quien fue enviado para traer de regreso mi Neshamá."

Katia ya no canta en la iglesia. Ella pasa todos los viernes por la noche con nosotros o con otras familias de Jabad.

No fue sólo un accidente de motocicleta después de todo.

Fuente: Adaptado por Yerachmiel Tilles de un correo de Chabad.org y publicado en shabbosstories.com

miércoles, 31 de mayo de 2023

Honrando a su maestro

Un jasid Jabad que vivía en Vitebsk durante muchos años no tenía hijos. Varias veces había viajado a Liozna para suplicarle a su Rebe, Rabi Shneur Zalman, que despertara Rajamei Shamaim con las Tefilot y Brajot del Rebe, pero extrañamente, el Rebe cada vez le rechazaba su pedido, explicándole que no estaba en su poder ayudarlo.

Una vez más decidió buscar la ayuda del Rebe. A su Tzetl (pedido escrito) adjuntó una contribución caritativa (denominado Pidion Nefesh, "rescate del alma"). Nuevamente, el Rebe respondió que no estaba en sus posibilidades ayudarlo, pero esta vez le ofreció una recomendación sorprendente: que vaya a lo del Rebe Rab Shlomo de Karlin, diciéndole que "el Karliner" podría ayudarlo.

Ahora, es sabido cómo se sentían (y se sienten) los lubavitcher jasidim cuando se trata de ir a otros Rebes, que no son los suyos. Sin embargo, esta vez su propio Rebe lo había sugerido, la necesidad era enorme y los años pasaban, así que el jasid se dirigió a Karlin.

Al llegar a Karlin, consultó con algunos de los jasidim locales. Le recomendaron que el mejor momento para acceder al Rebe era cuando partía en uno de sus viajes. En el camino, el Rebe solía dar consejos y bendiciones a quienes lo acompañaban. Así que el jasid se quedó en Karlin varios días, hasta que finalmente el Karliner anunció que estaba a punto de irse de viaje, y que cualquier persona que necesitara algo de él podía acompañarlo. El jasid subió a bordo de la caravana de carruajes y carretas, que poco después se puso en marcha.

El Rebe y su séquito pasaron por muchos pueblos y aldeas. El viaje continuó, pero el jasid no había recibido aún ningún llamado a presentarse ante el Tzadik, ni indicio acerca del propósito del viaje. Finalmente, luego de que se detuvieron en cierta aldea, el Karliner convocó al jasid Jabad y le dijo que si le entregaba (cierto monto,) una cuantiosa suma de dinero, tendría el mérito de ser bendecido con descendencia.

El jasid no era un hombre rico, para nada. Ya de por sí todo este viaje prolongado había recortado profundamente sus recursos. ¿Qué podía hacer? Decidió finalmente que simplemente no podía cumplir con la demanda del Karliner. Se despidió respetuosamente del Rebe y se fue a casa, pero en su corazón se sentía resentido: ¿cómo podía un Tzadik pedir tanto, tanto dinero por una Broje?

Después de estar en casa por un tiempo, el jasid decidió volver a Liozna para visitar a su propio Rebe, Rabi Shneur Zalman. Cuando llegó su turno para una audiencia privada, el Rebe le preguntó si había ido al Karliner Rebe y, de ser así, ¿qué le había aconsejado el Tzadik?

El Jasid respondió que efectivamente había ido, y que invirtió mucho tiempo y dinero en un largo viaje con él, pero al final el Karliner le había pedido una enorme suma de dinero que no podía proporcionar, y ¿qué tipo de negocio es este, de exigir tanto dinero por una bendicion?!

El Rebe lo miró fijamente y luego comentó: "La razón por la que no tienes hijos es porque una vez insultaste (y le faltaste el respeto) gravemente a un Talmid Jajam."

"¡Pero nunca insulté a un Talmid Jajam en mi vida!" exclamó el jasid.

"Sí, lo hiciste", insistió el Rebe, "al gran erudito y Tzadik, el Rav de Lubavitch, Reb Isajar Ber, A"H."

"Pero nunca pensé que él fuera alguien especial", dijo el jasid.

"¿Así pensás?", se asombró el Rebe. "Deberías saber que Eliahu HaNavi se le aparecía todos los días.

"Está escrito en el Talmud Yerushalmi", continuó el Rebe, "que el proceso de apaciguamiento (por ofender a un Talmid Jajam) es pagar una 'litra' de oro. Pero como Reb Isajar ya no está en este mundo, ya no era posible que te disculparas." Hay ciertas autoridades rabínicas posteriores, sin embargo, que han dictaminado que incluso después de su fallecimiento, el pago de la litra de oro ayuda a aliviar la Kpeidá. El Karliner Rebe te llevó con él a todos aquellos lugares donde esas autoridades rabínicas están enterrados con el fin de obtener apoyo y respaldo frente a tu situación. Esa gran suma de dinero que te pidió era exactamente equivalente a un litra de oro. Desafortunadamente, dejaste pasar la oportunidad.

"Y yo mismo no puedo ayudarte en este asunto", le explicó el Rebe, "ya que Reb Isajar fue mi maestro, y un discípulo/alumno no puede dejar pasar o ceder/perdonar el honor de su propio maestro."

[Reshimat HaDevarim, vol. III, página 89.]

martes, 23 de mayo de 2023

La Broje en Shavuot al gentil

Las Seudot de Melave Malka que llevaba a cabo Rab Yeshaya de Korostir cada Motzei Shabat eran algo que daba para hablar. Los yehudim acudían en masa a Kerestir desde toda Hungría, y durante los Shabatot de invierno se apresuraban apenas terminaba el Shabat, después de Havdalá, a tomar el tren y para cuando llegaban, incluso a medianoche, se sentaban a participar de una Seudá muy especial, trasladándose a una atmósfera y deleite de otro mundo. Fue una de estas noches de Motzei Shabat, que Rabi Yeshaya mencionó y recordó a su venerado Rebe, Rab Tzvi Hirsh de Liska, y dijo: "A veces vemos milagros visibles que realiza un Tzadik, pero a los ojos físicos las cosas parecen ser naturales y evidentes." Y contó el siguiente Maise, el cual presenció con sus propios ojos durante la época que estuvo sirviendo y asistiendo a su Rebe.

Un día, llegó una mujer con el corazón quebrado al Rebe de Liska, y entre llantos le volcó su corazón. Estaba tan apenada que apenas logró sacar una frase de su boca: "Por favor, hagan que recupere a mi marido que me fue arrebatado." Después de recuperar un poco la compostura, la mujer le contó que su esposo había sido arrestado por la policía y encarcelado en la prisión de Kalev. Al escuchar el lugar de su encarcelamiento, el rostro del Rebe se iluminó e inmediatamente le ordenó: "Dirígete a la cárcel y dile al gerente y director de la prisión que el Rebe de Liska le está pidiendo que libere a tu esposo de la prisión." Mientras la mujer intenta digerir las palabras del Rebe, los familiares le aconsejaron que asuma las palabras tal cual y que creyera en ellas con total fe. No le era fácil a ella asumir las instrucciones del Rebe, ya que la llenaba el temor y la preocupación que también ella sera encarcelada por osar reclamar etc., pero ella se fortaleció en su Emunat Tsadikim y fue a la ciudad de Kalev. Durante un rato la mujer deambuló por la prisión sin saber qué debía hacer, hasta que de pronto un hombre fornido se paró frente a ella, y con voz firme le pidió una explicación por su deambular por el lugar, "¿A quién buscas?" preguntó el hombre, y con voz temblorosa ella respondió: "Al gerente y director de la prisión." Para su sorpresa, este hombre se presentó como el director del lugar, y ella vio en esto una señal del cielo. "El Rebe de Liska me envió, para que liberaras a mi esposo." Estaba segura de que el ministro estallaría en una risa divertida ante su inocente petición. Para su sorpresa, el funcionario le ordenó que se parara junto a la puerta de la prisión y le señalara a su marido, comentando: "¡Qué mérito! ¡Que el Tzadik de Liska me pida un favor!" Dio órdenes que sea liberado de inmediato, le devuelve todas sus posesiones e incluso le otorga una suma de dinero para tener que puedan viajar a casa.

"Y ahora les diré cómo mi Rebe conoció a aquel ministro, y por qué este estaba tan ansioso y gustoso de concederle su pedido", dijo Rabi Yeshaya y continuó contando. 
Este ministro cuando era joven vivía en un pequeño pueblo cerca de Liska, y siempre padeció hambre. Su infancia fue muy difícil, lo trataban mal, y los únicos en los que encontró un oído atento y algo tranquilizador eran los judíos del pueblo. Con ellos, él era como 'el Shabes Goi', y solía ayudarlos a cortar leña y extraer agua, y recibía de ellos a cambio un poco de comida para revivir su alma. Fue en la víspera de la Fiesta de Shavuot, cuando algunos de los habitantes del pueblo conversaban acerca de su próximo viaje a la ciudad de Liska, para la fiesta de Matan Torá en lo del Tzadik. Este joven se llenó de curiosidad por conocer esa experiencia de la que tanto se hablaba. "¿Quizás necesiten alguien que los ayude con el cuidado de la carreta y los caballos en los días de fiesta?", el joven les ofreció al grupo, y ellos aceptaron con entusiasmo la oferta, y lo invitaron a sumarse al viaje. Hizo efectivamente su trabajo durante los primeros días en Liska, pero de vez en cuando curiosamente espiaba a los judíos sentados en el Gran Shul, y se quedó atónito al verlos despiertos toda la noche encorvados sobre grandes libros, estudiando y rezando, y compartiendo algunas comidas. Un mundo nuevo e interesante se reveló ante él, y su corazón quedó especialmente cautivado por la personalidad del Rebe, de quien tanto escuchó. Su curiosidad aumentó al final del Yom tov, cuando toda la gente entraba a lo del Tzadik, y salían con rostros felices y tranquilos. Encontró entonces una oportunidad y decidió hablar también con el Tzadik. "¿Con qué te gustaría ser bendecido"? le preguntó el Rebe, y el joven respondió: "Estoy pidiendo una bendición para ganarme la vida, porque estoy harto de la pobreza en la cual vivo." Al escuchar la solicitud, el Rebe le sugirió que buscara un medio de sustento respetable, pero él respondió que había probado suerte y no le llegó. ¿No deberías revisar en los periódicos si hay un puesto adecuado para ti?" Y él respondió: "También ya lo hice, y solo encontré un aviso. En la ciudad de Kalev, están buscando a una persona decente y enérgica que pueda administrar la prisión local, pero soy una persona simple, sin experiencia y no me veo adecuado para ese gran puesto. "Oye mi consejo y ve a Kalev, y te bendigo para que te ganes el puesto." La bendición del Rebe fortaleció al joven, y probó suerte. Y, de hecho, sucedió lo increíble, fue aceptado de inmediato en el importante puesto. No pasaron muchos días, y ya se las arregló para amasar una importante fortuna, principalmente de los pagos de soborno que los visitantes le daban por visitar y encontrarse con los encarcelados. Un día, le envió al Rebe de Liska una carreta llena de todo tipo de regalos, pero el Tzadik se negó a tomar siquiera un solo centavo de él, como era su costumbre de no tomar nada de alguien que no sea yehudi. Todas las súplicas del hombre fueron en vano para que el Tzadik reciba como aprecio de agradecimiento, y finalmente el el rabino accedió a una cosa: “Prométeme que a su debido tiempo si necesitare un favor, me vas a ayudar y concederás mi pedido”, y el funcionario le aseguró que así lo haría, sin dudarlo. "Y aquí ha llegado la oportunidad", termina Rab Yeshaye su fabuloso relato. "En mérito de la Brajá que le concedió el Rebe entonces, pudo salvar a un yehudi y hacerlo regresar a su hogar".

