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lunes, 18 de octubre de 2021

Einaij Yonim - "Tus ojos son como los de una paloma"






Rab Jaim Berlin (hijo del Rab Naftali-Zvi-Yehuda Berlin, conocido como el 'Netziv de Volozhin') se desempeñó como rabino de Volozhin y Moscú, y luego emigró a Eretz Hakodesh y se desempeñó allí como Rab de Ierushalaim (luego del fallecimiento de Rab Shmuel Salant).

Solía ​​leer la Torá cada Shabat, en su Beit Midrash en Ierushalaim. Su lectura era agradable y especial, y las palabras salían de su boca con precisión y acentuación. Muchos de los residentes de la gran ciudad venían a su Beit Midrash para escuchar su lectura.

En Shabat Jol Hamoed Pesaj es cuando crecía la afluencia al Beit Midrash. La multitud quería escuchar a Rab Jaim recitar el Shir Hashirim con emoción y pasión, con una efusión especial.

Cuando llegaba al Pasuk  הִנָּךְ יָפָה רַעְיָתִי הִנָּךְ יָפָה עֵינַיִךְ יוֹנִים,  "He aquí que eres hermosa amada mía, eres hermosa, ojos de paloma", su entusiasmo alcanzaba su punto máximo. Leía estas palabras con sumo entusiasmo y derramaba un río de lágrimas.

Tenía un discípulo muy cercano, Rab Arieh Levin, que más tarde fue llamado el "Rab HaAsirim". Le preguntó a su maestro por qué todos los años, cuando llegaba a este versículo, estallaba en lágrimas de emoción. Después de todo, es un versículo que describe el amor entre Dios y Kneset Israel.

"Déjame contarte", respondió el Rab, y comenzó su relato:

Durante mi desempeño como rabino de Moscú, se me acercó un día un judío y me pidió hablar en privado. Entramos en una habitación lateral, y después de que la puerta se cerrara detrás de él, me sorprendió escuchar que todo su secreto se expresaba en que su esposa había dado a luz a un hijo varón, y quería invitarme a que le haga el Brit Milá (Rab Berlin era un Mohel experto, y tuvo el mérito de hacer muchos Britot).

Le pedí al judío que explicara el motivo de tanto secreto, ya que muchos le hacen el Brit Milá a sus hijos y no ven ninguna razón para ocultarlo (esto era antes de la revolución comunista en Rusia).

"Estimado Rabino", explicó el judío. "Vivo en un entorno completamente gentil. Ningún vecino o conocido sabe que soy judío. Mi sustento proviene del comercio de artículos religiosos cristianos... Por supuesto, si se enteran que soy judío, perderé mi fuente de sustento. Por lo tanto, quiero mantener la ceremonia en completo secreto."

El rabino entendió que en este caso la mitzvá no podría llevarse a cabo con la participación de un Minian y con una Seudat mitzvá, como es la costumbre. Le sugerí, continuó Rabí Jaim su historia, que él fuera el Sandak y sostuviera al niño en su regazo, para que podamos hacer el Brit nosotros solos.

"Lo siento Rabino, pero no puedo hacer eso", respondió el judío preocupado. "Mi corazón es delicado y sensible. No puedo mirar una pequeña herida, y cómo puedo ver el Brit de mi tierno hijo. Mis manos podrían incluso temblar y el niño caer, Dios libre."

Comencé a preguntarle al judío sobre la actividad diara en su casa. Y le aconsejé que enviara a la hora señalada a las sirvientas de la casa a algunas labores al aire libre, y que llamara a un médico judío, que varios de los habitantes de la ciudad fueron ayudados por sus servicios. A los vecinos se les dirá que el bebé tiene cierto defecto físico que requiere una cirugía ligera.

Le dije que yo también iría a la hora señalada, que el médico serviría de Sandak, e incluso vendría más tarde a visitar la casa, para supervisar la curación de la Milá.

Y así fue. El día señalado, aquel judío me llevó a su casa, que estaba decorada al estilo de los nobles, sin ningún signo o rasgo judío. Quitamos las estatuas y los elementos cristianos, y así los tres hicimos el Brit en secreto.

Cuando nos despedimos, le pedí al judío que viniera a verme en tres días para informarme acerca del bienestar del niño. El judío vino y sospechó que yo quería que me pagara. Por supuesto, me negué a recibir su dinero, y él pensó que me refería a que aumente el monto de lo ofrecido...

Cuando se convenció de que no me interesaba el pago, le revelé que sí quería pedirle algo. Quería saber la razón que lo motivó a hacer el Brit a su hijo, con tanta entrega y sacrificio.

Cuando escuchó mi pregunta, lágrimas brotaron de sus ojos y con la cabeza agachada dijo: "Me he alejado de mis raíces. Totalmente. A veces me arrepiento, pero no sé si podré volver."

"Pensé que mi tierno hijo estaría aún más alejado del judaísmo que yo; yo crecí en un hogar judío, mientras que él no vería ninguna marca judía. Sin embargo, cuando crezca, puede que reconozca la vida judía y quizás se le despierte la chispa y quiera vivir como judío. Quería que tenga el camino abierto...

Por lo tanto hice todo lo posible por circuncidar a mi hijo, para que si el día de mañana él quiera volver a sus raíces, tenga el camino abierto y fácil."


Rab Berlin termina su historia y dice con emoción: Recién luego de este suceso, se me aclaró la interpretación de nuestros Sabios sobre el Pasuk "Eres hermosa mi esposa, eres hermosa, tus ojos son palomas." Nuestros sabios dicen que la repetición del versículo viene a enseñarnos: "Eres hermosa - antes del pecado y eres hermosa - después del pecado."

Siempre me pregunté qué belleza puede haber después del pecado [y sin mencionar un arrepentimiento]. La respuesta se encuentra al final de ese mismo versículo "Tus ojos son palomas." Una de las características de la paloma es que no se aleja nunca de su nido una distancia tal que no conocerá su camino de regreso. Así, el judío, a pesar de que haya pecado y se ha alejado una gran distancia, sin embargo, vuelve la cabeza hacia atrás y trata, hasta el punto de poner en riesgo su vida, de no perder el camino de regreso a su 'nido'. Y si no él, al menos el camino de su hijo estará abierto para retornar al seno del judaísmo.



Fuente: Sijat Hashabua N° 1815 - Lej Lejá 5782. Traducido por JasidiNews

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