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jueves, 12 de noviembre de 2020

Maise: El orgullo de una madre

El orgullo de una madre



En los primeros años del siglo XX, el dinero era un bien escaso, especialmente para los judíos. El materialismo no era el enfoque principal en la vida, y las pequeñas cosas que podrían no importar tanto hoy, tenían mucho más valor en ese momento. La ropa era un lujo. El dinero ganado con esfuerzo se gastaba solo en algo importante.

Un vestido para la madre era importante, pero era un proceso que tomaba su tiempo. Implicaba decidir sobre la tela, el diseño y el color. Luego estaban las medidas que se tomaban en diferentes intervalos de la elaboración de la prenda. En otras palabras, comprar un vestido era todo un "evento".

La historia tiene lugar a principios de la década de 1900, cuando la familia de Itzjok, un destacado joven de once años, esperaba con anticipación el nuevo vestido que el padre había encargado para su mamá. Sería el primer vestido nuevo que tendría en años. Pesaj llegaría pronto, y qué mejor momento que un Yom Tov (día festivo) para estrenarse el vestido.

Toda la familia esperaba ansiosamente la llegada del nuevo vestido. Finalmente, llegó la noticia de que estaba listo, pero la madre no se lo iría a poner hasta Iom Tov. No le parecía lo adecuado (estrenarlo antes).

Itzjak era un estudiante excepcional, muy hábil en sus estudios de Torá. A pesar de su tierna edad, se había saltado varios grados y ya estudiaba con chicos mucho mayores que él. Llegó a casa unos días antes de Pesaj y le dijo a su madre que acababa de completar el tratado talmúdico de Baba Kama [uno de los más largos].

Su madre estaba radiante de orgullo. El propio Itzjak no hizo mucho de aquel logro, pero su madre estaba encantada. A la noche siguiente, Itzjak regresó a casa de la Yeshivá para ser recibido por un escenario asombroso: La mesa, cubierta con mantel de Shabat, estaba puesta con su vajilla más fina; las velas estaban encendidas; y... ¡su madre estaba vistiendo su vestido nuevo que había estado guardando para Pesaj!

Itzjak se sorprendió. Luego de tomarse unos instantes para recomponerse, preguntó: "¿Qué es todo esto? No es Shabat ni Yom Tov. ¿Por qué estás usando el vestido que estabas guardando para Pesaj? ¿Cuál es la celebración?"

Su madre miró con entusiasmo a Itzjak, sonrió y dijo: "Tienes razón. Estaba guardando el vestido para Iom Tov. ¿Qué mayor Iom Tov hay, sin embargo, que cuando mi hijo completa una Masejta (Tratado) de Guemará? No hay nada más especial para mí que el estudio y logro en Torá de mi hijo! Ya que ahora harás un Sium ('Culminación' de un Tratado Talmúdico, una ocasión oficial para una celebración), ¡entonces quiero celebrar contigo! "

Itzjak nunca olvidó este episodio. Sabía lo orgullosa que estaba su madre de sus logros, y ahora era muy consciente del valor que ella les daba. Mientras continuó completando una Masejta tras otra, el mensaje de su madre resonaba dentro suyo. Y cuando Itzjak creció para convertirse en el venerable HaRav Itzjak Hutner, z'l, Rosh Yeshivá de Mesivta Rabeinu Jaim Berlin, ¡impartió esta lección a sus miles de estudiantes!


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Fuente: "Touched by a Story" por Rabbi Yejiel Spero

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