Fuente: "Shabes Tish"

Un Madrij resuelve un problema en el campamento dando una importante lección

Los Madrijim del campamento de verano estaban perplejos. Todos los aparatos electrónicos habían desaparecido, como si se los hubiese tragado la tierra...

Para entender que fue lo que pasó, tenemos que remontarnos unos treinta años atrás, en algún lugar en Italia, un enorme complejo, una casa de veraneo (quinta de verano) ubicada entre la gran ciudad de Milán y la ciudad de Rímini. El dueño de esta finca, un Yehudi cuya riqueza se estimaba en cientos de millones, solo unos años antes de que suceda nuestra historia, se había recuperado de cierta enfermedad incurable, luego de que los médicos le habían pronosticado lo peor. En el apogeo de su grave enfermedad, este hombre rico, recurrió al Rebe de Lubavitch (a través de los Shlujim de Jabad en Italia), quien le pidió que observara meticulosamente las tres Tefilot del día y, milagrosamente, este hombre millonario se recuperó, contra todas las probabilidades. Continuó viviendo después de eso unos veinte años más y, a pesar de sus vastos negocios, dedicaba unas cuatro horas consecutivas todos los días a la Tefilá, con una devoción y una Kavaná que causaba asombro entre los que lo rodeaban. Cada año, el acaudalado ponía esta enorme estancia a disposición y para beneficio de grupos de niños, estudiantes jóvenes judíos de toda Italia, que no estudiaban todo el año en escuelas judías, y dedicados voluntarios los colmaban de Torá e Irat Shamaim, en combinación con actividades divertidas para intercambiar fuerzas y energías durante el verano, lo que vendría a ser los famosos campamentos "Gan Israel". 

A este campamento venían de todo Italia, pero particularmente de la gran ciudad de Milán y la cercana ciudad de Rímini, ambas al norte de Italia. Naturalmente, surgieron fricciones entre los grupos de jóvenes, feroces discusiones y competencias entre ambos. Quienes tenían más éxito, quienes eran mejores, los de Milano o los de Rímini.

Los Madrijim trabajaron incansablemente para hacer las paces entre los bandos e intentaban inculcarles la cualidad de Ahavat Israel y el respeto al prójimo, pero, en concreto, los resultados no siempre eran satisfactorios. 

El campamento llegó a su fin y los jóvenes de Rímini se iban y regresaban a sus hogares un poco antes, mientras que los demás niños, los de Milán se quedaron aquel día en un parque cercano. Tan pronto como regresaron del parque, los jóvenes de Milán descubrieron que faltaban varios aparatos electrónicos de sus bolsos y equipaje. La sospecha recayó sobre sus compañeros del campamento, los residentes de Rímini.

Como fuera mencionado, los Madrijim estaban desconcertados. En ese momento sentían un gusto amargo de fracaso en el Jinuj después de casi todo un mes inculcándoles Midot, valores y tradiciones judías, invirtiendo muchísimas fuerzas, físicas y económicas. La preocupación era aún más grande pensando en el Jilul Hashem que saldría de este incidente y no sabían qué hacer. [La opción de] ir a buscarlos a los jóvenes de Rímini y hurgar en sus bolsos no era una opción, en absoluto. No se podía culpar a todos, y además no alcanzaban con el tiempo para hurgar y revisar cientos de bolsos y valijas. 

De repente, uno de los Madrijim, de los más experimentados, se levantó, como recuperando el sentido. Rápidamente tomó un taxi que lo llevó a toda velocidad directamente a la estación de tren de Rímini. Después de esperar alrededor de media hora, llegó el tren con todos los participantes del campamento de verano que bajaban felices y contentos, al encuentro de sus padres que tanto los esperaban después de un mes sin verse. El Madrij se dirigió a los niños y a los padres con un anuncio dramático: "¡Atención! ¡Queridos chicos! Me acaban de informar que agentes antisemitas tramaron un complot vil contra ustedes y metieron maliciosamente algunos objetos de valor que no son suyos en los bolsos de algunos de los niños aquí presentes, y quieren difamarlos, escracharlos e incluso denunciarlos [dejando una muy mala imagen, etc.] Estoy seguro," continuó el Madrij a oídos de todos los chicos sorprendidos, "que se trata sólo de una falsa trama. Me han informado a su vez que la policía está en camino para revisar todos los equipajes, y debemos demostrar que toda esta trama es exagerada y sin fundamentos." 

Pasaron apenas unos minutos, y todos los presentes se sentaron para inspeccionar todos los bolsos, para verificar si tenían algún elemento que no era suyo. De repente dos estudiantes "descubrieron" que los antisemitas optaron por poner todo lo robado en sus valjas. Estos dos jóvenes, acompañados por sus padres le entregaron todos los aparatos (celulares, juegos electrónicos, consolas/computadoras, etc) al Madrij y le agradecieron por salvarlos de este 'humillante complot'... 

El Madrij volvió inmediatamente al campamento y le devolvió a todos los chicos de Milán todo lo que les habían robado unas horas atrás, mientras que todos los demás Madrijim se deleitaban fascinados de la exitosa maniobra para encontrar a los ladrones, en una forma honrosa, dignamente. 

Pasaron treinta años desde entonces. Aquel Madrij, Beri Lazar, creció hasta convertirse en el Rabino Berel Lazar. el Sheliaj y Rabino principal de todo Rusia. Hace muy poco tiempo, Rab Berel Lazar pasó un Shabat en una de las ciudades en Italia. Al dar una visita a la Sinagoga local (y disertar allí), uno de los presentes se le acercó y se identificó como uno de esos dos jóvenes y le dijo: "Puede que ni te hayas percatado hasta ahora, pero yo junto con mi compañero entendimos muy bien tu truco y maniobra que hiciste. No me voy a olvidar nunca cómo lograste, con tu idea tan genial, salvarme de la vergüenza frente a todos mis amigos y familiares. Tu noble acto tuvo un impacto tan profundo que decidí aprender más sobre judaísmo y desde entonces hasta hoy en día sigo el camino de la Torá y las Mitzvot", terminó diciéndole emocionado.

Otro de los presentes, que también conocía la historia muy de cerca, termina completando la historia con el siguiente comentario:
 "Sabelo, que de todos los cientos de chicos que participaron de aquel campamento que organizaron ustedes, fueron justo esos dos jóvenes, los que aparentemente los desilusionaron a ustedes luego de todo lo que dedicaron e invirtieron, fueron los únicos que terminaron siendo completamente observantes de Torá y Mitzvot!"

Para darnos una lección:  Tenemos prohibido desilusionarnos, y 'tirar la toalla' de sea quien sea que posee una Neshamá Yehudi.

martes, 9 de mayo de 2023

Lag Baomer - Maravillosa historia con el Rebe

La siguiente historia la escuché en la entrada al Ohel directamente de su protagonista, el Sheliaj Reb Alter Bukiet (de los Shlujim del Lubavitcher Rebe a la ciudad de Boston):

Lag Baomer 5744 (1984)

Es sabido que en Lag Baomer los Rebeim de Jabad impartían Brajot y proyectaban milagros y maravillas en lo que respecta a parejas que necesitan hijos (una descendencia sana y perdurable). Para Lag Baomer se sabía que gente venía de muy lejos para verlo al Rebe y recibir una Brajá de זרעא חייא וקיימא (simiente viva y duradera), y efectivamente muchos que no habían sido bendecidos con esto antes, tuvieron el mérito de tener familia.

Por lo general, las personas que venían a procurar una Brajá para hijos en Lag Baomer, lo esperaban al Rebe cuando entraba al Beit Midrash (a 770), temprano por la mañana. 

Sin embargo, en el año 1987 hubo un gran "desfile", una marcha por Lag Baomer frente a 770, y debido a las multitudes allí, el Rab Zalman Shimon Dvorkin, el Rab (autoridad halájica) de la zona decidió que las parejas que querían recibir la bendición del Rebe por hijos no se pararan allí cerca de 770 , sino que se dirijan a la puerta de la casa del Rebe en 1304 President Street, donde estaría más tranquilo y más privacidad.

Dado el hecho que se juntaría una multitud allí, y necesitarían de un Vaad Hamesader (un comité o Staff de organización) que vayan moviendo a aquellos que ya han recibido una Brajá, para permitir que otros se acerquen al Rebe, y dado que no era lo más apropiado que los Bojrim (muchachos jóvenes de Yeshiva) sean ese "Vaad Hamesader" el Rab Zalman Shimon Dworkin indicó que lo Abrejim del Kolel sean el "Vaad Hamesader".

Reb Alter Buket era entonces un Abrej en el Kolel, y también fue elegido para conformar el equipo "Vaad Hamesader" aquel Lag Baomer, al lado de la casa del Rebe. Reb Alter le solicitó a los responsables un pedido: por naturaleza no es alguien que podría 'pararse allí y mover/empujar a la gente'. Por otro lado, deseaba firmemente no perder el mérito de participar en esta noble y sagrada causa.

En base a su pedido, se decidió que su trabajo sería pararse junto a la puerta del automóvil del Rebe, abrir la puerta tan pronto como el Rebe llegue al automóvil y cerrarla inmediatamente cuando el Rebe se suba, para permitir que el conductor se ubique inmediatamente en su lugar y partir enseguida, sin demorar al Rebe ni siquiera por unos segundos.

"Nunca olvidaré aquel momento" - cuenta el rabino Buket. "Había muchas parejas allí. Abrejim de Anash y no de Anash, también había algunas parejas de Satmer [a pesar que aquella época fue conocida en la historia como un año muy muy difícil en las relaciones Satmer-Lubavitch].

"El Rebe salió por la puerta de su casa y llegó al coche solo después de 20 minutos... eso le tomó desde la puerta de la casa hasta el automóvil.
"Se oían llantos y exclamaciones. Hubo algunos que el Rebe bendijo, y otros que el Rebe "no escuchó"... Fue una escena dramática.

