Un día, en la Mesivta Tiferes Yerushalaim, la Yeshivá de Rav Moshe Fainstein, זצ"ל, se estaba llevando a cabo un Din Torá (juicio rabínico). Mientras estaba en su oficina, Rav Moshe emitió un fallo. Más tarde, recibió una llamada telefónica muy enojada de un tal Rav F. quien le dijo con furia que su fallo era incorrecto y tonto, y que iba en contra de una Guemará explícita.
Rav Moshe escuchó con paciencia, y cuando Rav F. terminó, Rav Moshe le preguntó con voz suave: “¿A qué Guemará te refieres?” Al escuchar la pregunta, Rav F. colgó de inmediato.
Un par de meses después, Rav F. estaba por sacar un Sefer y se dirigió a pedirle una Haskamá (carta de recomendación) de Rav Moshe. Rav Moshe no solo le dio una Haskamá común, sino que le dio una muy especial y contundente.
Cuando estaba por salir de la oficina de Rav Moshe, le preguntó: “Por cierto, ¿a qué Guemará te referías?” Él respondió: “No tengo idea de qué está hablando.” Rav Moshe aclaró: “Cuando llamaste hace unos meses diciendo que mi fallo contradecía una Guemará.”
Él respondió que nunca lo había llamado. Resultó que alguien que no estaba muy contento con el fallo se había molestado y se hizo pasar por Rav F. para irritar y vengarse de Rav Moshe.
Más tarde, alguien le preguntó a Rav Moshe: “En el momento en que le dio la Haskamá, usted no sabía que quien llamó era un impostor. ¿Cómo pudo dársela así nomás?” Él respondió: "La realidad es que eso no importa (si era él o no). Cuando dije el Kriat Shemá esa noche antes de irme a dormir, lo perdoné completamente. No guardo ningún rencor contra él; incluso si hubiera sido él, no importa.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario