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miércoles, 18 de marzo de 2020

¿Qué quiere Hashem de nosotros ahora?



Esta semana se conmemoró el Yortzait de Reb Elimelej de Lizhensk. ¿Qué dijeron Reb Elimelej y su hermano Reb Zushe cuando se les impidió hacer Tefilá, y cómo lo aplicamos a nuestra situación?


El rabino Shmuel Lesches de Young Yeshiva de Melbourne nos comparte un poderoso mensaje:


Queridos Anash

COVID-19. Era una mezcla de letras y números sin sentido para la mayoría de nosotros hasta hace solo un mes. Pero ahora, ha dejado nuestras vidas patas para arriba. Está comenzando a afectar nuestras rutinas de tantas y diversas maneras, y aparentemente incluyendo entre ellas nuestra conexión con Hashem, la forma en que hacemos Tefilá, esudiar y cumplir mitzvot. ¿O no?

Se cuenta la famosa historia de los dos hermanos, el famoso Rab Elimelej de Lizhensk y Rab Zushe de Anipoli, que fueron arrojados a una celda llena de delincuentes comunes, sin ninguna buena razón. Reb Elimelej comenzó a llorar cuando se dio cuenta de que no podría hacer Davenen Minjá debido a la cubeta que servía como retrete ubicada en la esquina, lo que hacía que la habitación no fuera apta para hacer Tefilá.

"¿Por qué estás llorando?" le preguntó Reb Zushe. “¿Es porque no puedes hacer davenen? ¡El mismo Creador que nos ordenó hacerle davenen también nos ordenó no hacer davenen en tal habitación! Al no rezar ahora, estamos logrando una conexión con Hashem. Es cierto, puede que no sea el vínculo que buscamos, pero si realmente buscamos la conexión divina, deberíamos estar felices de que Hashem nos haya brindado la oportunidad de obedecer Su ley en este momento, sin importar de qué manera."

"¡Tienes razón!" exclamó Rabi Elimelej. Saltando, Rabi Elimelej tomó al hermano de su brazo y comenzó a bailar con una alegría desenfrenada que solo puede derivarse de realizar una mitzvá, [la Mitzvá] de no rezar en un lugar inapropiado. Cuando los guardias se dieron cuenta de que era la cubeta en la esquina la que produjo que los dos judíos estén tan entusiasmados, se la sacaron rápidamente de la celda. Los venerados hermanos luego pudieron rezar Minjá sin ser perturbados...

La analogía es obvia. Es posible que en este momento no estemos involucrados con las Halajot de Tefilá en un lugar inapropiado, sino más bien con las Halajot de hacer nuestra parte para detener las  potencialmente graves ramificaciones de una pandemia mundial. De cualquier manera, estamos siguiendo las palabras de Hashem.

En Purim, comenzamos la Meguilá con dos capítulos que describen la juerga grosera y el vulgar desenfreno de Ajashverosh y su gente. ¿Cómo puede ser que leamos acerca de tales asuntos desde la  Bimá del Shul? De hecho, algunas opiniones en la Guemará insisten que estas secciones deben ser omitidas por completo de la mitzvá. Aún así, la Halajá requiere que lo leamos. ¿Por qué? El Rebe explica que estos capítulos contienen un mensaje eterno. Los eventos que parecen inconcebibles y absolutamente absurdos cuando suceden son en gran medida parte de un Plan Maestro mayor. A los judíos de Shushan les llevó casi una década comprender las ramificaciones; Que podamos entender nuestra situación más pronto.

Me gustaría concluir con una súplica a la comunidad, que se unan de manera significativa, incluso si esto no puede significar cercanía física. Aumentemos ayudando a otros, demos más Tzedaká y digamos más Tehillim. Si tiene alguna inquietud o crítica constructiva sobre la situación actual y nuestra respuesta, no dude en ponerse en contacto directamente conmigo al respecto.


- Rabino Shmuel Lesches

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