"Y aquí llegó mi turno. El Rebe llegó al auto, la puerta está abierta de par en par, estoy sosteniendo la manija de la puerta, con la presión de todas las personas que me rodean. Todos presionando contra la puerta del coche. Yo sostengo la puerta con fuerza para que no golpee al Rebe.
"El Rebe se sube al auto, se sienta, estoy a punto de cerrar la puerta y, de repente, en el espacio entre la puerta y el auto, se interpone un Abrej. Prácticamente introduce su cabeza y parte de su cuerpo adentro del auto y le dice al Rebe que está casado hace ya varios años y no tiene hijos, su nombre es ... el nombre de su madre ... el nombre de su esposa ... y el nombre de la madre de ella ...
"Noto que es un Abrej de Satmer, y le está pidiendo desesperado una Brajá al Rebe.
"La presión sobre la puerta está aumentando, y la sostengo con todas mis fuerzas, para que no se cierre y aplaste a este hombre.
"El Rebe le da una Broje, y luego, de repente, veo que el Rebe lo mira al josid Satmer y le dice las siguientes palabras: "Der Kind Vet Darfn Hobn Mit Vemen Tzu Shpiln Zij"... [= El niño necesitará de alguien con quien jugar]
"Ese Abrej realmente no entiende lo que el Rebe le está diciendo, y luego el Rebe le dice: "¡Zog Omein!"... [=decí Amen!]
"El hombre capta el asunto, y dice "Amén" en voz alta, y sale del auto. Cierro la puerta y el Rebe sigue su camino.
“Fue una frase que nunca antes había escuchado. Y me quedó marcada como una frase muy peculiar.
"Pasaron los años, me fui de Shlijut a Boston y la vida hizo lo suyo."

El 24 de Menajem Av es el cumpleaños de Rab Jaim Meir Buket, el padre de Reb Alter, quien ya había fallecido, y su lugar de reposo es en el Beit HaJaim de Montefiore, no lejos del Ohel.
En esta fecha del año 5759 (1999), Reb Alter decidió viajar desde Boston al Ohel, hacer allí una Tefilá y un pedido, y luego visitar la tumba de su padre por su cumpleaños.
Decidió salir de Boston por la noche, llegando alrededor de las 4:00 o 5:00 de la mañana, decir el Maane Lashon y regresar a Boston, para estar de regreso en la ciudad alrededor de las 9:00 para su día normal de trabajo.

Son las 5:00 de la mañana.
Reb Alter está de pie dentro del Ohel y lee el Maane Lashon, de repente ve un hombre claramente Jasid Satmer entrando al Ohel, con dos niños a su lado.
Le pareció extraño, a esa hora tan temprano.  Su curiosidad y asombro se multiplicó cuando después de que esta familia terminaran de leer su Pan, el padre les dice a los niños: "Nemt arois di Maamer"... "Saquen el Maamer" y sacan las hojas del Maamar 'Ita Bamidrash Tehilim' (el Maamar que es la costumbre de Jabad recita el muchacho en el día de su Bar Mitzvá"), y leen el Maamar ahí frente al Tzion. Reb Alter nota que el jasid Satmer lo mira con una especie de mirada pensativa. Mira y ve algo en él, pero no le queda claro si lo conoce, etc.

Se encontraron de nuevo afuera, mientras tomaban café con algunas galletas.
Reb Alter no pudo aguantarse y se acercó al padre para preguntarle de qué se trataba, qué pasaba aquí...
El Abrej Satmer le responde: "Estos niños - son 'Den Reben's Kinder', los hijos del Rebe, nacieron gracias a una Broje del Rebe".
Y me cuenta: "Estuve casado por varios años y no tenía hijos. Un día me acerqué al Rebe para pedirle una Broje, y el Rebe me bendijo, y luego el Rebe me dijo,"דֶּער קִינְד ווֶעט דְּאַרְפ'ן האָבן מיט וועמען צוּ שׁפּילען זִיךְ"... ¡"Zog Omein"! – [=El niño necesita tener con quien jugar. ¡Dí Amen!]
"Y gracias a esta bendición me nacieron los mellizos que ves aquí ante tus ojos"...

Ahí, como un rayo, lo reconoce Reb Alter: "Dime" - le dice, todo emocionado - "¿Cuándo fue eso? ¡¿No fue en el año 5744 en Lag Baomer?! ¡¿A la entrada de la casa del Rebe?!".. .
"¡Sí, sí! ¡Lag Baomer, me metí adentro del auto!" El Satmer le responde.
"No lo puedo creer" - le dice Reb Alter - "Fui yo quien sostenía la puerta del auto del Rebe con todas mis fuerzas para que no te aplaste por la presión de la gente allí amontonada"...
"¡Ahí está! Ahora entiendo" - le respondió el Satmer Josid - "Tu cara me resultaba familiar pero no podía recordar de dónde. Ahora entiendo." 
“Como puedes ver”, continúa diciéndole a Reb Alter, “estos son los dos niños, los gemelos, que nacieron gracias a la Broje del Rebe unos dos años después de aquel Lag Baomer. Y hoy es su día de Bar Mitzvá.
"Estos son los dos hijos que tengo. No tengo más hijos. Y son sus hijos, los del Rebe."

domingo, 7 de mayo de 2023

Opshernish - 3 Historias -



La celebración del Opshernish marca un primer hito en la educación del niño en la Torá y las buenas acciones, desde este día los padres comienzan a educarlo e introducirlo en las Mitzvot básicas, como vestir Kipa y Tzitzit, aprender las sagradas letras del Alef-Bet, las Brajot antes de comer y beber, y demás.

3 Anécdotas relacionadas con el Opshernish


Cuando Rabi Shalom Dobver, (el Rebe Rashab) tenía tres años, su abuelo el Tzemaj Tzedek dio indicaciones precisas respecto al acontecimiento, entre ellas, que toda la ceremonia del Opshernish se llevara a cabo en secreto, (sin mucha difusión sino más bien algo íntimo, por temor a Ain Hara). La noche previa a su tercer cumpleaños, ordenó que llevaran al niño a su habitación y que durmiera allí en su habitación. A la mañana, cuando se levantó, le ordenó a su asistente, Reb Jaim Ber que le haga Netilat Yadaim al pequeño, y que recitara con él las Birkot Hashajar, mientras él respondía 'Amén' a cada una de las Brajot del pequeño. Después de la Tefilá (Shajarit), el Tzemaj Tzedek llamó a su hijo Rabí Shmuel Shneerson (el Rebe Maharash), y a su nuera, la madre del niño, y les dijo: " פך השמן הרוחני - La vasija de aceite espiritual que entregó el Baal Shem Tov al Maguid de Mezritch, para ungir al Alter Rebe, a fin de ungirlo como Nasí para él y sus descendientes, he aquí, con este poder mi suegro fue ungido (para ser el Míteler Rebe, con este poder, fui ungido) y con este poder los estoy ungiendo." 

De las Reshimot del Rebe Rayatz, Sefer Hamaamarim 5710 pág. 163.

***

Naturalmente, a veces sucede que el niño del Opshernish se asusta por la atención inusual que recibe, por lo que en esta ocasión se pudo apreciar la sensibilidad de los grandes Tzadikim de Am Israel, ante el temor o angustia de los pequeños, que no entendían qué estaba pasando exactamente a su alrededor.

Durante la Levayá del Gaon, Rab Ovadia Yosef Z"L era imposible ignorar a uno de los asistentes, que estaba parado allí y lloraba sin cesar. Cuando luego de un tiempo vio las miradas desconcertadas de quienes lo rodeaban, contó su historia:
 "Cuando mi hijo tenía tres años, lo llevé a lo de Marán Rabí Ovadia Yosef para que le hiciera 'Jalake' y le cortara un poco el cabello. Cuando llegamos a su casa, vimos al Gaon saliendo de su auto, y para no molestarlo al ya haber entrado a su casa, le dí allí mismo unas tijeras, y le pedí que le cortara el cabello al niño ahí en la calle. Accedió gustosamente y como gesto de cariño le dio una ligera palmada en el hombro al niño. Ahora, mientras que yo personalmente me sentí alagado por la palmada del Gaón, mi hijo se asustó y salió corriendo...
Lo que pasó después fue lo siguiente: Rab Ovadia Yosef salió corriendo, siguiéndolo... Todos los transeúntes se sorprendieron cuando vieron al Gadol Hador corriendo detrás de un niño pequeño. Aunque traté de disuadirlo que no corra detrás de mi hijo, fue en vano. El Rab tenía entonces ochenta y cinco años y corría detrás de un niño de tres años, tratando de persuadirlo para que se detuviera, hasta que logró convencerlo, luego se inclinó y lo alzó en sus brazos.

"Lo que sucedió después fue realmente increíble. Durante unos 10-15 minutos, Rab Ovadia Yosef intentó apaciguar al niño y no se calmó hasta invitarlo a su casa, y luego de invitarlo y conversar con él le entregó uno de sus libros como regalo con una dedicatoria personal, mientras yo estoy allí parado pasmado y fascinado. Incluso después de todo esto, Rav Ovadia Yosef no se calmó, no hasta haber jugado con el nene y verlo sonreír de oreja a oreja. Entonces, ¿Cómo no voy a llorar por un hombre tan grande?!"...


***

Un hecho fascinante tuvo lugar con el Rebe de Lelov, el 'Birkas Moishe'. Uno de sus jasidim entró a verlo, para despedirse del Rebe y pedirle su Brajá antes de emprender un viaje a Australia, para participar en una alegría familiar. El Rebe dio su bendición, y agregó que se asegurara de hacerle el Opshernish a su pequeño hijo antes del viaje. El hombre estaba estupefacto ante la sorprendente indicación, ya que su hijo todavía tenía dos años, y faltaba todavía para su cumpleaños, pero por supuesto las palabras de su Rebe eran claras, sabiendo bien que no decía cosas por que sí. El jasid hizo lo que le aconsejó el Rebe, y le cortó el pelo a su hijo de dos años, tal como se estila (dejándole las Peot etc).

Cuando el Jasid llegó con su familia a Australia, el niño desapareció de la vista, y a pesar de la búsqueda desenfrenada por todo el aeropuerto, no lo encontraron por ninguna parte, hasta que la policía tuvo que intervenir en la frenética búsqueda, pero sin respuesta. Solo después de largas horas de profunda preocupación, uno de los Rabanim de la ciudad aparece con el niño de la mano. Resulta que el niño tenía muchas ganas de ver cómo era ese nuevo lugar, muy diferente de lo que estaba acostumbrado, y salió a la calle, donde caminó durante un buen rato, sintiéndose a gusto, sin saber que toda la familia lo buscaba desesperadamente. Cuando los policías lo encontraron, vieron que no entendía el idioma inglés y no podían comunicarse con él correctamente, pero dado que sus dos patillas bien acentuadas adornaban los costados de su cabeza, el policía se dio cuenta de que era un niño judío y lo llevó a uno de los rabinos que seguramente ubicaría e informaría a los familiares que el niño había sido encontrado.

Solo entonces los padres entendieron por qué el Rebe ordenó que le cortaran el pelo a su hijo ahora, antes del viaje, cuando el niño tenía apenas dos años.

