AdSense

martes, 10 de enero de 2023

Por qué la ley del 'Derecho al aborto' nunca llegó a la Kneset

En 1977 hubo un movimiento en la Kneset israelí donde intentaron aprobar un proyecto de ley que legalizaría el aborto. Encabezando la campaña estaba el Ministro de Justicia [bajo el mandato del primer ministro Menajem Beguin de 1977 a 1980], Shmuel Tamir.

Cuando los rabinos y la mayoría de los judíos observantes de la Torá en Israel y en todo el mundo escucharon que Israel estaba intentando legalizar el asesinato de fetos en el útero, hubo una gran consternación y preocupación. Las principales autoridades y líderes rabínicos en Israel decidieron enviar una delegación de rabinos de prestigio para hablar con Shmuel Tamir, para tratar de disuadirlo de seguir adelante con esta terrible idea.

Incluidos en esta delegación estaba Rab Mijael Stern, una autoridad rabínica altamente respetada de Ezrat Torah [un distrito en Yerushalaim], y Rab Rafael Levin, el hijo de uno de los rabinos más queridos del siglo XX en Israel, el Rabino Arieh Levin.

El razonamiento detrás de la selección de este rabino en particular, Rab Rafael Levin se debía a que muchos de los miembros de Etzel [Irgun] y Leji tenían un gran respeto por Rab Arieh Levin[2]. La esperanza era que Shmuel Tamir, un destacado luchador por la independencia israelí del Irgun, al menos escucharía a Reb Rafael Levin, el hijo de Reb Arieh.

Dos días antes de la reunión, Rab Rafael tomó el teléfono y llamó a cada uno de los rabinos de la delegación y les rogó y suplicó que sacudan los Portones del Shamaim con Tefilá; deben suplicar y orar ante el Trono Celestial para que de alguna manera tengan éxito en su increíblemente importante misión de disuadir al ministro de esta terrible idea destructiva.

Dos días después, la delegación se encontraba sentada en el despacho de Shmuel Tamir. En un momento dado al iniciar la conversación, Rab Rafael se presentó. "Soy el hijo de Rab Arieh Levin."

Los ojos de Shmuel Tamir se iluminaron de alegría. Frente a todos en la delegación, exclamó: "Ah, nuestro querido rabino". Luego, volviendo su mirada hacia Rab Rafael, dijo: "¿Qué tienen para decir? Los escucho, por favor. Adelante".

Rab Rafael habló y dijo: "Me gustaría compartir con usted una corta historia. Cuando yo era mucho más joven, una pareja secular tocó a nuestra puerta un día. Querían hablar con el gran hombre, mi padre, HaRav Arie Levin: Mi padre los invitó a entrar y los hizo sentar, tras lo cual comenzó una gran discusión entre el marido y la mujer.

Resulta que la esposa estaba esperando un hijo y el esposo, que estaba en la facultad de medicina, no quería traerlo al mundo. Sentía que le impediría sus estudios y, de todos modos, en general no quería un hijo en este momento.

“La esposa con ese mismo ánimo y firmeza deseaba tener ese niño y no podían llegar a un acuerdo. Decidieron acudir y consultar a mi padre; todos respetaban y le tenían estima al rabino Arieh Levin, incluso los seculares.

"Mi padre escuchó a ambos lados. Se sentó con ellos durante más de una hora, tratando de persuadir al esposo de que debían traer al niño al mundo. Enfatizó que el niño solo traería najes [satisfacción y placer], y haría un gran impacto positivo en la familia.

"Al final de la hora, el padre quedó finalmente convencido; accedió a dejar vivir al feto, que traerían al niño al mundo y lo criarían con amor."

Al concluir la historia, Rab Rafael se inclinó sobre el escritorio hacia Shmuel Tamir, lo miró fijamente a los ojos y le dijo en voz baja: "No mucho después de este desacuerdo, la pareja tuvo un bebé. Lo llamaron Shmuel. Creció para ser la persona importante cuyo nombre es Shmuel Tamir[3]. ¡Ese fuiste tú!

Shmuel Tamir estaba completamente conmocionado. “Nunca escuché esa historia”, declaró e insistió.

Rab Rafael le respondió enseguida. "¡Llama a tu madre, llámala ahora mismo!

En ese preciso instante, Shmuel Tamir toma el teléfono y llamó a su madre. Al principio, silencio. Luego, la madre tartamudeó y luego murmuró: "Tienes que entender, los tiempos eran diferentes entonces... etc. etc.".

El Sr. Tamir colgó el teléfono, miró a los rabinos (toda la delegación allí parados, silenciosos) y dijo con firmeza: "No tienen nada de qué preocuparse. Este proyecto de ley nunca llegará a la Knesset mientras yo sea el Ministro de Justicia."

Asombrosamente, yeshuat HaShem keheref ain.

Al salir, Rab Mijael Stern tenía una pregunta para hacerle a Rab Rafael. "No entiendo algo. Conocías esta historia hace dos días, ¿cierto?"

Rab Rafael sonrió. "Sí, así es."

"Entonces, ¿por qué nos llamaste a cada uno de nosotros para insistir en que hagamos davenen? Ya estaba más que claro que con esta historia era 'pan comido', caso ganado.

La poderosa respuesta de Rab Rafael asombró a toda la delegación y dejó una impresión duradera.

" 'Pan comido' ahin 'pan comido' aher; historia así, historia asá. Sin tefilá no somos nada. Farkert (al contrario), la razón por la que la historia tuvo impacto es sólo por nuestra Tefilá!"

~~~~~~~~~~~~~~~~

Fuente: Adaptado por Yerajmiel Tilles de una transcripción por correo electrónico del rabino Shlomo Landau, "Por qué 'Pro-Choice' nunca llegó al pleno de la Knesset".

No hay comentarios:

Publicar un comentario