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lunes, 30 de noviembre de 2020

Comprendiendo Yud Daled Kislev





Vinek es el nombre del amable polaco que nos llevó a Debora y a mí este último Motzei Shabat por las calles de Varsovia. Vinek es un hombre sabio, de unos 55 años, que entendió bastante rápido que servir de 'Driver', conductor para judíos en Polonia podría proporcionarle un buen sustento. Vi que entendía bastante bien a su clientela cuando me subí a su Toyota Sienna que había importado de forma privada desde Nueva York. “A los jasidim de Estados Unidos les encanta este coche. Se lo compré a un judío en Boro Park. Mira, incluso tiene un sticker con un texto sagrado en hebreo”, dijo, señalando un sticker de Tefilat Haderej (rezo del viajero) que aparece a un costado del parabrisas.

Vinek sabe lo que busca cada turista: quién quiere ver los restos del gueto, quién quiere ver el cementerio o cualquier otro lugar digno de mención en Polonia, que, como se sabe, está lleno de tumbas judías.

Cuando Reb Shalom Ber Stambler nos lo presentó y le dijo que nos llevara a los lugares que los Jabadniks quieren ver, Vinek lo entendió rápido.

Hay dos sitios de este tipo en Varsovia. Uno es el lugar donde tuvo lugar la boda del Rebe y la Rebetzin. “Zhe Jupe”, como dice él, es en realidad un patio de un edificio residencial que ha reemplazado a la Yeshivá de Jabad en Varsovia. Allí, la jupá del Rebe y la Rebetzin tuvo lugar el 14 de Kislev 5689 (1928), un día como hoy, hace noventa y un años. Desde allí, lleva a sus turistas de Jabad a otra calle, donde estuvo el salón de bodas.

Vinek no entiende por qué estamos tan emocionados de encontrarnos parados y, a veces de bailar también, cerca de un lugar donde alguna vez estuvo algo y hoy ya no. Puedo suponer que no solo Vinek no entiende, muchas otras personas con los pies en la tierra tampoco nos entienden. Pero no tenemos que explicar nada. Sabemos que en este lugar Hashem preparó el remedio para la herida. Aquí Hashem plantó las semillas de la revolución judía que generaría el Rebe, después de veinte años y una guerra.

El 19 de Kislev, 5689 (1928), unos días después de la boda, y ya estando en Riga, todavía en la semana de Sheva Brajot, el padre de la novia, el Rebe anterior, se volvió hacia su secretario, R. Jatche Feigin, y le pidió que le enviara un telegrama a un jasid que vive en Rostov, donde su padre, Rabi Shalom DovBer, el quinto Rebe de Jabad estaba enterrado. “Pide que alguien allí lea el telegrama que te dictaré sobre su tumba”, pidió. El contenido del telegrama constaba de solo tres palabras en ruso: "Se hizo su voluntad". Pero mi padre me explicó una vez que la traducción debería ser "Se cumplió su deseo". Es decir, que el Rebe, el Rashab, deseaba mucho que se realizara este Shiduj, que el hijo de Rab Schneersohn de Yekatrinoslav se casara con su nieta.

Mientras todavía estaba en el Sienna de Vinek, pensaba: el cartero de Rostov que entregó el telegrama que contenía tres palabras en ruso probablemente no entendería qué era lo que estaba entregando. La Unión Soviética estaba en medio del armado un tanto loco de Stalin de la U.R.S.S. y los proyectos de industrialización. El resto del mundo, y especialmente los Estados Unidos y Alemania a su paso, estaban enfrentando el comienzo de la Gran Depresión de 1929. El mundo estaba siendo sacudido, por encima y por debajo de la superficie. ¿Qué significado podría haber en tres palabras rusas siendo transmitidas de Letonia a Rusia, de Riga a Rostov?

Pero pasaron varios años. El mundo en general sufrió una profunda conmoción y el mundo judío estuvo a punto de ser destruido. En todo el mundo, los judíos prefirieron olvidarse de su judaísmo. Ser judío durante este período fue una carga. La expresión común utilizada por la gente era "Shver Tzu Zain A Id" - "Es difícil ser judío." Y precisamente en ese momento aquellas tres palabras del telegrama de hace veinte años afloraron. El sueño se hizo realidad. El joven muchacho de Yekatrinoslav asumió el liderazgo de Jabad Lubavitch, continuando la misma tarea de su suegro el Rebe, y concretizando el propósito del padre de su suegro, el Rebe Rashab de Rostov.

Este joven se convirtió en la personalidad judía más famosa y más influyente del mundo judío post-Holocausto, una influencia que continúa hasta el día de hoy: una influencia de buenas obras, Jesed (bondad amorosa). Una influencia del orgullo judío dondequiera que se encuentre un judío.

Así que, puede que Vinek no lo entienda, y algunas otras personas tampoo lo entiendan. Pero sé que me paré en el lugar donde se plantaron las semillas de la revolución: Ya no es un judaísmo pesado y triste; ya no es más la vergüenza y la carga, sino un judaísmo alegre, Yehudim felices. No es difícil ser judío. Es alegre y bueno ser un Id.

Reb Zalman Vishetzki

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