[Cabe aclarar que una historia similar sucedió con el Rebe de Lubavitch y está registrada en Yalkut Opshernish de Reb Serebransky, pág. 110. Habría que averiguar las fuentes de ambas historias, y si sucedieron 2 historias realmente similares.]

Fuente: 'Hamebaser' del 13 de Iyar 5777


jueves, 4 de mayo de 2023

Rab Rafael Lapidus A"H




El Rabino Rafael Lapidus, un destacado Sheliaj del Rebe, director del Beit Jabad "Iarjo" en Argentina que enseñó y acercó a muchos a Idishkait, falleció esta semana. 

Tenía 69 años y padecía una enfermedad. והקיצו ורננו שוכני עפר והוא בתוכם.


El famoso Mashpia Reb Meilej Zwibel lo describió a Rab Refoel como alguien (con quien se) cumplía la "Kavone de Tomjei Tmimim."

Durante décadas, se desempeñó como Sheliaj del Shul 'Iarjo Jabad Lavalle' y el Beit Jabad en Buenos Aires, Argentina.

'Rafa', como se lo conocía cariñosamente, era una persona que irradiaba luz de Torá y de Jasidishkait, recuerdan familiares y amigos. A la gente le gustaba tenerlo cerca, ya que siempre traía una atmósfera alegre.

En el Beit Jabad Iarjo-Lavalle dirigió todas las diversas actividades diarias, así como los programas de Shabat y Yom Tov. Su Beit Jabad además alberga un dormitorio para estudiantes judíos que estudian en universidades de la zona, y muchos de los estudiantes fueron construyendo una conexión con el Idishait durante su estadía. También alberga una Mikve, una Mikve para Kelim y muchas actividades más, todo lo cual manejó con total dedicación.

“Fue increíble ver cómo las 24 horas del día la Torá y las Mitvzot eran su foco”, dijo uno de sus sobrinos. “Tenía la habilidad de transmitir los secretos más profundos de la Torá con una sencillez, permitiendo que sus oyentes y estudiantes los entendieran.”

Era muy común encontrar al rabino Rafa sentado en una mesa de su Shul escuchando pacientemente las preguntas de las personas que acudían a él para pedirle consejo sobre todo tipo de asuntos, tanto judíos como laborales. Siempre brindaba una respuesta con una sonrisa y un tono que te daba la confianza de que todo saldría bien.

Dedicó mucho tiempo al estudio de Torá, pasando varias horas estudiando Tania y el Shulján Aruj del Alter Rebe. Cada vez que lo veías estudiando, el placer era evidente en su rostro. Siempre se lo podía encontrar con un Séfer en sus manos, ya sea un Jitas, Likutei Sijot u otro libro de Torá.

Dejó a su esposa, la Sra. Jaya Leah Lapidus y sus hijos: Jana Teitelbaum – Sherman Oaks, CA; Devorah Kozlovsky – Miami, Florida; y Sholom Lapidus – Buenos Aires, Argentina.

También dejó a sus hermanos: Reb Daniel Lapidus – Brooklyn, NY; Reb Yosef Lapidus – Long Island, NY; Reb Jaim Eliezer Lapidus – Buenos Aires, Argentina; Reb Reuven Lapidus – Buenos Aires, Argentina; Reb Isi Lapidus – Buenos Aires, Argentina; y la Sra. Ruty Weiss – Sherman Oaks, CA.










miércoles, 26 de abril de 2023

UN REGALO MAS


Cuando del canal de Televisión brasilero 'Confederação Israelita do Brasil' le preguntaron a los Waitman si aceptarían aparecer en un programa acerca de la vida judía, la pareja lo dudaba. Les preocupaba que un periodista pudiera malinterpretar sus palabras. Pero, al enterarse de que eran la única familia observante que se presentaba, aceptaron. Después de todo, presentar este enfoque particular de vida judía era parte de su labor como Shlujim (representantes) de Jabad en el país.

El día programado, un equipo de cámaras apareció por el barrio y le preguntó a un niño si sabía dónde quedaba la casa de los Waitman. "Sí, claro!" respondió; era justamente su casa y estaba a dos cuadras.

Momentos después, le preguntaron la dirección (la casa) a una joven allí cerca. Ella respondió que ella también era una Waitman y los guió hasta la casa. Cuando llegaron, había varios niños más jugando afuera. 
Con las cámaras encendidas, filmando, el reportero le preguntó a la pareja cuántos hijos tenían. "Nueve," fue la respuesta.

"¿Por qué criar una familia tan numerosa?" presionó el periodista.

"Cada hijo es un regalo de Di-s", dijeron. "Estamos felices con cada regalo que Di-s nos da."

Cerca de una década más tarde, en un evento comunitario, una mujer se acercó al rabino Waitman. Señalando a una niña que estaba a su lado, le dijo: "Rabino, le presento, esta es mi hija. Es gracias a usted que ella está viva."

El rabino, que acababa de conocer a esta mujer por primera vez, estaba sorprendido y curioso.

"Cuando quedé embarazada de mi hija", explicó, "mi esposo y yo decidimos que no estábamos listos para tener otro hijo. Concertamos un turno para un aborto y nos estábamos preparando emocionalmente para el procedimiento. La noche anterior al aborto, estábamos viendo la televisión y estaban pasando un documental sobre la vida judía."

Como judíos asimilados, le dijo, les pareció interesante ver cómo los retrataría y los describirían los medios seculares. Entonces apareció la familia Waitman. Al igual que el equipo de los camarógrafos entonces, ella y su esposo inicialmente se sorprendieron por el tamaño de su familia. Pero la respuesta de los Waitman acerca de que cada niño es un regalo tocó una fibra sensible. Llegó al corazón.

"Nos miramos el uno al otro y decidimos en ese momento que aceptaríamos el regalo de Di-s con alegría. Cancelamos ese turno."


Fuente: "Story Bites"

28 de Nisan - Mashal: Tómalo a esto como algo personal! -

Había una vez un Yehudi que alquiló un Kretchme al Poretz local y (no es difícil adivinar..) no tenía suficiente dinero para pagar el alquiler exorbitante. Le pidió al Poretz una extensión de un año, a lo que el Poretz accedió de mala gana. El final del segundo año llegó demasiado pronto y todavía no contaba con los fondos. Sin otra opción, temiendo por sus vidas, él y su esposa decidieron empacar a su familia y huir. 

Al amparo de la oscuridad, la carreta cargada se adentró sigilosamente en la noche. Para su sorpresa, cuando se acercaban a las afueras de la ciudad, el Poretz cabalgaba hacia ellos en su camino de regreso de un viaje. 
“¡Moshkeh! ¿Hacia dónde se dirigen tú y tu familia con esa carreta repleta a esta hora tardía? 

“Bueno, querido señor, verá, se acerca un Yom Teb, una festividad judía y viajamos para pasarla con la familia y la comunidad.” 
"Interesante. ¡Pensé que ya conocía todas tus festividades! ¿De qué se trata esta nueva?" 
“Ah, ésta se llama פליטתנו חג (la Fiesta de nuestra Huida).” 
“Aprendo cosas nuevas todos los días. ¡Vuelve pronto con el dinero que me debes!” 

Al día siguiente, el Poretz se sorprendió al ver a todos los Yehudim de la ciudad ocupándose en sus asuntos y quehaceres rutinarios como de costumbre, así que llamó a uno y le preguntó por qué no se estaba preparando para la festividad, el Yom Teb. 
"Honorable Poretz, no tenemos  ningún Yom Teb cercano, como para prepararse!" 
"Qué extraño, anoche me encontré con Moshkeh partiendo de la ciudad con toda su familia y me dijo que están yendo para חג פליטתנו." 
Oh, ese Yom Teb!! Efectivamente, hay un Yom Teb así, pero ese cada familia lo celebra en el momento que le sea conveniente.” 

*** 

Pesaj es חירותנו זמן para todos los Yehudim. Aún así, como individuos, cada uno de nosotros tiene un " מיצרים" único que nos limita y restringe, y por lo tanto experimentamos el  יום טוב de חירות de manera diferente. Además, nuestros desafíos y luchas cambian con el tiempo, haciendo necesario descubrir aún más perspicacia y profundidad en nuestra sagrada Torá, el manual que nunca cambia pero siempre es relevante para conseguir la verdadera libertad. 

Salir del Galut tendría que ser algo que concierne de forma personal a cada uno de nosotros, ese es nuestro dilema mayor en este momento!!

domingo, 16 de abril de 2023

Estoy para ayudarte -

Una vez, un josid se acercó al Rebe Rashab y le preguntó acerca de dos propuestas de Shiduj que le ofrecieron para su hijo, cual debería aceptar. Ambas eran de muy buenas familias, mencionando cada familia por su nombre, y ellas mismas poseen buenos rasgos de carácter, solo que una es de una familia rica y la otra una familia pobre.

El Rebe respondió: "La joven de la familia más pobre es más apropiada para tu hijo."

Evidentemente, esta no era la respuesta que el padre esperaba recibir y murmuró para sí mismo: "Debí haberme imaginado que me daría esa respuesta, después de todo, esa joven es una pariente lejana del Rebe. [Como si dijera que el Rebe está cuidando a su familia, incluso si sólo fuera un pariente lejano].

Al percibir sus pensamientos, el Rebe hizo inmediatamente un gesto con su mano demostrando que estaba disgustado con este sentimiento y le dijo: “¿Cómo puedes sospechar de nosotros? Desde el Alter Rebe, nos guiamos por el principio de que nunca tengamos un motivo ulterior [que no sea el de  responder meramente por el bien de la persona que pregunta]”. 

Este es un mensaje para nuestras vidas. El hecho de que el Rebe nos pida que estudiemos Jitas y Rambam, además de otros estudios, y nos implore que nos dediquemos a Mivtzoim y acerquemos a otro judío a Hashem y al judaísmo, debemos saber que cuando cumplimos sus directivas. es tanto para nuestro beneficio como para el de esas personas.

Fuente: Rab Sholom Avtzon. 

martes, 11 de abril de 2023

El Debate durante el Seder

Era el día víspera de Pesaj de 5516 (1756), y como en todas las festividades, muchos de los Jasidim del santo Baal Shem Tov llegaron a Mezibush para pasar Pesaj con su Rebe. Siempre era toda una experiencia, edificante, casi mágica, estar en presencia de Baal Shem Tov, especialmente durante un Yom Tov. Pero, en este Pesaj, los Jasidim estaban apesadumbrados ya que podían percibir que algo le estaba molestando seriamente al Besht (Baal Shem Tov). No estaba en su ánimo optimista habitual.

Después de la búsqueda del Jametz la noche anterior al Seder, el Baal Shem Tov le dijo a diez de sus discípulos más cercanos que recitaran Tikun Jatzot (la plegaria de medianoche para conmemorar la destrucción del Templo) con suma concentración. Mientras lo recitaban, Reb Tzvi (el escriba del Besht) vino corriendo y gritó: "Riboino Shel Oilom! El Rebe se desmayó y cayó al suelo en su estudio." Todos estaban alterados, pero nadie se atrevería a entrar al estudio y molestar al Besht.

A la mañana siguiente, antes del Seder de Pésaj, el Baal Shem Tov rezó la Tefilá matutina en lo que les pareció un estado de ánimo abatido. Cuando terminó su Tefilá, habló ante sus alumnos acerca de la 'Confianza en Di-s': "La fe verdadera y completa en Di-s solo puede ocurrir cuando una persona no puede ver ninguna forma de superar su problema. Cuando, en ese mismo momento, la persona cree sin duda que Di-s lo salvará de su problema, y lo más importante, la persona muestra esta confianza y fe en Di-s estando Besimjá (teniendo una actitud alegre), esta alegría en sí misma indica que la persona no tiene dudas de que él pronto, con la ayuda de Di-s, superará su problema."

Tan pronto como el Besht terminó este discurso, su estado de ánimo cambió notablemente. Parecía más tranquilo. Los jasidim susurraron entre ellos: "El cambio en el estado de ánimo del Rebe no se debe a un cambio en el decreto espiritual que sin duda le preocupa. No", todos estuvieron de acuerdo, "el cambio en el Rebe es lo que cambiará el decreto celestial, Beezras Hashem."

En la tarde de ese mismo día, cuando llegó el momento de hornear las Matzot (las Matzot hechas después del mediodía víspera del Seder son consideradas las más preciadas), el Baal Shem Tov se sumergió en la Mikve antes de llegar a la Matzería. Su estado de ánimo había mejorado aún más y  parecía estar realmente contento.

Esa noche, en el Shul del Baal Shem Tov, se cantaron con gran entusiasmo las Tefilos vespertinas especiales de Pesaj. Después de la Tefilá, sus discípulos cercanos que fueron invitados al Seder de Besht se sentaron alrededor de la mesa del Seder esperando ansiosamente escuchar sus comentarios a la Hagadá. Pero esta noche de Pesaj fue diferente, el Besht no expuso los profundos significados místicos de la Hagadá. En cambio, para decepción de sus invitados, simplemente leyó el texto en silencio.

Cerca del final del Seder, el Baal Shem Tov cerró los ojos. Los discípulos se miraron unos a otros, "Está en un estado de Dveikut (profunda meditación) o 'casi' se queda dormido." La habitación estaba en silencio. De repente, el Besht comenzó a reír tan fuerte que apenas podía quedarse quieto en su silla.

"¡Mazel Tov!" exclamó: "Gracias a Di-s que ha elegido la Torá, a Moshé Rabeinu y a Am Israel. Sepan, incluso el judío más simple puede cambiar un edicto celestial!"

Los discípulos se quedaron sin habla cuando comenzó a explicar.

“Ayer por la mañana, un terrible edicto fue decretado en el Shamaim contra los judíos de un pueblo cercano. Los campesinos no judíos de ese pueblo planeaban atacar a los judíos en la primera noche de Pesaj.

"Recé con todas mis fuerzas e incluso les pedí que me ayudaran. Pero no pudimos vencer el decreto celestial. Finalmente me rendí y puse mi confianza en Di-s de que el decreto sería rescindido. En ese momento comencé a sentirme feliz.

“Cuando nos sentamos al Seder, había llegado la hora de la ejecución del decreto. No vi ninguna esperanza para los judíos que vivían en ese pueblo. Pero en un solo instante, gracias a Di-s, todo cambió.

"En ese momento, una pareja sin hijos de entre mis jasidim que vivían en la aldea donde se iba a ejecutar el decreto estaba sentada en su mesa del Seder. Aunque son judíos simples e incultos, son excepcionalmente amables, devotos y llenos de buenas acciones. Cuando llegaron a la sección de la Hagadá sobre los egipcios arrojando a los niños recién nacidos al Nilo, la esposa comenzó a llorar. Su esposo trató de consolarla: 'Mi querida esposa, no estés triste, después de todo el pueblo judío  finalmente salió de Egipto.'

"La esposa respondió: 'Si Di-s me hubiera bendecido con un hijo, lo habría protegido y no habría permitido que nadie lo lastimara. Y ciertamente no habría dejado que nadie tratara a mi hijo de la manera en que Di-s nos permitió ser tratados por los egipcios.'

“El esposo defendió a Di-s diciendo: 'Hashem es justo en todo lo que hace, solo que no siempre podemos ver o entender por qué eso es bueno para nosotros'.

“Pero la esposa le espondió: '¿Por qué Di-s no es más compasivo? ¿Cómo pudo habernos tratado así? Incluso si pecamos, seguimos siendo Sus hijos.'

"Y así, la discusión iba y venía a medida que pasaban por toda la Hagadá. Mientras tanto, el caso contra los judíos de su aldea se estaba discutiendo ante la Corte Celestial. Los ángeles defensores eran más persuasivos cuando la esposa presentaba sus argumentos mientras que los ángeles acusadores eran más persuasivos cuando el esposo presentaba sus refutaciones. Realmente yo no podía ver cuál sería el resultado.

"Finalmente, después de completar la cuarta copa de vino, ya al final del Seder, el esposo no pudo pensar en otra respuesta a los argumentos de su esposa en contra del comportamiento de Di-s. Así que admitió: 'Mi esposa, tienes razón. Di-s debería haber tratado mejor a sus hijos.'

“Luego, sonrieron, se levantaron y comenzaron a bailar alrededor de la mesa del Seder. En ese mismo momento, se anuló el decreto del Cielo contra todos los judíos de su aldea”, concluyó el Besht.

Los discípulos quedaron fascinados con la historia. Luego, el Besht les dijo que colocaran sus manos sobre los hombros de la persona sentada a su lado. Cuando el Baal Shem Tov completó el círculo colocando sus manos sobre los hombros de la persona sentada a su lado, todos los Jasidim contemplaban una visión del esposo y la esposa bailando juntos alrededor de la mesa del Séder celebrando la liberación del pueblo judío de Egipto.

El Baal Shem Tov dijo con una pequeña sonrisa: "Solo deberían saber que también están celebrando la Gueulá (liberación del pueblo judío) de su propia aldea!"

Fuente: Adaptado por Yerachmiel Tilles de la edición de Tzvi-Meir HaCohen (Howard M. Cohn) de una historia en Seeker of Slumbering Souls: Stories of the Baal Shem Tov, volumen 1 (Chai Books).

lunes, 3 de abril de 2023

Un nuevo primo en el Seder

En nuestros Sforim (libros sagrados) está escrito que cada judío debe asumir una Mitzvá para cumplirla con especial devoción. A veces, por nuestro propio bien, nos envían desde el Cielo una prueba especial en aquella Mitzvá en la que buscamos sobresalir.

Para el Tzadik Rabí Elazar ("Leizer") de Reishe, una ciudad de Galicia, Polonia, esta Mitzvá era Hajnosas Orjim (la hospitalidad), propia de los descendientes de Abraham. Siempre se esforzó por traer invitados a casa y honrarlos, y nunca tanto como para la primera noche de Pesaj, para el Seder de Pesaj. Así que no fue de extrañar que cuando vio un rostro desconocido en el Shul después de la Tefilá, se le acercó y pensó invitarlo a casa. Pero cuando se acercó más a este pobre hombre, vio como estaba brotado por completo con una enfermedad en la piel tipo leprosa, y por el hedor de su enfermedad, era difícil acercarse a él.

"Aún así, no debo permitir que asuntos tan pequeños me impidan realizar esta gran Mitzvá", pensó. "Pero, ¿y mi esposa? Ella es una mujer muy justa, pero también tiene sus límites." Así que le dijo al viajero: "Quiero que vengas al Seder y a comer conmigo, pero primero tengo que arreglar algo. Espera aquí y regresaré para llevarte a casa."

Así que se fue a su casa, entrando con un rostro sombrío más propio de Tisha BeAv que de Pesaj. "¡Leizer, Guit Yom Tov!" su esposa lo saludó calurosamente, pero él apenas le susurró un apagado "Guit Yom Tov".

"¿Cuál es el problema?" preguntó, preocupada, porque era muy inusual que él mostrara el más mínimo rastro de tristeza en un día festivo.

Él le preguntó si se acordaba de su primo segundo Moishe, mencionándole que era de algún pueblo de por allí. Avergonzada de admitir que no lo recordaba, respondió: "Nu, ¿Y qué pasa con él?"

"Él está aquí en el Shul."

"¿Qué?" Ella exclamó. "¿Traes a todos en el mundo a casa, y dejas a un pariente en el Shul? ¡Qué vergüenza! ¡Regresa rápido y tráelo aquí!"

"Me gustaría", dijo el Rebe rápidamente, "pero tiene una lepra y huele mal."

"Nu, aún así, es un pariente", dijo con firmeza. "Prepararé una mesa separada para él."

Así que el Rab fue y trajo al "pariente". Después del Seder, la Rebetzin comenzó a hacerle preguntas sobre parientes mutuos, como qué pasa con el tío Itzjok y cómo está la tía Rivke, pero el pobre hombre no sabía de qué estaba hablando. Finalmente se dio cuenta y dijo: "Leizer, ¡eres un tipo tan astuto!"

Ella le preparó una cama al invitado, pero no quiso darle una almohada, porque después tendría que tirarla. El Tzadik le dijo: "esa almohada que le des será un 'Amejaye' (placer) para ti luego de los 120 años..", por lo que ella cedió.

Antes de acostarse, cerraron todas las puertas y ventanas, así que simplemente no había forma de entrar o salir de la casa en medio de la noche. Sin embargo, por la mañana, encontraron la cama del huésped vacía.

¡Eliahu Hanavi no duerme!

Borrando el pasado




Hace muchos años, un grupo de jóvenes estudiantes universitarios se dirigieron al distrito de Crown Heights, en Brooklyn, para visitar al Rebe de Lubavitch. Mientras estaban en la sala de espera, alguien les dijo que el Rebe canaliza la inspiración divina y Ruaj Hakodesh (el espíritu de Di-s) habla desde su garganta.

Los jóvenes estaban asombrados y escépticos. Uno de ellos exclamó: "¿Eso significa que el Rebe nunca comete un error?!"

Más tarde, una vez que ya habían entrado en la habitación del Rebe, uno de ellos le preguntó a quemarropa, de una manera bastante inteligente: "Si el Rebe nunca comete un error, ¿por qué tiene un borrador en su lápiz?"

El Rebe, tranquilo, respondió en voz baja: "Un Rebe no se equivoca, pero hoy es más grande que ayer y hoy agrega a lo que se escribió ayer. En otras palabras, no es para borrar un error, sino para borrar lo que estaba escrito correctamente ayer. Hoy es de una estatura diferente y más alta."

* * *

Este fue claramente el caso del Rebe cuando editaba sus Maamarim y Sijot (discursos) para su publicación. Cada vez que le traían uno, el Rebe se dedicaba a editarlo durante varias horas, a veces cuatro o más. Después llamó por teléfono a los secretarios para que vinieran a llevar las hojas (con las ediciones) a los editores y de ahí a la imprenta.

A veces, después de entrar, los secretarios esperaban en la sala otros tres cuartos de hora mientras el Rebe continuaba agregando y corrigiendo. En una de esas ocasiones, el Rebe les dijo: "Lleven esto a la imprenta ahora porque de lo contrario no terminaré nunca..."

Después de que se hacían todas las correcciones, le presentaban el discurso por segunda vez. El Rebe hacía más correcciones, porque una vez más estaba agregando nuevos conocimientos.

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Fuente: Según lo relatado por uno de los secretarios del Rebe, el rabino Biniomin Klein, y publicado por primera vez por The Avner Institute

Una respuesta insólita y precisa - Yud Alef Nisan (Cumpleaños del Rebe)

La terrible tragedia que acaeció sobre Rajel fue difícil y dolorosa. Su esposo, un Jasid Jabad que se dedicaba a la Shejitá, tuvo un grave accidente automovilístico y falleció. La viuda se quedó sola con su pequeño hijo.

El padre de Rajel, el Rab Yehoshua-Leiv Sheinker, se desempeñababa en aquel entonces como rabino de una comunidad judía en Baltimore, Estados Unidos. Nacido en Ierushalaim, nieto del Rab Yosef-Jaim Sonnenfeld, el gran Rabino de la Eidá Hajaredit de Ierushalaim.

La tragedia le rompió el corazón al padre. Estaba muy preocupado por el futuro de su hija. ¿Cómo se recuperará y abrirá un nuevo capítulo en su vida? Más tarde comentó que ese fue el momento más difícil de su vida.

Ante la angustia decidió recurrir a una Brajá del Lubavitcher Rebe. Aunque no se consideraba un jasid Jabad, tenía Emuná en los tzadikim, y sintió que en lo del Rebe sería un buen lugar para desahogar lo que tenía en su corazón. Se le fijó una fecha para ingresar a Yejidut.

Era alrededor del año 1966. El rabino Sheinker llegó a 770 a las dos de la mañana. Se sorprendió al descubrir que el lugar estaba vivo y vibrante. La gente esperaba su turno para entrar al Rebe. Los estudiantes de la Yeshiva estaban inmersos en su estudio en el Beit Midrash. No parecía en absoluto que sean las dos de la mañana. 

Había otra cosa que le llamó la atención. Entre los que esperaban para entrar al Rebe se encontraba un famoso actor de Hollywood en los EE.UU.: Steven Hill.

Steven nació en Seattle, Washington, hijo de los Krakowski, que emigraron de Rusia. Ya a la edad de seis años, se descubrió su talento actoral, cuando interpretó un papel protagónico en una película.

Su carrera como actor se disparó y se convirtió realmente en una gran estrella. Se decía que Hill es uno de los mejores actores que ha producido Estados Unidos.

Estando en el apogeo de su carrera, hizo un giro dramático. Fue cuando interpretó al famoso psicólogo Sigmund Freud en una obra. Durante la obra, uno de sus 'pacientes' le gritó: "¡Vos sos judío!"...

El grito del 'paciente' llegó más allá del guión escrito por los creadores de la obra, le provocó una transformación dentro suyo. Ya en el receso entre las dos partes del espectáculo comenzó a reflexionar sobre el significado de ser judío. Desde entonces, su conmpromiso con el judaísmo, fue creciendo y consolidándose.

La chispa divina que se encendió se convirtió en una gran llama, y ​​esto provocó en gran medida el final de su carrera. Cuando comenzó a cuidar Shabat y dejó de estar disponible desde el viernes por la tarde hasta el sábado por la noche, su carrera como actor se vio sumamente alterada.

Al comienzo de su acercamiento al judaísmo, conoció al Rebe de Skvira, Rab Yaakov-Yosef Twersky, y el Rebe le expresó un afecto y cordialidad especial. Con el tiempo se volvió uno de sus Jasidim.

De vez en cuando, todavía lo elegían para algunos papeles de actuación, pero ya no estaba entusiasmado con ellos. Decía que se dio cuenta que 'no puede ser que haya nacido para memorizar renglones (de guiones).' Se dio cuenta de que tenía que haber algo más grande que esto. Tras haberse dado cuenta y ser consciente de esto, renunció a prestigiosos papeles actorales, rechazando grandes sumas de dinero y fama.

Durante varios años, Steven estudió y analizó el judaísmo y su significado para él. Como parte de su interés por el judaísmo, acudió también al Rebe de Lubavitch.

Mientras el rabino Sheinker esperaba su turno, notaba de forma peculiar la presencia de Steven Hill allí. Luego se enteró que Hill entraría al Rebe justo después de él.

Al ingresar a la habitación del Rebe, el rabino Sheinker le dio un 'Pidion Nefesh', en el que escribía su solicitud. Pedía una Brajá para que su hija viuda encontrara pronto a su pareja y fuera feliz. El Rebe leyó la carta e inmediatamente respondió: "No te preocupes, el novio ya está aquí."

El rabino Sheinker se sintió incómodo. Estaba seguro de que el Rebe no entendió la solicitud. Su dolorido corazón se rompió y comenzó a describir apasionadamente la gran desgracia que le había acontecido a la familia y la infelicidad de la joven viuda que se quedó sola con su hijito. "No tengo vida", exclamó con profunda pena; "No sé qué será de ella."

El Rebe trató de responder, pero Sheinker continuó hablando y suplicando: "¿Cómo se levantará de esta crisis? ¿Quién se casará con ella? Rebe, por favor bendígala..."

El Rebe sonrió levemente y repitió su oración nuevamente. "No te preocupes", dijo, haciendo un gesto con la mano como anulando las preocupaciones, "El novio ya está aquí."

El rabino Sheinker no entendió el significado de las palabras del Rebe y se fue decepcionado. ¡Ni siquiera recibió una bendición! Todavía estaba convencido de que había habido algún malentendido aquí, y esto lo entristeció mucho.

Pasaron unos meses y a la viuda le surgió una  propuesta (de Shiduj) interesante: ¡el actor Steven Hill!

Mientras tanto, Steven volvió a su nombre judío original, Shlomo, y se convirtió en un Iere Shamaim (judío temeroso de Dios). El matrimonio llegó a buen término, y en el año 1967 Shlomo Hill se casó con la viuda Rajel. Vivieron en Monsey, Nueva York, y tuvieron cinco hijos, además de los cuatro hijos de S. Hill de su primer matrimonio.

El 19 de Av del 2016 Reb Shlomo devolvía su alma a su Creador, teniendo noventa y cuatro años. Formó y dejó una familia judía espléndida y ejemplar.

Fuente: Sijat Hashabua - Tzav 5783




viernes, 31 de marzo de 2023

¿Cómo logramos algo así?

Recientemente se publicó una carta de Reb Jatche Feiguin, uno de los secretarios del Frierdiker Rebe en Europa. Allí escribe la siguiente historia que escuchó directamente del Frierdiker Rebe.

El Alter Rebe tenía un Josid que por cuestiones de negocios solía viajar por las cercanías de Karlin. El Alter Rebe le dijo que se detenga allí la próxima vez y observe al Tzadik Reb Aharon Karliner.

Complacido por tener la oportunidad de hacer algo en nombre del Rebe, el Josid se dirigió a Karlin y encontró un lugar para dormir.

Al salir, notó que algunos jasidim corrían y les preguntó: "¿Hacia dónde se apresuran?"

"El Rebe ha estado ayunando estos últimos tres días y va a cortar su ayuno", respondieron.

"Dado que cortará su ayuno frente a los Jasidim, tengo la oportunidad de observarlo en este momento", pensó el josid, "y podré cumplir con las instrucciones del Rebe." Entonces, sin demora, los siguió hasta el Beit Hamidrash de Reb Aharon.

Después de lavarse las manos para Hamotzi y comer un poco de Jalá, se sirvió el primer plato. Reb Aharon comenzó a comer, pero dejó la comida inmediatamente, apartó el plato y exclamó con ira: "¡Está demasiado salada! ¿Quién preparó esta comida?"

Al escuchar la conmoción, la Rebetzin vino a ver qué pasaba. Dirigiéndose a su Rebetzin, el Tzadik preguntó "¿Vos preparaste esto?"

"Sí...", fue la respuesta.

"Está muy salado, incomible; motivo suficiente para darte el divorcio!", tronó el tzadik.

Todos los presentes quedaron atónitos. Esto era tan poco característico del Rebe.

Uno de los jasidim más veteranos decidió probar el plato que se sirvió y luego le dijo: "Rebe, sí, hay un poco de sal extra en la comida, pero no está tan salada como para justificar un divorcio."

Al escuchar estas palabras, el Rebe comenzó a bailar de alegría.

El Josid del Alter Rebe no sabía cómo reaccionar. Estaba desconcertado, le pareció un Shpil (una dramatización cómica que se estila realizar en) Purim. Así que decidió relatar algunos otros aspectos que notó, como el hecho que Reb Aharon ayunó durante tres días y luego comió una comida frente a los jasidim.

Al escuchar esto, el Alter Rebe preguntó: "Y ¿qué pasó en la Seudá?"

Al no tener otra opción, el josid relató lo que presenció, pensando para sí mismo, evidentemente, el Rebe había sentido que algo fuera de lo común había ocurrido.

Sintiendo la inquietud del josid por lo que había notado, el Alter Rebe le explicó. Reb Aharon vio un decreto severo que regía contra cierta comunidad. Iban a ser expulsados y desterrados de sus hogares y medios de subsistencia. Sería una calamidad para ellos. Para evitar este decreto ayunó durante tres días. Pero fue en vano, el decreto se mantuvo.

El Tzadik hizo una Seudá y dijo que la comida de la Rebetzin era incomible y por lo tanto estaba en planes el divorcio. La Rebetzin estaba representando a esa comunidad judía, cuyas acciones (u omisiones) causaron tanta angustia al Cielo que se decretó que merecían ser desterrados de sus hogares, por lo que dijo que se divorciaría de la Rebetzn.

Pero luego el anciano Josid argumentó: "Coincidimos que está salado pero no está tan salado como para que justifique un divorcio." En otras palabras, aunque esa comunidad pecó y merece ser reprendida, una reprimenda es suficiente y no hay necesidad de dar el paso drástico de divorciarse, es decir, que sean desterrados de sus hogares.

Estas palabras penetraron en el Shamaim y el decreto fue anulado y el Tzadik comenzó a bailar de felicidad.

Al escuchar esto, el Josid se dio cuenta de que no había entendido y había prejuzgado las acciones de Reb Aharon. Dirigiéndose al Alter Rebe, le preguntó: "Y ¿por qué no vemos algo así con el Rebe?"

"Logramos estas mismas cosas al decir un Maamar Jasidut", respondió el Alter Rebe.


Reb Jatche concluye su carta: "Te escribo esto porque escuché que hay cierta ruptura y discordia en tu comunidad, quiero que sepas que veo que le está causando angustia al Rebe, ya que en el Maamar reciente agregó algo sobre negar el odio infundado." Agregó todo un párrafo del famoso Maamar de Hejaltzu, que aborda este tema.

miércoles, 22 de marzo de 2023

Carta del Rebe 11 de Nisan 5727 - Traducida al español

Carta Rebe Pesaj 5783-2023 

Conversaciones Sublimes - 2 de Nisan

La crisis era severa. Eran los días posteriores a la revolución comunista en Rusia. Se nacionalizó toda la propiedad privada. A los judíos observantes de la Torá y Mitzvot les resultaba sumamente difícil encontrar un medio de vida que no implicara Jilul Shabat. Como consecuencia, muchos llegaron a carecer de lo más elemental, el pan de cada día.

Encima de esto vino otro golpe terrible: el Histalkut (fallecimiento) del Rebe Rashab (Rabi Shalom-Dobver) de Lubavitch, mientras intentaba restaurar la vida jasídica en la ciudad de Rostov (próximo al río Don). El 2 de Nisan falleció el Rebe Rashab, teniendo apenas 60 años.

Rab Yaakov Lando (luego Rabino de Bnei Brak) fue uno de los más grandes discípulos y jasidim del Rebe, y estaba Mekushar (conectado) con él con todo su corazón y alma. El Rebe a su vez le demostraba un cariño especial y se hizo muy cercano. Lo alojó en una habitación especial en su casa, y lo nombró el 'Rab del Jotzer ('patio', de la zona)', y le dirigía las preguntas halájicas que surgían en casa.

El Histalkut del Rebe lo quebró. El mundo se le vino abajo. En la víspera de Rosh Hashaná, cuando se dirigió al Tzion (la tumba y sitio de reposo) de su Rebe, escribió en su Pidion Nefesh que leyó allí que su deseo era tener el mérito de ser enterrado dentro de los cincuenta Amot próximos al Tzion.

Unas horas más tarde, al regresar del Ohel, Rabi Yosef Itzjak, su único hijo y sucesor, le dijo a Rab Lando: "Mi padre me ordenó transmitirte el mensaje que no escribas tonterías."

"¿Qué tontería escribí?", preguntó Rab Lando.

“Eso no lo sé. Tú lo sabes. Solo me ordenaron que te dijera que no escribas tonterías”, fue la respuesta del Rebe Rayatz.

Pasaban los días, y el hambre y la escasez aumentaban. Un invierno crudo y frío y Rab Lando ni siquiera tenía zapatos. Se envolvió los pies con unos harapos gastados para protegerse de la escarcha. Pasaron días enteros sin haber probado un bocado.

En Erev Shabat, cuando ya se tornó totalmente inaguantable la situación, Rabí Landa decidió ir de nuevo al Tzion y ofrecer una Tefilá. Esta vez, decidió en su corazón, no seguiría la modalidad usual, de recitar el 'Maane Lashón', leer los capítulos de Tehilim, etc., al entrar al Tzion. "Hablaré con el Rebe y volcaré mi corazón, como lo hice durante su vida", se dijo cuando entró al Ohel y volcó su corazón allí.

Después de salir del Tzion, el Rab se dirigió a comprar pequeñas jalot para 'lejem mishne' para las comidas de Shabat. En la esquina de la calle se encontró con el Sr. Lifshitz, el hijo del rabino anterior de la ciudad de Rostov. “Tal vez te interese comprar pendientes”, se le acercó Lifshitz con una oferta, luego de notar su pobreza. "Podrás ganar un monto considerable de dinero vendiéndolos." Lifshitz agregó que le presentó las joyas a un experto que había confirmado su naturaleza y calidad.

El rabino Landa, por supuesto, no tenía dinero para comprar los aretes, y le sugirió a Lifshitz que actuara como intermediario y le ofreciera el negocio al rabino Rafalovitz. Si él compra los aretes, el rabino Landa tendría derecho a la tarifa de corretaje. Lifshitz estuvo de acuerdo.

"Desafortunadamente, tampoco tengo dinero para comprar los pendientes", le dijo Rafalovitz. "Pero tengo una idea. Enviaré a mi hijo al Rebe, y tal vez pueda pedir prestado la cantidad necesaria."

"Yo también puedo hacer eso", respondió el rabino Landa, e inmediatamente subió al tranvía y fue a la casa del Rebe. Llamó a la puerta y, después de un rato, el Rebe abrió la puerta. Parecía haberse despertado de su siesta.

El rabino Landa se disculpó por la interrupción. "Vine al Rebe a pedir un préstamo para comprar joyas, de las cuales podría ganar una buena suma", le dijo al Rebe. "Mi situación económica está muy difícil, y tal vez así la mejore un poco."

"Qué puedo hacer", le dijo el Rebe, "tampoco tengo el dinero. Pero, por favor, ve con Reb Zalmen Idel, y tal vez él pueda prestarte." Reb Zalman era un empleado que vivía en la casa del Rebe y asistía a la familia. Rab Landa hizo lo que le aconsejó el Rebe, se acercó a Reb Zalman y, efectivamente, le prestó la cantidad que solicitó.

Con el dinero en mano, Rab Lando regresó con el Sr. Lifshitz, le compró los pendientes y luego fue a lo del jasid Shmuel Gurarie, quien se los compró. De esta transacción, el rabino Landa ganó mil rublos, una buena suma, con los que pudo comprar alimentos, zapatos y otras necesidades esenciales.

En agradecimiento al Rebe, Rab Lando volvió para contarle sobre el éxito del negocio. Lo que escuchó del Rebe lo dejó asombrado.

"Cuando llamaste a la puerta, escuché una voz", le dijo el Rebe. “No sé si escuché la voz en un sueño o despierto. Era la voz de mi padre hablándome, me decía: 'Yankel estuvo conmigo hoy. Está muy amargado, y debemos tratar de ayudarlo.'

“En ese momento entraste a mi casa. Me sentía realmente mal por el hecho de que no tenía nada para ayudarte. Fue entonces que se me ocurrió la idea de sugerirte que le pidas un préstamo al Reb Zalman Idel.

"Bueno, ¡Boruj Hashem que ganaste!", el Rebe terminó sus palabras. Era evidente en su rostro que estaba satisfecho de haber podido cumplir el pedido de su padre, el Rebe Rashab.

Por qué las alumnas de Beis Rivka borraron sus cuentas en redes sociales

Hace unas semanas, las chicas de la escuela secundaria Beis Rivkah de Crown Heights asistieron a un Shabaton. Durante una de sus charlas, el orador invitado, Reb Avremi Shapiro de Chabad de Wisconsin, alentó a las niñas a borrar las aplicaciones de redes sociales de sus teléfonos hasta Yud Alef Nisan. Más de 70 jóvenes de 12° grado aceptaron el desafío. Desde entonces, el número ha aumentado a más de cien participantes, incluyendo algunas madres que también se sumaron.

También recientemente, grupos de chicas del seminario de Beis Rivkah se han estado reuniendo para informarse acerca de la perspectiva de la Torá y apoyarse mutuamente en el uso adecuado de la tecnología. Muchas han asumido Hajlatot difíciles que incluyen no usar sus teléfonos mientras caminan por la calle, comprar un reloj en lugar de usar su teléfono para ver la hora, establecer límites de tiempo para ciertas aplicaciones, usar un Sidur o Tehilim en lugar de una aplicación, mantener sus teléfonos apagados durante las primeras horas del día, e incluso ocasionalmente dejando sus teléfonos en casa.

Estos desarrollos son realmente alentadores, por no decir más. Estas chicas están cambiando sus propias vidas para mejor y las nuestras también al mostrarnos que podemos tomar control de nuestros teléfonos.

En la Parshá de esta semana aprendemos que el Kior estaba hecho de espejos de cobre donados por las mujeres. En dos ocasiones, el Rebe explicó la relevancia del Kior en nuestras vidas hoy y la conexión específica con las mujeres judías. (25 de Iyar 5723 y Purim 5720)

La función del Kior era lavar la suciedad antes de entrar al Mishkán. Cada hogar judío es un Mishkán en miniatura y, por lo tanto, también requiere un Kior. La mujer judía es el Kior de su hogar.

Al igual que los contaminantes físicos, los espirituales no siempre son claramente perceptibles. Pero una mujer judía, con su sensibilidad y su apego cercano a Hashem, es capaz de darse cuenta de qué debe permitirse en su hogar y qué influencias inapropiadas deben quitarse.

Hace años, elementos ajenos entraban en una casa a través de la puerta principal, en formas claras y obvias, como ser material de lectura y otros medios. Hoy entran por el ciberespacio que guardamos en el bolsillo y son más sutiles y escurridizos. Los vientos del secularismo soplan mucho más fuertes hoy que nunca.

El hecho de que las chicas jóvenes estén dispuestas a frenar su uso de la tecnología es una clara indicación de que Hashem todavía tiene muchos Kiyor's a Su servicio.

El Kiyor estaba hecho de espejos. Los espejos son singulares en el sentido de que permiten a una persona reflexionar sobre sí misma y, al mismo tiempo, ver detrás de sí misma. Esto representa la autorreflexión en Avodat Hashem. Implica una introspección honesta y una evaluación de dónde estamos. También implica reflexionar sobre nuestro pasado. A veces esto se puede hacer por nuestra cuenta y muchas veces nos beneficiamos con la ayuda de una amiga o Mashpia.

Las chicas que son lo suficientemente genuinas y honestas como para reflexionar sobre su propio uso de la tecnología y pedir apoyo a amigas y Mashpiot están en camino de convertirse en espejos fehacientes y seguros de sus propios hogares beez”H.

Así como Hashem tuvo Najes de los espejos de las mujeres del pasado, seguramente está también teniendo tremendos Najes de la contribución de las mujeres jóvenes de hoy.

Este Shabat también es el cumpleaños de la Rebetzin Jaya Mushka, la esposa del Rebe. Qué regalo de cumpleaños tan digno para darle a la Rebetzin.

martes, 21 de marzo de 2023

UN FAVOR PERSONAL


La familia Kahan llegó a Eretz Israel a mediados de los años '30 y se estableció en Ramat Gan. Como la mayoría de sus vecinos en la pequeña comunidad Jabadnik de la ciudad, eran extremadamente pobres y dependían del negocio de entrega de leche de su padre para sus escasos ingresos. "Ni siquiera teníamos sillas para sentarnos", recordó su hijo, Rab Yoel Kahan. "Nos sentábamos en bancos alrededor de la mesa."

Sin embargo, este grupo de ocho familias jasídicas, en su mayoría refugiados de la opresión comunista, compensó con amabilidad vecinal lo que les faltaba en comodidades materiales. Juntos, abrieron una escuela para sus hijos y abogaron para que el gobierno construyera una Mikve en su área.

Un día, el padre, Refoel Kahan, se encontró con Reb Meir Blizinsky, un antiguo compañero de clase de sus días en la Yeshive en Varsovia. Meir vivía en Bnei Brak y trabajaba de pintor de casas. Refoel instó a Meir a unirse a la incipiente comunidad de Ramat Gan, pero Meir estaba preocupado por su sustento.

Refoel le dijo que no se preocupara y que la comunidad ayudaría.

Al día siguiente, como de costumbre, Refoel cabalgó de casa en casa en su burro repartiendo leche. Esta vez, en cada casa, preguntó y les ofrecía si deseaban comprar pan, como un favor personal, de un nuevo repartidor que vendría en el futuro.

Muchos accedieron, y así fue como Meir se mudó con su familia a Ramat Gan con un empleo ya asegurado.

Fuente: Story Bites

domingo, 19 de marzo de 2023

El Leikaj que no comía

Rab Itzjok de Vitevsk (1767-1867) fue un reconocido Posek (Legislador de la Halajá) y sirvió como autoridad rabínica durante 75 años.

Aquellos que observaron a Rab Itzjok de cerca notaron algo inusual. En toda ocasión (donde se haya dado la oportunidad), se abstenía (por algún motivo) de probar Leikaj. Aún más extraño, cada vez que se le preguntaba al respecto, Rab Itzjok evitaba dar una respuesta.

Solo poco antes de su fallecimiento decidió hablar y dar una explicación. Cuando tenía veinte años, justo después de asumir su primer cargo rabínico, había asistido a una boda. Allí en la recepción estaban servidos varias tortas, budines etc sobre la mesa, y Rab Itzjok tomó un pedazo, recitó la Brajá correspondiente y se lo comió. Alguien que estaba cerca le preguntó por qué no había elegido el trozo de Leikaj, más grande y más hermoso para recitar la bendición, de acuerdo con lo que dice la Halajá, que uno debe recitar la bendición sobre el mejor trozo de comida que esté servido.

"La verdad es", dijo Rab Itzjok, "que me había olvidado de esa Halajá, pero como rabino joven, no quise admitir mi error."

En cambio, respondí: "Yo no como Leikaj."

Puede que haya olvidado los detalles de la Halajá, pero nunca quedé en culpa de la transgresión más grave, la de mentir. "Dije que no como, y desde entonces he cumplido con mi palabra", enfatizó el Rab.

Fuente: "Story Bites"

lunes, 13 de marzo de 2023

Sólo Tres Monedas - Rabi Elimelej de Lizhensk (21 de Adar)


Boruj estaba en problemas. Su hija tenía veinticinco años, pasaba el tiempo cada vez se hacía más grande y no tenía dote para ofrecer a un posible candidato de novio. De hecho, él, como todos los judíos de la zona, apenas tenían para vivir.

Y todo era por culpa del cruel Poritz (terrateniente), que no solo cobraba una renta ridículamente alta, sino que también imponía multas e impuestos extravagantes a los judíos para cubrir su lujoso estilo de vida y sus deudas en los juegos.

Para colmo, un día apareció un Shadjan que se le había ocurrido una muy buena proposición para su hija!!

De hecho, era un buen candidato, ¡pero todo lo que el pobre Boruj tenía para ofrecer eran deudas!

Sin otra alternativa, Boruj partió a pie para ver al gran Tzadik Rebe Elimelej de Lizhensk [uno de los principales discípulos del Maguid de Mezritch, el sucesor de Baal Shem Tov] en busca de ayuda.

Dos días después estaba parado allí ante el Tzadik humildemente, volcando su corazón.

El Rebe escuchó la historia y, sonriendo confiadamente, le dijo que no tenía de qué preocuparse. Luego tomó tres monedas de diez kopek del cajón de su escritorio y las puso sobre la mesa frente a Boruj como diciendo: '¡Aquí está lo que estabas esperando'!

Boruj mira las monedas y casi se larga a llorar. No tenía sentido. Treinta kopeks era casi nada. No había posibilidad de que el Rebe haya entendido mal lo que le contó. ¿Pero treinta kopeks? Una boda con un músico cuesta al menos diez mil kopeks (1000 rublos). ¡¿Qué podría hacer con treinta kopeks?!

Pero, recordándose a sí mismo que el Rebe ciertamente sabe lo que estaba haciendo y esperando que el Rebe no notara su consternación, tomó las monedas como si valieran millones, forzó una sonrisa y un agradecimiento, e hizo todo lo posible para verse agradecido mientras salía de la habitación.

Caminando lentamente camino a casa, no pudo evitar sus pensamientos negativos. ¿Qué le dirá a su esposa e hija? ¿Qué les dirá a sus amigos? ¿Al novio? ¿A la familia del novio? ¿Al Shadjen? Aquí se acabaría todo: ¡nadie puede hacer una boda con treinta kopeks!

Al pasar ya los límites de la ciudad, desilusionado y deprimido, escuchó a alguien gritar "¡Alto! ¡Alto!" a la distancia, detrás de él.

Se volvió y vio a uno de los jasidim del Rebe corriendo tras él agitando los brazos.

'¡Ahá!' pensó para sí mismo. "¡El Rebe me había estado probando! Quería ver cómo reaccionaría. ¡Qué tonto fui por dudar! ¡Seguro que ahora ha enviado todo el resto del dinero!" El jasid llegó, todavía resoplando y agitado cuando comenzó a hablar.

"El Rebe me envió a decirte que quiere que le devuelvas una de las monedas. Me dijo que te dio demasiado."

Boruj estaba demasiado aturdido como para soltar una palabra. Sacó mecánicamente una de las tres monedas de su bolsillo y se la entregó. El jasid se la guardó en el bolsillo y luego, con un enérgico 'Gracias, buen viaje', se apresuró a regresar a la ciudad, dejando al perplejo Boruj solo para reanudar su viaje, diez kopeks más pobre.

Ahora estaba aún más confundido. ¡Y le preocupaba que sus pensamientos negativos lo terminaran volviendo loco! Pero entonces un famoso dicho jasídico apareció en su mente: "Piensa bien y estará bien."

Una hora más tarde, tratando de mantener una actitud positiva, divisó en la calle más adelante un grupo de tres jóvenes rufianes acurrucados alrededor de una pequeña hoguera. "Oh Ohu.." pensó para sí mismo. "Esto significa problemas."

Pero esta vez, en lugar de acobardarse como de costumbre, recordó su resolución y, imaginándose el rostro de su Rebe, se puso derecho, sonriendo.

Cuando estos gentiles lo vieron, se pararon y se acercaron. Uno de ellos levantó una bolsa de cuero. "¡Hey, judío! ¿Quieres comprar un buen bolso?"

Estrechó sus manos, tomó el bolso y echó un vistazo. Era verdaderamente una pieza fina, bien cosida con incrustaciones doradas. Lo abrió para echar un vistazo al forro, y he aquí, ¡había un montón de billetes de grandes denominaciones en moneda alemana! El contó. ¡Había veinte! ¡Una fortuna! Los chicuelos campesinos no debían tener idea de lo que eran, pero él los reconoció.

"Obvio, también puedes llevarte los dibujos." Ellos dijeron. "Danos treinta kopeks y es todo tuyo."

Boruj casi se desmaya! ¿Treinta kopeks? Pues eso es exactamente lo que el Rebe le había dado... ¡al principio! Pero ahora, "¡Oh, no! ¡Todo lo que tengo son veinte!" pensó para sí mismo y comenzó a deprimirse y confundirse de nuevo, como siempre. Pero las dos monedas en su bolsillo le recordaron que debía ser positivo. Permaneció en calma, cerró los ojos y rezó por una idea…. ¡Y de repente la tuvo!"

"Escuchen compañeros. ¿Saben qué?" se oyó decir con confianza: "No tengo suficiente para el bolso. Pero les doy veinte kopeks por las fotitos y los dibujos."

Los chicos se miraron, tratando de ocultar su alegría. ¡Qué tonto! ¿Veinte kopeks por papelitos? ¡Ahora podrían vender el bolso dos veces!

Tomaron las monedas, le estrecharon la mano nuevamente y le permitieron tomar los papeles, mientras se aferraban gustosamente al bolso.

Tan pronto como Boruj estuvo fuera de su vista, sacó los billetes y los contó. Veinte billetes, cada uno con un valor equivalente (en Rusia) a cinco mil kopeks. ¡Era rico más allá de lo imaginable! El matrimonio de su hija estaba a salvo! ¡Que milagro!

Pero cuando llegó a casa, su esposa, aunque llena de alegría, le recordó que no podía tomar el dinero hasta que estuviera seguro de que no tenía dueño.

Entonces, unos días después, regresó a Lizhensk, primero para averiguar si alguien allí sabía a quién pertenecía el bolso y, si no, para darle al Rebe una gran donación e invitarlo a la boda de su hija. Pero antes de llegar a la casa del Rebe sintió que alguien lo miraba. Volteó a mirar y era uno de esos chicos gentiles que le habían vendido los 'dibujos y papelitos', pero ahora estaba vendado y golpeado. Reb Boruch lo saludó y el joven comenzó a contarle.

"Hola de nuevo, judío. Eres el que encontramos con el bolso, ¿vierto? Bueno, no imaginarás lo que pasó. Tan pronto como te fuiste, comenzamos a discutir sobre cómo dividirnos las monedas y el bolso: ya sabes, quién se queda con qué. Bueno, de alguna manera el bolso cayó al fuego y una punta se quemó. Así que lo dejamos allí para que terminara de quemarse. ¿Quién compraría un bolso chamuscado?

"Luego, unos cinco minutos más tarde, un enorme vagón de carroza viene corriendo desde la ciudad, se detiene donde estamos, y sale ese diablo, el Poritz. Estaba gritando de su bolso perdido.

“Bueno, cuando vio los restos ahí en el fuego se puso a insultar y maldecir, y a gritarnos como un loco. ¡Todo por un estúpido bolso! Empezó a golpearnos con su bastón y ordenó a sus sirvientes que hicieran lo mismo. ¡Un demente! ¿Por un bolso asqueroso? ¡Y se supone que es un hombre rico!

"Luego saltó a su carruaje y condujo de regreso por donde vino. Tienes suerte que no compraste el bolso y que él no siguió derecho en tu dirección. Si te hubiera visto, probablemente te hubiera matado, literalmente. Él odia a los judíos. ¡Y si a nosotros casi nos mata!

De repente, Boruj entendió. Si hubiera tenido la tercera moneda de diez kopek para comprar el bolso, el Poritz habría continuado por ese camino, lo habría encontrado con el bolso y tal vez incluso lo habría matado. Ahora, estaba claro que el Poritz perdió toda esperanza de recuperar el dinero, renunciando así a su titularidad. ¡El dinero era suyo!

Los veinte kopeks que el Rebe le dio a Boruj fueron el dinero exacto y suficiente para hacerlo rico y mantenerlo a salvo... y lo que cambiaría para siempre su identidad de Shlemazl.